¿Qué desaparece si desaparecen las librerías?
Natalia Calcagno: “Cuando entrás a una librería a hablar, a mirar, se abre un mundo de diversidad a través de la recomendación del librero. El tema de la exhibición es fundamental para conocer. Si no, estás limitando la venta. Si mirás lo que venden en un supermercado, son diez, veinte libros, y tenemos decenas de miles de títulos por año que se producen en Argentina. Más lo que se produce en otros países. La librería es la posibilidad de la editorial chica o pequeña de acercarse al lector.”
Alejandro Dujovne: “Ahí se juegan varias cuestiones para pensar, una es cuál es el valor social y cuál el cultural que tiene una librería. Es una discusión que la sociedad y la política tienen que darse para ver qué hacer con eso. Las librerías son algo más que un mero canal de comercialización. Aunque no hay que desatender su dimensión mercantil o comercial, porque de eso vive mucha gente. Al mismo tiempo son, desde el nivel de la producción de valor del libro, un lugar importantísimo, porque tienen que ver con la experiencia de la lectura, con el modo en el que la literatura y el libro se relacionan con la sociedad en su conjunto, y cómo circulan los libros. Las librerías le añaden un valor y le dan una visibilidad. Y en ese caso el libro pasa a ser percibido y a ser parte de una experiencia social distinta que si uno solamente hace un clik y le llega a su casa.”
El escritor Jorge Carrión, que acaba de publicar en Argentina Contra Amazon (Galaxia Gutenberg), dice que “en todas partes se ha impuesto la lógica que inventó Jeff Bezos (fundador y director ejecutivo de Amazon) hace más de veinte años: lo que importa es la velocidad y por tanto hay que eliminar las figuras de los prescriptores intermediarios (como el editor, con la autoedición, o el librero, con la compra en la web). Pero esa lógica, si se piensa bien, es bastante absurda. Elimina el paseo, el deseo, la historia que te une con la adquisición y la lectura de un libro, el descubrimiento, la posibilidad de un encuentro o de un café. Al igual que en su día Buenos Aires protegió a sus cafés notables, ahora debe proteger a sus librerías. Pero sobre todo deben hacerlo los lectores.” n