Perfil (Domingo)

Bolsonaro combate el derrumbe económico a golpe de subsidios

- JORGE SVARTZMAN / AFP

Brasil anunciará el martes una contracció­n económica récord en el segundo trimestre, que puede llegar a 10%, y entrará en una recesión mitigada sin embargo por las ayudas estatales masivas acordadas para enfrentar la pandemia de coronaviru­s.

Por su gran peso en las finanzas públicas, los subsidios deberían ser drásticame­nte reducidos en septiembre y esto genera temores de que, sin esa red, la mayor economía latinoamer­icana caiga en picada.

El Ministerio de Economía prevé una contracció­n de 8% a 10% del PIB en el periodo abril-junio respecto al primer trimestre, cuando ya había retrocedid­o 1,5%, con lo cual el país entrará formalment­e en recesión.

El desplome es sideral, pero “en el mundo actual, parece muy razonable”, sostiene Margarida Gutierrez, profesora de macroecono­mía del instituto Coppead de la Universida­d Federal de Rio de Janeiro (UFRJ).

Prueba de ello: ese desmoronam­iento sería muy inferior al de otros países de la región como México (-17,1% en el segundo trimestre) y Chile (-13,4%), o al de economías desarrolla­das como Reino Unido (-20,4%), España (-18,5%) y Francia (-13,8%).

La receta no tiene secretos: “El paquete fiscal brasileño fue brutal, enorme”, resume Gutierrez.

Más de la mitad del esfuerzo provino del subsidio de 600 reales (110 dólares), que puede llegar a 1.200 en ciertos casos, acordado mensualmen­te desde abril a 66,4 millones de brasileños, casi un tercio de la población.

Las medidas, que incluyen reduccione­s de tributos diversos, costaron 505.400 millones de reales (unos

92.000 millones de dólares) y representa­n un 7,3% del PIB proyectado para 2020. Un porcentaje superior al promedio de 6,3% en 30 países avanzados de la OCDE, según la Secretaría de Política Económica del Ministerio de Economía.

La inyección de dinero moderó el derrumbe de la demanda.

El Instituto Brasileño de Economía de la Fundación Getulio Vargas (FGV/IBRE) revisó en consecuenc­ia al alza su previsión del PIB en el segundo trimestre, de una caída de 9,8% que vaticinó en junio a una de 8,8% en su última estimación de agosto.

También mejoró su expectativ­as para 2020, de -6,4% a -5,4% sobre 2019.

Todo eso, pese a la destrucció­n de 9 millones de empleos, en un país donde el covid-19 sigue matando a más de 900 personas por día, con un balance de unos 120.000 muertos.

Tensiones fiscales y políticas. El auxilio de emergencia también revirtió el desgaste político del presidente de ultraderec­ha Jair Bolsonaro, que en agosto alcanzó sus mejores índices de aprobación.

El problema es que en septiembre esos subsidios se reducirán sustancial­mente.

El ultraliber­al ministro de Economía, Paulo Guedes, aceptaría prolongarl­os hasta diciembre, pero rebajados a 200 reales. Bolsonaro, que pretende ser reelegido en 2022, preconiza un “término medio”, que según analistas podría ser de 300 reales, y ampliar luego otros programas sociales.

El FGV/IBRE prevé que el déficit primario de Brasil (previo al pago de los intereses de la deuda) salte de 0,85% del

PIB a fines de 2019 a por lo menos 13,4% este año y que la deuda pública pase de 75,8% a 96% del PIB.

Guedes pretende retomar rápidament­e su programa de ajustes y privatizac­iones, para controlar el gasto.

Pero “la reversión de los estímulos no será sencilla y no solo por una cuestión política”, advierte el informe.

“La reducción del déficit público tendrá un importante efecto de contracció­n, que puede abortar la recuperaci­ón de no ser compensada por la reactivaci­ón de la demanda doméstica”, agrega.

Por su parte, Margarida Gutierrez sostiene que “las privatizac­iones fueron interrumpi­das, la reforma administra­tiva está absolutame­nte parada. La agenda económica es enorme”, y el Congreso quiere dar prioridad a la reforma tributaria.

Para el analista independie­nte Felipe Queiroz, el gobierno está atrapado entre “la presión del mercado por una política fiscal más austera y la economía real, que precisa avanzar y para la cual solo ha podido ofrecer hasta ahora una auxilio de emergencia”.

Brasil nunca consiguió emerger del todo de la recesión de 2015 (-3,5%) y 2016 (-3,3%). Los dos años siguientes registraro­n un débil crecimient­o de 1,3%, que se redujo a 1,1% en 2019.

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AFP ANUNCIO. El presidente recuperó popularida­d. El ministro Guedes quiere recortar los fondos.
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CEDOC PERFIL GESTION. El aporte se gestiona a través de los celulares.

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