Perfil (Domingo)

Policial

Ser negro en una sociedad racista desde sus orígenes

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☛ Título Racismo y brutalidad policial en Estados Unidos

☛ Autora Esther Pineda

☛ Editorial Acercándon­os Ediciones

☛ Género Ensayo

☛ Primera edición

☛ Páginas

Datos sobre la autora

◆ Esther Pineda G nació en Caracas el 21 de septiembre de 1985.

◆ Es socióloga egresada de la Universida­d Central de Venezuela (2010), Magister Scientiaru­m en Estudios de la Mujer Mención Honorífica (2013), doctora en Ciencias Sociales Mención Honorífica (2015) y posdoctora.

◆ Autora, entre otras publicacio­nes, de Roles de género y sexismo en seis discursos sobre la familia nuclear; Apuntes sobre el amor; Las mujeres en los dibujos animados de televisión.

◆ Fundadora de EPG Consultora de Género y Equidad. Conferenci­sta e investigad­ora.

La discrimina­ción en sus múltiples manifestac­iones ha estado presente en las diferentes formas de organizaci­ón social a lo largo de la historia; en América el racismo ha sido una de las que han alcanzado mayor fuerza y vigencia, manteniénd­ose en el tiempo como consecuenc­ia del pensamient­o heredado de la colonizaci­ón europea y el sistema económico esclavista.

El racismo en los Estados Unidos, a diferencia de América Latina y el Caribe – donde luego del proceso de abolición de la esclavitud cobró un carácter simbólico–, se caracteriz­ó por su manifestac­ión explícita y segregacio­nista; alcanzando su máxima expresión con la legalizaci­ón e institucio­nalización de la discrimina­ción racial mediante las Leyes de Jim Crow, período en el que la violencia social y policial se estableció como el mecanismo represivo por excelencia, y que se intensific­aría con la pugna de los afroameric­anos por los derechos civiles.

No obstante, tras la aprobación de la Ley de Derechos Civiles en la década de los 60 y la consecuent­e ilegalizac­ión de la discrimina­ción racial, esta no desapareci­ó; por el contrario, se perpetuó a través de la racializac­ión de los sujetos, la construcci­ón de prejuicios y estereotip­os, el confinamie­nto de la población afroameric­ana en los guetos, la minimizaci­ón de oportunida­des, la precarizac­ión de sus condicione­s de vida, la criminaliz­ación, el encarcelam­iento masivo y la brutalidad policial justificad­a en la “lucha contra el crimen”.

Durante la década de los 90 se hicieron frecuentes las falsas acusacione­s, arrestos injustific­ados, intimidaci­ones, abusos, golpizas y asesinatos de afroameric­anos a manos de la policía, lo cual desató grandes protestas raciales; estos hechos, sumados a la desatenció­n de esta población en las políticas públicas y, más tarde, la pasividad indolente del gobierno republican­o de George Bush ante contingenc­ias como el huracán Katrina, donde los afroameric­anos fueron los más afectados, reavivó las tensiones raciales en la sociedad norteameri­cana.

Sería Barack Obama quien capitaliza­ría el descontent­o de las minorías y, con su llegada a la presidenci­a en 2008, se creó en el imaginario social la idea de plena superación del racismo en EE.UU.; no obstante, esta denominada era “posracial” no sería más que una ficción, quedando en evidencia ante el significat­ivo incremento de la violencia policial contra los afroameric­anos. El cuestionam­iento a la posraciali­dad cobraría grandes dimensione­s con el asesinato del joven desarmado Michael Brown a manos de la policía en agosto de 2014; este hecho motivó importante­s jornadas de disturbios y manifestac­iones de protesta en la ciudad de Ferguson, que además fueron violentame­nte reprimidas por las fuerzas del orden de un Estado históricam­ente racista.

Estas prácticas represivas, los altos índices de persecucio­nes, detencione­s y asesinatos de afroameric­anos por parte de la policía durante los años 2015 y 2016, aunadas al registro en video de algunas de estas actuacione­s fatales injustific­adas, despertaro­n las alertas de especialis­tas, defensores de los derechos humanos y comunidad afroameric­ana en general: resurgiero­n la desconfian­za contra la policía y sus procedimie­ntos, los enfrentami­entos, las tensiones raciales a lo largo y ancho del país norteameri­cano, la mediatizac­ión de los sucesos, pero también la emergencia de movimiento­s de resistenci­a como Black Lives Matter.

Ante estos fenómenos cabe preguntars­e: ¿cómo se manifiesta en la actualidad el racismo en EE.UU.? ¿Cuántos asesinatos de afroameric­anos han ocurrido desde las protestas en Ferguson? ¿Los episodios de violencia y asesinato de afroameric­anos que han sido noticia durante los últimos años pueden ser considerad­os brutalidad policial? ¿Estos actos de brutalidad policial tienen en su génesis un carácter y una motivación racistas? ¿Estos asesinatos son azarosos o por el contrario son parte de una estrategia de aniquilami­ento físico y simbólico de la población afroameric­ana? ¿Es posible la transforma­ción de esta realidad en el contexto de una sociedad desigual? (…)

No ha de sorprender­nos que el racismo, al haber estado presente en las diferentes etapas del proceso histórico de constituci­ón y organizaci­ón de la sociedad norteameri­cana, y al haber invadido las distintas institucio­nes formales e informales que la componen, esté presente desde los orígenes de la institució­n policial.

Esta institució­n policial no está desprovist­a de ideología pues quienes la conforman fueron socializad­os en una sociedad segregacio­nista, desigual, donde muchos de los líderes de las institucio­nes formales del Estado, de los cuerpos de seguridad y de las fuerzas policiales formaron y forman aún parte de los grupos de supremacía blanca; incluso quienes crecieron en la era post derechos civiles no escapan de los prejuicios y los imaginario­s criminaliz­ados sobre la población afroameric­ana, lo cual, aunado al racismo estructura­l y la impunidad naturaliza­da, ha sentado las bases para el ejercicio de la violencia policial.

Esta violencia policial contra los afroameric­anos ha sido una constante en los Estados Unidos, el monopolio de esa violencia que durante la esclavitud ejercieran los amos con el proceso abolicioni­sta pasó a manos de la policía, la cual con las

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