RUTINA DE EJERCICIOS PARA COMPENSAR TODO LO QUE MORFAMOS EN LAS FIESTAS
1. Proponer un brindis de pie a cada rato. Con ello, trabajaremos cuádriceps y brazo sostenedor de copa.
2. Intentar volver a nuestra casa en colectivo luego del festejo. Como pasa uno cada tres horas, seguramente volverá a pata, logrando así un trabajo aeróbico consistente (y de pies doloridos).
3. Proponer que la mesa de la cena esté afuera y, acto seguido, aumentar el pánico familiar aseverando que “en cualquier momento llueve”. Montar y desmontar la mesa varias veces supone un duro ejercicio de crossfit.
4. Destapar la sidra, que parece haber sido sellada con cemento para que luego el corcho despegue con la potencia de un misil norcoreano. Las actividades conexas: ejercicio de potencia en las manos y carrera para esquivar corchazos.
5. Correr a los perros que se ponen como locos cuando estallan los cohetes. Velocidad y reflejos se ponen a prueba.
6. Sacar a relucir algún tema vinculado a la grieta política. Ejercicios de box garantizados.
7. Recoger al tío alcoholizado que se deslizó de la silla al piso y meterlo en la cama. Ideal para bíceps y cintura.
8. Comer el vitel toné que preparó la abuela y estuvo toda la noche afuera de la heladera. Disparador perfecto para realizar varias carreras con obstáculos hacia el baño.