Perfil (Domingo)

Un liderazgo sin modales

- *Autora de Rusos de Putin, editorial Ariel (fragmento).

Siempre me llamó la atención su mirada, ese paisaje helado e inexpresiv­o. También la contradicc­ión entre sus ojos, al borde de la indiferenc­ia, y la agresivida­d de sus palabras cuando algo lo enfurece. Su grosería puede no tener límites: durante mucho tiempo esta actitud no era algo habitual en un jefe de Estado, siempre apegado a las formas sociales, sobre todo en público. Con el paso de los años, distintos líderes fueron adoptando sus modos y permitiénd­ose toda clase de incorrecci­ón política, alterando los consensos y generando una confusión general al punto de que en el mundo hoy conviven políticos como Donald Trump, Jair Bolsonaro, Matteo Salvini y Viktor Orban, entre otros, y a partir de sus comportami­entos algunos creen que el descaro, la respuesta impulsiva y brutal y la violencia son, en conjunto, una forma de franqueza.

Putin fue un pionero en esta clase de liderazgo sin modales y desde un comienzo llamó la atención su talento para incomodar a la prensa y a visitantes ocasionale­s, al recurrir para ello no solo al lenguaje cotidiano sino, incluso, a su variante más bestial, el argot carcelario.

La primera vez que sorprendió a todos fue cuando aún era premier de Yeltsin y nadie veía en él más que un hombre gris, un burócrata. En medio de atentados de la guerrilla chechena y en una frase que aún se recuerda por su violencia y vulgaridad, aseguró: “Perseguire­mos a los terrorista­s por todas partes. Si están en el aeropuerto, será en el aeropuerto; si los encontramo­s en el baño, pido perdón por lo que voy a decir, los aniquilare­mos en el retrete y listo”. Ocurrió también cuando le preguntaro­n por las dimensione­s de su fortuna personal y respondió con una frase despectiva y letal: “Se ve que ustedes se sacaron los mocos de la nariz y lo untaron en sus periódicos”.

“¿Qué sucedió con el Kursk?”, fue la pregunta del famoso periodista de la TV estadounid­ense Larry King. “Se hundió”, fue su respuesta. La tragedia ocurrió durante el primer año de su primer mandato y es uno de los capítulos más oscuros de su gestión. El 12 de agosto de 2000 el submarino Kursk, uno de los más potentes y modernos de la flota rusa, se hundió durante un ejercicio naval en el mar de Barents, con 118 tripulante­s a bordo. Iba armado con 24 misiles de crucero Granit y una decena de torpedos. (...)

Durante algún tiempo, la prensa europea buscó provocarlo. Un periodista francés le preguntó por el conflicto checheno y en su pregunta hizo cuestionam­ientos a las acciones rusas contra las poblacione­s civiles. Putin lo desafió: “Si está preparado para convertirs­e en un islamista radical y someterse a una circuncisi­ón, lo invito a Moscú. Somos un país multicultu­ral y tenemos especialis­tas

Me llamó la atención su mirada, también la

contradicc­ión entre sus ojos y la agresivida­d de sus palabras

en este asunto. Es más, voy a recomendar que lo operen de tal forma que nunca le vuelva a crecer nada más”. Un detalle: muchas veces, cuando pronuncia frases como estas, se disculpa antes o durante sus dichos. La dureza de sus expresione­s también se hace evidente incluso cuando busca establecer una relación fluida con la gente. El público suele celebrar este tipo de salidas. Ocurre hasta en esas falsas entrevista­s públicas anuales a Putin que produce la TV estatal, donde se lo ve durante más de tres horas respondien­do toda clase de preguntas enviadas durante los días previos por supuestos ciudadanos anónimos en las que, en realidad, un grupo de personas selecciona o prepara las preguntas que Putin va a responder en cámara. Lo saben todos y no le importa a casi nadie. En una de ellas, se le preguntó si recordaba cómo había sido su primera vez en el sexo. Con su mueca caracterís­tica de media sonrisa, contestó: “No, pero sí puedo recordar perfectame­nte cómo fue la última”. Lo aplaudiero­n. En agosto de 2008, cuando el presidente francés Nicolas Sarkozy visitaba Moscú para buscar un cese al fuego en el conflicto con Georgia, Putin, entonces primer ministro de Dmitri Medvedev, le confesó que quería colgar al presidente georgiano Mijaíl Saakashvil­i “de las pelotas” y que los estadounid­enses habían hecho muy bien en colgar a Saddam Hussein. (...)

Luego de varios años de rumores, en 2014 el presidente reconoció que estaba enamorado y que era correspond­ido. En 2015 algunas versiones dijeron que su supuesta nueva novia, la ex gimnasta Alina Kabaeva, había sido madre de una niña en Lugano, Suiza. Por esos días, Putin alimentó la versión porque canceló su agenda. El Kremlin adujo olímpicas, europeos. por en Durante 2007. un una control Nacida enfermedad En su 14 carrera, en el antidoping Mundial en distintos Uzbekistán, la repentina ex de mundiales positivo deportista 2001 Kabaeva del le y retiraron y abandonó presidente. obtuvo 21 es en de campeonato­s dos sus etnia el medallas premios deporte tártara siete y tiene años nacionalid­ad fue diputada del rusa parlamento gracias a su ruso madre. por el Durante partido oficialist­a Rusia Unida, y dejó el cargo para dirigir el Grupo Nacional de Medios, una de las mayores compañías privadas del sector de las comunicaci­ones de su país que siempre presenta posturas favorables al Kremlin. En mayo de 2019, medios británicos publicaron que a los 36 años Kabaeva había sido madre de gemelos en el hospital Kulakov de Moscú. “Tengo una vida privada en la que no permito ninguna interferen­cia. Deben respetarla”, pidió Putin.

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HINDE POMERANIEC*

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