La pandemia cambió la vida de los seres humanos para siempre
Hace algunos años, algunos virólogos y epidemiólogos no se preguntaban si aparecería un nuevo virus de gran virulencia, sino cuándo aparecería tal virus… era solo cuestión de tiempo. Y sin embargo, el SARS-CoV-2, el agente causal de la actual enfermedad conocida como Covid-19, encontró los sistemas de salud de casi todos los países insuficientemente preparados como para enfrentarlo. Si lo comparamos con el virus que causara 8 mil muertes durante la epidemia del síndrome respiratorio agudo severo (SRAS) en 2003, al momento de escribir estas líneas el SARS-CoV-2 ya ha cobrado más de veinte veces más vidas.
La Covid-19 es más que una pandemia: es una crisis global. Involucra prácticamente todas las esferas de la vida en este planeta, comenzando por la salud de sus habitantes, pero abarcando desde el trabajo y hábitos sociales a las macroeconomías de todos los países; sus sistemas de salud, educación, transporte o comunicaciones, el medio ambiente, el equilibrio ecológico. En otras palabras, todo lo que atañe al ser y al quehacer humanos. Su irrupción fue violenta y ya instalada, la pandemia transcurre en una escala globalizada desconocida para casi todos nosotros, afectándonos, aunque en forma desigual, a todos. A
FRANCISCO J. BARRANTES*
diferencia de otras epidemias y pandemias, sus consecuencias son ya más profundas y serán más duraderas, particularmente sus efectos secundarios, que irán más allá de la curva del “arranque, pico y caída”, motivo de preocupación de epidemiólogos, gobiernos y ciudadanos.
Distanciamiento físico con acercamiento social. El desafortunado concepto de “distanciamiento social” con el que se conoció inicialmente en muchos países la medida sanitaria de permanecer en los hogares debe reemplazarse por el de “distanciamiento físico”, desposeyéndolo de la connotación ansiogénica que posee el primero. El distanciamiento físico constituye uno de los factores de mayor impacto a mediano plazo en la actual pandemia. Cuando lo que está en juego es la posibilidad de vida o muerte, la opción es clara: se relega transitoriamente el comportamiento social normal en pos de un bien común más elevado: la salud poblacional. En otras palabras, mediante un comportamiento antinatural disminuye la posibilidad de contagio y por ende el número de afectados (“morbilidad”). Para gran parte de la población, y en particular la más vulnerable, este accionar tiene un costo muy alto, al sostenerse por semanas o meses: la pérdida de ingresos, con todas las consecuencias negativas para la población de menores recursos. De allí que este distanciamiento físico debe acompañarse de acercamiento y acompañamiento social y ser limitado en el tiempo.
Brechas sociales. La pandemia ha acrecentado la división socioeconómica en todo el mundo, comprobándose que grupos sociales con una buena situación económica están mejor informados, han podido adherir mejor al aislamiento domiciliario y están mejor alimentados, y por ende menos expuestos al contagio y con menos riesgo de contraer la virosis. Adicionalmente, las estadísticas indican que estos grupos sociales de mejor pasar comenzaron el aislamiento más precozmente que los más desposeídos, aumentando la incidencia de la pandemia en los grupos más pobres, malnutridos y con menos capacidad de acceder a asistencia médica sofisticada, como se ha comprobado en Nueva York y como lamentablemente sucederá en otras partes del mundo y, peor aún, de acceder a la asistencia médica precaria de la que disponen muchos países subdesarrollados.
El distanciamiento social tiene un costo muy alto al sostenerse por semanas o meses: la pérdida de ingresos, con todas las consecuencias negativas para la población de menores recursos
Salud mental. Otro efecto negativo de la pandemia es sobre la salud mental de todos los grupos etarios, aunque con desigual intensidad. En los niños de edad escolar y adolescentes el confinamiento hogareño elimina ciertas reglas y hábitos de comportamiento social que son parte de la educación. Su alteración puede llevar en muchos casos a perturbación