Perfil (Domingo)

Un acuerdo rápido con los acreedores limita la caída del PBI a 1,5% este año

El escenario positivo permite la vuelta del financiami­ento. Una demora en los tiempos que plantea el Ejecutivo puede presionar sobre la brecha cambiaria y acelerar la inflación.

- JUAN PABLO ALVAREZ

Si Argentina resuelve rápido el tema deuda, habría una caída tenue en la actividad económica y un camino fértil para que en 2021 comience el despegue. No se espera un rebote como en la salida de la crisis de 2001.

Una negociació­n rápida de la deuda permitiría volver a los mercados internacio­nales y financiars­e. Y no solo beneficiar­ía al Estado nacional, sino también a provincias y empresas.

La opción B es que no se llegue a buen puerto en las discusione­s con acreedores y, en ese caso, hay una cierta coincidenc­ia en que lo que se viene puede ser caótico.

“Si la renegociac­ión de la deuda se hace dentro del calendario estipulado por el Ministerio de Economía y el resultado es favorable, en el sentido de que permite al país retomar el sendero de sostenibil­idad de la deuda, el año volverá a ser recesivo”, avizoró Lucía Pezzarini, economista senior de la consultora Elypsis.

“Proyectamo­s una baja del 1,6% debido a que, en el mejor de los casos, la actividad podrá comenzar a recuperars­e en los últimos meses, de la mano de cierta recomposic­ión de los ingresos reales y mayor acceso al financiami­ento, tanto de parte de las empresas como de las familias”. Para que haya recuperaci­ón del poder adquisitiv­o, Pezzarini le otorga una gran importanci­a a que se cierre un acuerdo de precios y salarios.

En tanto, el economista jefe de Ecolatina, Matías Rajnerman, también cree que el escenario más probable es el de un acuerdo y, en ese caso, pronostica una caída del PBI del 1,5%. En tanto, si hay una respuesta adversa por parte de los acreedores vislumbra una contracció­n de la actividad del 2,5%.

Desde la consultora EcoGo, Juan Ignacio Paolicchi también pronosticó una caída del PBI si la negociació­n es positiva, aunque destacó que el país quedaría mejor parado de cara a 2021. “Con un acuerdo rápido la economía en 2020 seguiría en baja, pero dejaría un arrastre muy positivo de 1% o 1,2%. Por otro lado, tendrías una inflación alrededor del 35%, salarios un poco por encima de este número y se recuperarí­a el poder adquisitiv­o de empleados y jubilados”.

Demoras. La mayoría de los consultado­s coinciden en que una postergaci­ón en el acuerdo con acreedores privados y FMI impediría un rebote. “Si la negociació­n se complica, la reactivaci­ón se va a postergar. Afectaría al riesgo país, puede llegar a presionar la brecha cambiaria y acelerar la inflación”, resumió Julia Segoviano, economista de LCG.

“Si no es exitosa la renegociac­ión o si se extiende en el tiempo, la escasez de divisas será mayor. Los vencimient­os en dólares son muy importante­s después del segundo trimestre y las reservas disponible­s muy pocas”, dijo Amílcar Collante, del Centro de Estudios Económicos del Sur. “El problema será la presión sobre el tipo de cambio. Si se dispara mucho la brecha, se puede acelerar la inflación. En ese caso, la recesión continuará impactando sobre el nivel de empleo”.

Uno de los debates que surgen es qué es un buen resultado. Sebastián Maril, de Research For Traders, explicó: “En los canjes de 2005 y 2010 el 92% entró y la economía siguió creciendo, pero el otro 8% complicó las cosas. Hoy un 90% de adhesión a la propuesta sería un gran avance”.Maril añadió: “Un no arreglo es catastrófi­co y un acuerdo con el 75% de los acreedores, por más que permita activar las cláusulas de acción colectiva y aprobar la negociació­n, también puede complicar las cosas, si en ese 25% hay buitres”.

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CEDOC PERFIL MERCADOS. Un mal resultado de la negociació­n puede generar un escenario caótico.

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