“A Trump y Xi la mala relación los fortalece domésticamente ”
El profesor de la London School of Economics sostiene que EE.UU. dejará de ser un súper poder y nadie querrá conducir el nuevo orden internacional.
Barry Buzan es sofisticado y ecléctico. El profesor emérito de la London School of Economics es uno de los máximos exponentes de la Escuela Inglesa de las Relaciones Internacionales y, además, de la Escuela de Copenhague. Buzan discute tanto al realismo como al liberalismo, las dos corrientes teóricas más influyentes en Estados Unidos. Cree que el orden internacional no será bipolar, sino un mundo sin superpotencias, donde el gran problema será que nadie querrá hacerse cargo de las responsabilidades de liderar el sistema.“Estamos yendo hacia lo que llamo pluralismo, en otras palabras: a un sistema donde no habrá súper poderes, sino que habrá algunos grandes poderes y bastantes poderes regionales”, sostiene en diálogo exclusivo con PERFIL.
—Los académicos realistas sostienen que la competición de superpotencias entre Estados Unidos y China será la principal característica del futuro orden internacional. ¿Cómo será ese orden en su opinión?
—No soy un realista, así que voy a darte una perspectiva desde la Escuela Inglesa. Los realistas no hacen ninguna distinción entre súper poderes y grandes poderes. Pero en el mundo real, sabemos que hay súper poderes y que hay grandes poderes. Los súper poderes tienen como región al mundo y están quedando fuera de acción. Solíamos tener tres, después quedaron dos, y finalmente uno. Y la dirección hacia la que vamos es bastante clara. Según mi mirada, será un mundo sin súper poderes, en el que la riqueza, el poder, y la autoridad cultural estarán más diseminadas de lo que estábamos acostumbrados. Será un
mundo post Occidental. Puede que sea bastante conflictivo, no en el sentido clásico del realismo de que habrá guerra, sino que un interesante rasgo es que nadie querrá dirigirlo.
—¿En qué grandes poderes piensa usted: Estados Unidos, China, Rusia, India, Japón y Europa?
—Creo que Estados Unidos es todavía un súper poder pero está en rápida declinación. China es un poder en ascenso pero no llegará a ser un súper poder, entonces se encontrarán en algún punto. Claramente como grandes poderes debes contar a China, Estados Unidos y Europa. Rusia, India y Japón son un poco más difícil. ¿Es India el más grande de los poderes regionales o no? Rusia era un súper poder pero ha decaído. No tiene una economía impresionante, pero todavía tiene armas nucleares. ¿Es un gran poder o un poder regional, como India? Japón tiene una situación difícil. Los japoneses no se piensan a sí mismos como un gran poder. Los rusos claramente sí. E India también. Las categorías no son instantáneamente claras. Eso nos lleva a la pregunta regional: ¿es Brasil un gran poder regional o el más chico de los grandes poderes? Si fueras brasileño, dirías: “es el más chico de los grandes poderes”. Pero el resto diría: “de ninguna manera, no estás ahí todavía”. China e India tienen muchas ganas de ser reconocidos como grandes poderes, pero también de no perder su status de países en desarrollo en las Naciones Unidas. A diferencia de Japón y Europa, China e India quieren el status pero no la responsabilidad. China está empezando a cambiar eso. Pero India no tanto. Es una combinación peculiar ser un gran poder y un país en desarrollo.
—¿Puede cambiar la tendencia de declinación de Estados Unidos si es electo Joe Biden?
—No creo que la elección en noviembre cambie demasiado las cosas. Estados Unidos es el líder de Occidente, ha escrito las reglas, y creado las instituciones, y establecido todo el sistema. Todo eso está ahora colapsando. ¿Cómo un país pierde su status de súper poder? Hay varias formas. Puede ser superado por un súper poder en ascenso. Pero creo que lo más común es lo que está pasando en Estados Unidos: su autodestrucción como súper poder. Yo he argumentado en el único libro que he escrito sobre EE.UU. que la forma más realista para que dejara de ser un súper poder era si el electorado estadounidense decía que no quería serlo más. Y el electorado estadounidense, aunque no es consciente, ha tomado esa decisión. Si reelige a Donald Trump, definitivamente habrá decidido eso. Un tercio o más de los estadounidenses están en contra de tener responsabilidades globales. Les gusta que Estados Unidos sea poderoso. Lo que no entienden es que el poder de EE.UU. no es sólo material, sino también su posición social. Trump está quemando el capital internacional social de Estados Unidos a un ritmo muy alto. Tal vez quede algo si es derrotado en noviembre. Si es reelecto, habrá desaparecido.
—¿Qué prevalecerá entre estos grandes poderes: la competición o cooperación?
—Creo que habrá un poco de los dos. Todos seguirán aterrados con que haya guerras entre grandes poderes. Nadie las quiere. No digo que sean imposibles porque la estupidez y la mala suerte pueden producir ese resultado. Pero la chance de que suceda es muy pequeña, porque es completamente irracional. Dicho eso, hay una especie de nueva Guerra Fría entre Estados Unidos y China. Y se está volviendo desagradable y parece que continuará siéndolo y no habrá diferencia si gobierna Trump o Biden. Habrá un cambio de tono, pero a la larga el muy polarizado Estados Unidos concordará en que no le gusta China y la considera una amenaza. Muchos de los liderazgos en los poderes más grandes no son reacios a tener, no diría conflicto, sino un ambiente internacional de tira y afloja, donde no son enemigos profundos, pero