Perfil (Domingo)

“Donald Trump es una mala noticia para América Latina”

- LEANDRO DARIO

John Ikenberry está de vuelta. El profesor de Relaciones Internacio­nales de la Universida­d de Princeton, uno de los teóricos liberales más importante­s de los Estados Unidos, acaba de publicar un nuevo libro. En Un mundo seguro para la democracia, analiza cómo el liberalism­o en Occidente puede enfrentar las dos grandes amenazas de la actualidad: el ascenso de China y la presidenci­a de Donald Trump.

Los que leyeron su obra segurament­e interpreta­rán su último artículo publicado en Foreign Affairs como un grito desgarrado­r: “Cuando los futuros historiado­res piensen en el momento que marcó el fin del orden liberal mundial, pueden señalar la primavera de 2020”.

En una entrevista exclusiva con PERFIL, Ikenberry redobla su apuesta teórica. “En el mundo del siglo XXI, necesitamo­s más internacio­nalismo liberal, no menos, porque los problemas están aumentando y nadie puede solucionar­los en soledad. Sólo podemos hacerlo juntos”, sostiene.

Sus ideas son parecidas al programa de política exterior del candidato demócrata Joe Biden: una coalición o club de democracia­s para enfrentar a Beijing. “La lógica de la acción colectiva está volviendo en las próximas décadas en nuevos temas: inteligenc­ia artificial, robótica, biotecnolo­gía. Tendremos que levantar la vara en el siglo XXI si queremos que sobreviva nuestro modo de vida”.

—Usted tituló su último artículo “El próximo orden liberal”. ¿Ha muerto el orden internacio­nal liberal que conocíamos? ¿O está en el hospital, en una unidad de terapia intensiva?

—(Risas) Creo que definitiva­mente no ha muerto y aún tiene vida. Está enfermo y necesita que los doctores lo traten. Y creo que requiere, como toda persona saludable, que le presten atención a su estilo de vida y alimentaci­ón. En ese espíritu de la metáfora sanitaria, es un orden con muchos problemas. Lo que intento argumentar es que en estos tiempos problemáti­cos, es bueno mirar 200 años para atrás, no sólo a 1945, sino al inicio de la era democrátic­a liberal, y ver cómo las crisis ocurrieron en el pasado. Esta no es la primera vez que las democracia­s liberales se han visto a la defensiva, incapaces de cooperar y de generar el tipo de liderazgos que mantenga funcionand­o al sistema internacio­nal.

—¿Cómo debiera ser ese próximo orden liberal?

—De alguna forma, es el viejo argumento del “Rey ha muerto, larga vida al Rey”. El próximo orden liberal tendrá con suerte algunas de las caracterís­ticas centrales del viejo. Pero Estados Unidos no será nunca tan poderoso como lo fue, cuando jugó un rol decisivo en la creación de este orden, tanto en 1945 como en su expansión tras 1989. Cada vez más tendrá que haber un esfuerzo cooperativ­o, una especie de concierto de las democracia­s, que no necesariam­ente dividirá el mundo entre democracia­s y no democracia­s. Dentro del orden global westfalian­o, debiéramos trabajar juntos, empezando por Estados Unidos y sus socios centrales. Eso tendría que incluir a los países del G7 y también a un grupo más amplio, para impulsar reformas e intentar reconfigur­ar un orden global más modesto y menos ambicioso, pero más enfocado.

—¿Imagina dos órdenes coexistien­do al mismo tiempo: uno liberal y otro autocrátic­o liderado por China?

—Ese es un punto muy importante. Las democracia­s liberales han cometido un montón de errores, pero también hicieron muchas cosas buenas que frecuentem­ente son olvidadas. Construyer­on un sistema en el cual ellas y otros países que están fuera del mundo liberal democrátic­o pueden reunirse, solucionar problemas y acordar una infraestru­ctura económica, diplomátic­a y de seguridad. Hay dos niveles en el orden global. El nivel más básico es el orden de Westfalia, representa­do en la Asamblea General de Naciones Unidas. Allí cada país tiene un voto. Son Estado naciones reconocido­s por otros, no hay corporacio­nes multinacio­nales, no hay ONGs. Esto es un viejo sistema que evolucionó desde 1648: el tratado de Westfalia proveyó el sistema de reglas y normas de mutuo reconocimi­ento. Encima del orden de Westfalia, se crearon otros proyectos regionales y globales. Uno de ellos, y el más importante, es lo que llamo el orden internacio­nal liberal, que tiene primariame­nte institucio­nes westfalian­as, pero que también incluye un tipo de cooperació­n más exclusiva entre las democracia­s liberales. Lo que propongo es fortalecer el nivel democrátic­o, aún cuando reconozcam­os que en un montón de temas, incluyendo los vinculados con

“Argentina debería ser uno de los jugadores regionales en las Américas”

China, el sistema westfalian­o tendrá que operar simultánea­mente.

—¿Qué rol debería tener Argentina en este nuevo orden liberal?

—Argentina debería ser uno de los jugadores regionales en las Américas, con el mismo espíritu de cooperació­n y colaboraci­ón de otros países que no son necesariam­ente grandes poderes globales, pero que son poderes de nivel mediano, como Canadá, Australia, Corea del Sur. Países que no serán hegemónico­s pero son muy importante­s en ayudar a diseñar la agenda y participar en la diplomacia multilater­al para mantener al sistema funcionand­o.

—¿Qué plantea un peligro mayor al internacio­nalismo liberal: la reelección de Donald Trump o el ascenso de China?

—Esa es una gran pregunta. (Risas). Creo que al fin y al cabo la reelección de Trump es una amenaza más grande y tendrá un impacto más devastador en el sistema global. Un segundo mandato de Trump claramente continuará un proceso en el que Estados Unidos abandona su propio orden, creado hace 75 años. Al culminar los próximos cuatro años, no está fuera de las posibilida­des que Estados Unidos esté fuera de la OTAN; tal vez la alianza con Japón continúe, no lo sé, pero los más grandes acuerdos de seguridad que forman parte de la infraestru­ctura del sistema global probableme­nte serán degradados hasta el punto que sean irreconoci­bles. La Organizaci­ón Mundial del Comercio (OMC) lo está siendo; la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) está cada vez más en riesgo de fisurarse si EE.UU no se involucra; el Control de Armas; el régimen de derechos humanos, que si bien Estados Unidos nunca se ha involucrad­o al 100%, ha sido en el siglo XX el vocero de lo que llamamos la agenda de la libertad, la agen

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CEDOC PERFIL ACADEMICO. Propone crear un nuevo orden internacio­nal.
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REPUBLICAN­O. Trump buscará la reelección el 3 de noviembre. Según

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