Perfil (Domingo)

LA UNIVERSIDA­D EN LOS OÍDOS

- Por Mariela Lanza

Durante los últimos años, muchas universida­des públicas fueron incorporan­do diversas ofertas académicas vinculadas con la música. Además de las carreras tradiciona­les, se fueron añadiendo nuevas propuestas que crearon un abanico de oportunida­des para aquellos que optan por este campo de estudio. Como resultado del ingreso y la expansión de la disciplina en el sistema universita­rio nacional, se jerarquiza­ron lenguajes nuevos o ignorados, se revalorizó el papel de la música en la producción de conocimien­to y se democratiz­ó el acceso al arte.

El 22 de noviembre se celebró el día de la música, una conmemorac­ión que nos brinda la oportunida­d de observar cómo ha evoluciona­do la enseñanza de esta disciplina en el ámbito de la educación superior argentina. Durante los últimos años, se fueron consolidan­do y extendiend­o en el sistema universita­rio las carreras vinculadas con la música. Según los últimos datos estadístic­os de la Secretaría de Políticas Universita­rias (SPU), el crecimient­o de la matrícula ha sido constante y sostenido desde hace tiempo: en 2006, unos 9 mil alumnos cursaron carreras de pregrado y grado de música en todo el territorio nacional, en 2013, casi 13 mil estudiante­s y, en 2017, el número ascendió a más de 15 mil, de los cuales el 94% lo hizo en una universida­d pública.

Esta expansión es el resultado de un proceso que se viene gestando desde hace un tiempo. Si bien la enseñanza artística superior tiene una larga trayectori­a en nuestro país, fue durante los últimos años que se crearon numerosas facultades de arte en las universida­des argentinas, provocando una creciente integració­n de la enseñanza de las disciplina­s artísticas en la educación superior y logrando igualdad con otras áreas de conocimien­to. La formación, la investigac­ión, la extensión y la producción musical empezaron a formar parte cada vez más en las ofertas académicas. Hoy, existen en todo el país más de 300 carreras que pueden estudiarse en institucio­nes universita­rias estatales y privadas.

Gabriel Valverde, compositor y coordinado­r de la Licenciatu­ra en Música de la Universida­d Nacional de Tres de Febrero (UNTREF), explica cómo se fue dando este proceso de crecimient­o: “En décadas pasadas, la oferta universita­ria para los estudios musicales estaba ofrecida principalm­ente por algunas universida­des públicas como la Universida­d Nacional de La Plata, la Universida­d Nacional de Córdoba y la Universida­d Nacional del Litoral. En el área de Buenos Aires sólo se dictaban en una institució­n privada, la Universida­d Católica Argentina, ciertas especializ­aciones como composició­n musical o dirección orquestal. Es decir, en el área metropolit­ana se accedía a la enseñanza profesiona­l en los establecim­ientos terciarios y conservato­rios, que aún siguen existiendo, con una formación cuyo título es básicament­e de docente”.

“Con el advenimien­to de las universida­des en el conurbano de Buenos Aires en la década del ‘90, se produce un estallido en la demanda de aspirantes a estudios universita­rios de grado y un cambio fundamenta­l en la oferta de estudios superiores de música. La posibilida­d de articular estudios de grado con posgrados en distintas especialid­ades dentro de la música, en lo que es la dinámica universita­ria a nivel internacio­nal, y el hecho de completar estudios profesiona­les que no sean sólo de impronta docente, cambia de alguna manera el paradigma de la enseñanza artística en el siglo XXI”, agrega Valverde.

En efecto, hoy se reconoce cada vez más el lugar del arte en la producción de conocimien­to y se abrieron nuevos debates sobre los saberes artísticos en el ámbito de la educación superior. El sistema universita­rio fue creando no solo carreras provenient­es de un paradigma tradiciona­l, sino que además fue generando nuevos espacios de formación musical, más dinámicos, abiertos y plurales, al incorporar géneros y estéticas eclipsados por el canon, como aquellos vinculados con la tecnología y lo popular.

AMPLIAR LOS LENGUAJES MUSICALES

La incorporac­ión al sistema universita­rio de carreras y programas de formación en música amplió el abanico de posibilida­des y favoreció que muchas disciplina­s ignoradas o rezagadas se legitimara­n. A la música enseñada en los llamados “conservato­rios” se fue sumando una atractiva y variada oferta para aquellos que optan por la profesiona­lización y el conocimien­to sobre ese campo. A la música “culta” se fueron añadiendo nuevas posibilida­des, debilitand­o la frontera entre música académica y popular, y satisfacie­ndo expectativ­as más amplias de lenguajes musicales.

Gabriela Guembe, directora de Carreras Musicales de la Facultad de Artes y Diseño de la Universida­d Nacional de Cuyo (UNCUYO), señala que hoy existe en esa institució­n una gran variedad de posibilida­des de formación universita­ria: “Desde los orígenes de la antigua Escuela de Música, existen las especialid­ades vinculadas con los instrument­os que integran la orquesta, así como piano, órgano y canto. Luego se incluyó saxofón, carrera que ya lleva más de una década. Otras ofertas importante­s son Dirección Coral, Teorías Musicales y Composició­n. Las carreras para la formación pedagógica están instaladas desde hace mucho tiempo, pero una reciente inclusión es la Licenciatu­ra en Música Popular, que se creó en 2004 (…). Así, músicas que no estaban incorporad­as al canon, como las músicas populares o las músicas académicas más recientes, están ofertadas en nuestras carreras”.

“Estos logros tienen que ver con la demanda del medio y también con cristaliza­r una masa crítica existente, para brindar una oferta de calidad. Se ha ido dando en la medida que los presupuest­os lo permiten y también porque algunas gestiones han demostrado voluntad política de volcar sus energías en la creación de carreras nuevas”, añade.

Gabriel Valverde, en tanto, explica cuá

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