Soberanía alimentaria
coyuntura, mientras que para algunos referentes del kirchnerismo, el coronavirus es una oportunidad para aumentar de manera permanente la participación del Estado en la economía. La herramienta puede ser la misma, el fin buscado es otro.
Por eso mismo, en Europa y Estados Unidos nadie se conmueve frente al avance de los Estados en las empresas durante la crisis del coronavirus mientras que en Argentina la decisión del Gobierno de expropiar Vicentin marcó un cisma en la relación de Alberto Fernández con los no votantes del Frente de Todos a los que había logrado seducir con su temprano combate contra la pandemia.
El medio es el mensaje es la frase nunca así formulada por el experto en comunicación Marshall McLuhan, usada para explicar que el mensaje es interpretado por los receptores de manera distinta dependiendo de quién lo emite. Y como la economía se alimenta de expectativas, el caso Vicentin produjo aún más turbulencias que el default de la deuda externa. Muchos analistas suponen que mientras el ministro de Economía, Martín Guzmán, transmitía su tranquilizadora moderación y respeto por el mercado durante el reportaje largo de PERFIL el fin de semana pasado, no estaba informado de que al día siguiente Alberto Fernández anunciaría su intención de expropiar Vicentin afectando más las expectativas que cualquiera de sus propias decisiones.
El lenguaje del ministro Guzmán no tiene apelaciones retóricas del tipo “soberanía alimentaria”, “decisión histórica”, “nuevo proyecto agroalimentario nacional”, “empresa testigo” del sector,
“clave para el mercado cambiario”, “generadoras de agrodivisas”.
Alberto Fernández prefiere mencionar la palabra “rescate” y no expropiación, y “empresa pública” y no estatal, pero Vicentin se convirtió en sí misma en un significante, el significado es la economía que el Presidente tiene en la cabeza. Leyendo a Michael Boskin se puede entender qué visión de la economía se tiene en Estados Unidos, más allá de Trump o de su cada vez más posible sucesor Joe Biden, y cuáles son los incentivos que los gobiernos imponen a sus ciudadanos para incrementar la suma
Vicentin se transformó en un significante de la economía que la coalición gobernante puede terminar haciendo
de bienes y crecer.
La crisis económica del coronavirus, al ser un problema mundial, permite que las respuestas de cada sociedad interpelen las nuestras. La serie de largos reportajes a grandes referentes económicos mundiales que se viene publicando en PERFIL es una herramienta que nos ayuda a pensar. El fin de semana próximo será el turno del profesor de Harvard Kenneth Rogoff, ex economista del Fondo Monetario Internacional y de la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal de EE.UU.
Sobre Vicentin, Boskin concluyó: “Si piensan en nacionalizar ante una crisis, ya deberían estar pensando en cómo van a privatizarla tan pronto como las condiciones lo permitan. Suecia en la década de 1990 nacionalizó su banca y luego volvió a privatizarla”.
Otra realidad.