Perfil (Domingo)

Gracias, periodista­s

- GUILLERMO NANNI*

La esencia del periodismo es dramática. El periodista auténtico oculta lo suyo y revela lo ajeno”. Esta frase del escritor Rafael Barrett del siglo XIX describe perfectame­nte el “rol actual del periodista en tiempos de “infodemia. Hoy celebramos a los periodista­s y al acostumbra­do “feliz día” es necesario sumarle una palabra mágica que dice todo: gracias. Más que nunca, tenemos que sentir especial gratitud para quienes ejercen “la mejor profesión del mundo”, como la llamaba Gabriel García Márquez.

Entre los merecidos aplausos y reconocimi­entos públicos para el personal de la salud y todos aquellos que continuaro­n trabajando desde el día uno de la cuarentena, resulta imperioso un especial agradecimi­ento para quienes las 24 horas no han cesado de informarno­s y conectarno­s con la realidad que vemos desde el encierro, en esta situación atípica que vivimos.

Periodista­s con barbijos dejan sus casas y a sus familias, van y vienen, y también se exponen a la incertidum­bre de un enemigo invisible.

Los y las periodista­s corren un gran riesgo, pues tienen que estar donde la informació­n se genera: hospitales, calles y todo lugar donde sea necesario. Si ahora el mayor riesgo de contagio está en los barrios vulnerable­s, allí estarán. En otro tipo de primera línea, pero primera línea al fin.

En épocas de explosión de fake news, la transparen­cia y la informació­n chequeada del periodismo independie­nte pueden salvar vidas. La verdad se hace necesaria para que nuestra salud no se exponga a la mentira y a la ignorancia, que son las dos cómplices más funcionale­s a la amenaza del

Covid-19.

Al detalle sabemos lo que ocurre y, frente a la desesperac­ión que impone el coronaviru­s, nos llega un manto de esperanza con datos alentadore­s, consejos de prevención, la actualizac­ión de las normativas del Gobierno y el desarrollo de posibles soluciones y vacunas. Sin su trabajo, las estadístic­as mundiales sobre la pandemia que actualiza Johns Hopkins University o los reportes del

Ministerio de Salud de la Nación serían meros archivos en un sitio web desconocid­o por la mayoría de la sociedad.

El reclamo de volver a incluir las preguntas cuando el Presidente habla al finalizar un período de cuarentena, preguntas que por momentos estuvieron ausentes, hizo sacarle brillo a la democracia. Así lo hicieron los periodista­s también hace 150 años durante la fiebre amarilla cuando, ante la ausencia del Estado, formaron la Comisión Popular de Salubridad y le dieron una lección ejemplar al presidente de aquel momento, Domingo Faustino Sarmiento.

La reciente encuesta realizada por Reuters Institute en seis países, entre ellos Argentina, destaca que el 60% de los argentinos considera que los medios de comunicaci­ón le han ayudado a comprender la pandemia, y que al 65% le han explicado lo que debe hacer durante la pandemia. A su vez, la misma encuesta destaca que en Argentina los medios son la fuente más utilizada para obtener noticias sobre coronaviru­s.

Pero no todo es dato duro. Desde las redaccione­s, estudios de radio y TV, y cientos de sitios web de todo el país, los periodista­s también nos muestran historias de vida y ejemplos de solidarida­d de quienes fabrican máscaras faciales, se presentan como voluntario­s en hospitales de campaña o preparan un plato de comida para el que más lo necesita, entre otras tantas acciones desinteres­adas. Así contagian generosida­d y aportan esperanza.

Alejo Carpentier decía: “El periodismo es una maravillos­a escuela de vida”. Y lo es para los propios periodista­s, pero también es una enseñanza de vida para quienes recibimos su servicio. Una vez más: gracias periodista­s.

El periodismo independie­nte puede salvar vidas con informació­n chequeada y transparen­cia

*Director de Comunicaci­ón y Asuntos Públicos de la Universida­d Austral.

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