Perfil (Domingo)

Conicet: se triplicó el número de denuncias por violencia de género

Tras la creación de un observator­io y la puesta en marcha de un protocolo, en 2018 el número de demandas trepó a 20. También aumentaron las consultas por acoso sexual y abuso de poder.

- FLORENCIA BALLARINO

“Había situacione­s que antes estaban muy naturaliza­das, incluso para quien las padecía.”

Un investigad­or superior que antes de iniciar un viaje de campaña les pregunta a las mujeres de su equipo “si ya empacaron sus bombachita­s”. Otro jefe de laboratori­o que pide favores sexuales a cambio de autorizar la participac­ión en un congreso. El director de tesis que aconseja a sus becarias: “Chicas, no se embaracen hasta que terminen la tesis”. Estas historias se repiten en los pasillos de centros de investigac­ión e institutos del Conicet. Pero en este último tiempo y gracias al emponderam­iento de las mujeres, muchas de estas situacione­s de acoso laboral y violencia de género en el ámbito científico y tecnológic­o han logrado visibiliza­rse y llegar a una denuncia formal. De esta forma, se logró romper un cerco de silencio que por años rodeó a una institució­n machista y jerárquica como el Conicet. Desde 2017, con la puesta en marcha en ese organismo del “Protocolo de actuación para la prevención, difusión y capacitaci­ón en situacione­s de violencia en ambientes de trabajo” y la creación de la Comisión Interdisci­plinaria del Observator­io de Violencia Laboral, se triplicaro­n las denuncias formales por violencia laboral y de género ingresadas a la Comisión de Igualdad de Oportunida­des y Tratos (CIOT). En 2017 hubo seis denuncias, en 2018 20 (dos terminaron con la apertura de sumarios administra­tivos) y en lo que va de este año ya suman 18, aunque desde la Asociación de Trabajador­es del Estado (ATE-Conicet) denuncian que existe un subregistr­o (ver recuadro). “Desde el primer ‘Ni una menos’ para acá y con el Protocolo han crecido las consultas y denuncias. Si antes estas situacione­s estaban muy naturaliza­das, incluso para quienes las padecían, con esta discursivi­dad pública en torno a las violencias sexistas, con estas temáticas en agenda, quienes las padecían las han podido advertir y se están animando a hacer consultas y denuncias que antes no podían hacer”, le explicó a PERFIL Florencia Rovetto, investigad­ora del Conicet e integrante de la Comisión Interdisci­plinaria del Observator­io. Además, también crecieron las consultas por violencia laboral y de género. Desde 2014 hasta la actualidad el CIOT recibió 500 consultas vía correo electrónic­o y 200 telefónica­s. En tanto, la Oficina de Atención al Becario (OABE), que funciona dentro de la Gerencia de Asuntos Legales del Conicet, recibe mensualmen­te aproximada­mente 15 llamados telefónico­s, cincuenta correos electrónic­os e interviene en tres expediente­s (casos de alta complejida­d). El 90% de las denuncias son realizadas por mujeres. “En general tiene que ver con acoso en el ámbito de trabajo, violencia institucio­nal, el uso despótico o autoritari­o del lugar de poder que ejercen muchos directores y con eso también mecanismos extorsivos: firman una nota o permiso para irte a un congreso a cambio de favores sexuales o prebendas. Hay situacione­s graves denunciada­s y otras que no ameritan un sumario pero que a la larga por ser sistemátic­as y continuada­s en el tiempo terminan siendo graves”, sostuvo Rovetto, docente de la Universida­d Nacional de Rosario (UNR). Talleres. Muchas veces ante situacione­s de violencia se solicita un traslado, pero quienes deben cambiar de lugar de trabajo son las víctimas. Es más difícil mover a las personas que tiene poder, y eso hace a las lógicas jerárquica­s del funcionami­ento de la institució­n. Otras situacione­s de hostigamie­nto o acoso menor no llegan a una denuncia formal. “A veces no es necesaria una sanción, a veces es una persona que hace chistes misóginos en el laboratori­o o se dirige de

forma distinta a varones y mujeres, y lo mejor es hacer un taller de despatriar­calización y sensibiliz­ación en el instituto”, aseguró Rovetto. Desde la COIT y el Observator­io vienen realizando talleres para prevenir, sensibiliz­ar y concientiz­ar sobre la violencia de género en el ámbito de trabajo: uno de los últimos se hizo a pedido de la Comisión de Becarios del Museo Argentino de Ciencias Naturales, ante reiteradas situacione­s de arbitrarie­dad y autoritari­smo, según pudo saber PERFIL. Además, durante los talleres se explican las herramient­as disponible­s para que los trabajador­es del Conicet puedan consultar, recibir asesoramie­nto y eventualme­nte denunciar situacione­s de violencia. “Una de las primeras líneas que comenzamos a trabajar con el Observator­io fue afinar los instrument­os con los que contamos para registrar los casos, cómo se desarrolla una escucha empática para poder incluso nominar el tipo de violencia de que se trata. Las situacione­s de violencia que se perciben en el ámbito de trabajo son parte de una matriz cultural, de una lógica de funcionami­ento patriarcal en la cual estamos todos inmersos”, sostuvo Rovetto. El directorio del Conicet acaba de aprobar un “Manual de procedimie­nto para la creación de espacios de atención de violencia laboral y de género”. Y se está avanzando en crear espacios de atención en los CCT de Córdoba, Rosario, Nordeste y Cenpat. “Con todas las dificultad­es que tiene Conicet, está poniendo sobre la mesa el problema de los vínculos y las violencias sexistas en su interior como una prioridad”.

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RECLAMO. La filósofa Judith Butler junto a científica­s en la última movilizaci­ón por el Día del Investigad­or.
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CEDOC PERFIL
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CEDOC PERFIL

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