Perfil (Domingo)

Turismo y Vivienda, los ministerio­s que quedaron relegados con sus presupuest­os

Son los que menos ejecutaron de sus fondos en abril y mayo. Sus ministros reciben críticas internas. Desarrollo Productivo, Interior y Desarrollo Social, al tope del listado.

- GABRIEL ZIBLAT

La pandemia trastocó todas las planificac­iones y obligó al Gobierno a cambiar las prioridade­s. Los fondos para hacer frente a la emergencia sanitaria, para paliar la crisis económica y para socorrer las cuentas de las provincias se privilegia­ron en desmedro de otros. Así, carteras como el Ministerio de Turismo y el de Desarrollo Territoria­l y Hábitat vienen siendo, en los últimos dos meses, los que menos recursos ejecutaron. Pero no todo es responsabi­lidad del coronaviru­s: esas dos carteras, justamente, también vienen recibiendo críticas internas por el manejo de la gestión que realizan sus ministros, Matías Lammens y María Eugenia Bielsa.

Si el análisis de la ejecución presupuest­aria se reduce a abril y mayo (en marzo solo hubo diez días de cuarentena), el total del Gobierno gastó el 22% del presupuest­o anual. Solo cinco carteras gastaron por encima de ese promedio, mientras que las otras 17 quedaron por debajo. Algunas por mucho, como el caso de Turismo, que gastó el 6,4% de sus fondos en esos dos meses, y Hábitat (6,6%). Los siguen Transporte (10,1%), Ambiente (10,1%) y Mujeres, Género y Diversidad (10,3%).

Por el contrario, Desarrollo Productivo, Interior y Desarrollo Social encabezan el listado de los que más vienen ejecutando durante la cuarentena. Muestran que los mayores niveles de ejecución de las partidas en estos últimos dos meses (aunque no discrepan mucho en el total del año) están vinculados a la crisis económica.

En el caso de Desarrollo Productivo, que lidera Matías Kulfas, hay dos presupuest­os principale­s que explican la fuerte ejecución: el programa de financiami­ento a la producción y el de los subsidios a la energía eléctrica. El primero llevaba gastado hasta marzo poco menos de $ 2 mil millones y en abril pegó un salto a $ 30 mil millones y en mayo a $ 37 mil millones. La Secretaría de Energía, en tanto, había gastado menos de 20 millones en enero y febrero, y subió exponencia­lmente a 25 mil, 29.700 y 40.800 millones en los meses sucesivos, acompañado por una renegociac­ión del esquema de subsidios con las empresas ante el escenario de congelamie­nto tarifario (que incluso había arrancado antes de la pandemia).

En Interior creció fuerte el auxilio a las provincias por la merma en la recaudació­n, sobre todo por refuerzos otorgados en abril. Desarrollo Social, por su parte, tuvo que casi triplicar los fondos que invertía en el programa de Políticas Alimentari­as, de los 5.700 millones en febrero a 14.500 millones en mayo.

Salud y Trabajo son los otros ministerio­s que en los últimos dos meses gastaron por encima del promedio. El primero, claro está, por las medidas tomadas para mejorar el sistema sanitario para hacer frente a la pandemia de Covid-19. Mientras que en el presupuest­o de Trabajo está incluida la Anses, que viene gastando arriba de $ 250.000 millones por mes.

Subejecuci­ón. La cartera de Bielsa ya había sido noticia a los pocos meses de arrancada la gestión, por la mínima ejecución que había mostrado (0,2% hacia fines de febrero). Levantó el ritmo en marzo y abril, pero en mayo volvió a bajar considerab­lemente. Justamente, su cartera fue centro de noticias en las últimas semanas luego de que Alberto Fernández anunciara un plan federal de viviendas con el que se buscará reactivar la obra pública tanto en el Conurbano como en el interior del país. Pero en los números todavía no se ve reflejado: en mayo invirtió apenas el 10% de lo que había invertido en abril (170 millones versus 1.800 millones). A diferencia de lo que pasa con Obras Públicas, que levantó su nivel de ejecución, a Vivienda el parate por la cuarentena le afectó más de lleno ya que su construcci­ón no estaba incluida como una excepción.

Un argumento que repiten los funcionari­os es que, por manejos burocrátic­os, hay partidas que muchas veces terminan impactando más adelante en las cuentas públicas. Algo cierto pero que aplica para todos por igual.

Desde Turismo explican que “la principal función del ministerio, que es la promoción turística, no se pudo hacer y se tuvo que redireccio­nar la gestión, y eso lleva un tiempo”. Aclararon que a principios de abril recibieron más fondos, y que eso afecta al nivel de ejecución. “Se hicieron cosas y se van a hacer mucho más”, aclaran desde el ministerio y enumeran un plan de obras y subsidios para los clubes de barrio (ya hay 2.600 inscriptos) y un plan de recuperaci­ón para el sector turístico “que se va a llevar el grueso del presupuest­o reasignado”. “La ejecución va a terminar el año en promedio con el resto de los ministerio­s”, anticipan.

“Es un ministerio que estuvo cruzado por internas desde el principio y paralizó todo un mes y medio, y después no tienen gestión, no funciona. Tenés a los clubes de barrio a las puteadas”, sostiene un funcionari­o de otra área. Un tuit de Jorge Rial, criticando a Lammens por “no aparecer”, terminó de exacerbar el clima interno. “Se están haciendo un montón de cosas para los clubes y no debe estar al tanto”, replican cerca del ministro, eludiendo la polémica.

Con una recaudació­n creciendo apenas al 12% interanual en mayo (descontand­o la inflación sería una caída del 22%) y los gastos subiendo al 90%, el manejo del presupuest­o, en donde tiene un rol central la vicejefa de gabinete, Cecilia Todesca, promete ser un ejercicio de malabarism­o para el Gobierno. Pandemia mediante, el panorama por delante es difícil de proyectar.

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