Viajes imaginarios
Estoy profundamente bajoneado, deprimido, frustrado. Evidentemente, algo mal hice en la vida, pero no logro saber qué (siempre es difícil discernir las causas de nuestros fracasos). Paso a explicar: ahora que sabemos lo que siempre supimos (como decía Borges: “Prefiero los inventos ya inventados”), es decir que Macri y su SIDE espiaban a medio mundo, yo no estoy en la lista. ¡Cómo es posible! Yo, que dediqué mi vida al anarquismo de izquierda (antes hubiera dicho “libertario”, pero no sé por qué ni en qué momento tal noble concepto tomó un uso fascista), que escribí novelas de denuncia social, ensayos iluminadores, que realicé traducciones impecables, que incluso, durante un cierto tiempo, edité este mismo suplemento Cultura (obviamente en su mejor época); yo que defiendo ideas subversivas, valores transgresores, palabras agudas; yo que jamás voté al macrismo y que me imagino votándolo únicamente si secuestran a un ser querido (y ni siquiera estoy seguro), que combatí y combato frontalmente al neoliberalismo –que no es (solo) una política económica sino un modo de vida que coloca la crueldad en el centro del lazo social–; yo, que soy todo eso y mucho más, no figuro. ¡Increíble! ¡Hasta a Ricardo Forster espiaban y a mí no!
¿Y ahora qué hago? Tengo que escribir esta columna (todavía me faltan 2 mil caracteres) que no le importa a nadie, ni siquiera a Macri y su SIDE. Qué desaliento. ¿Sobre qué puedo escribir? No sé, denme un momento para pensar… Ya se me ocurrió: sobre Victoria Ocampo. O, mejor dicho, sobre cómo en los últimos meses me topo con su nombre en lugares inesperados. Primero –sobre esto dediqué uno de estos entretenimientos dominicales hace unos meses– en las Memorias inmorales, de Eisenstein, en torno a un fallido viaje a Buenos Aires invitado por Ocampo, con el que se mostraba muy entusiasmado. Pero ahora me la encuentro en uno de los lugares menos pensados (o no tanto, tal vez): en la Correspondencia de Walter Benjamin con Gretel Adorno
En Memorias inmorales, Eisenstein habla de un fallido viaje a Buenos Aires invitado por Victoria Ocampo, con el que se mostraba muy entusiasmado