Educación y desigualdad, temas sin grieta razonable
DESCONECTADOS
Mientras la mayoría de la gente que vive en nuestro país realiza grandes esfuerzos debido a la pandemia que estamos sufriendo, la clase política argentina está desconectada de la realidad. En efecto, ni un solo gesto de austeridad.
Hubiera sido destacable que desde el Presidente hacia abajo, es decir los diputados, senadores, los miles de asesores en todo el país tanto del Congreso Nacional como provinciales y Concejos Deliberantes procedieran a rebajarse sus haberes por un tiempo razonable, hasta que pase esta situación excepcional.
Por el contrario, el martes vivimos otra desquiciada muestra de las actitudes de los políticos en la sesión de la Cámara de Diputados de la Nación.
Fieles al apotegma “con la tuya sí, con la mía no”.
Dos de mis hijos han decidido emigrar, dada la situación argentina y la falta de ética y moral imperante en la mayoría de los políticos argentinos, uno a Australia y el otro a Israel. Hace unos años hubiera tratado de disuadirlos, hoy los llevo a Ezeiza, con todo el dolor del alma.
SARLO
Eduardo M. Guelfand guelfande@hotmail.com
Con relación a la nota publicada el pasado 30 de agosto, “Todo de nuevo”, firmada por la prestigiosa intelectual Beatriz Sarlo, quisiera señalar dos momentos de la misma. En la primera columna mantiene la posición que expresara cuando se discutía la Ley de Medios durante la presidencia de la doctora Cristina Fernández de Kirchner: “Prefiero una constelación de medios independientes… en EE.UU. los diarios no son propietarios de medios audiovisuales en la misma localidad geográfica”. Destaco su coherencia.
Pero al final de la nota, y al referirse a la reforma judicial, parece usar la doble vara. Dice que el actual gobierno intenta trapisondas para remover al procurador general que, debe recordarse, carece del acuerdo del Senado. Le recuerdo un antecedente reciente. Estimo que su memoria le permitirá actualizar el suplicio que durante dos años sufrió la anterior procuradora general, doctora Alejandra Gils Carbó, quien sí contó con el acuerdo senatorial, que –tal como señaló PERFIL en su momento– desde el primer viernes de 2016 y todos los de 2017 –hasta su renuncia– recibió amenazas de muerte. Renunció cuando sus tres hijos recibieron, en un mismo día, 300 amenazas de muerte mediante mensajes de distinto tipo. Lo atribuyo a un olvido involuntario, a una mala jugada de la memoria, no creo que haya sido quedar bien con el macrismo, ni con Clarín.
Alfredo Guillermo Bevacqua bevacquarey@gmail.com
“Propongo volver gradual y puntualmente a abrir las aulas para la población rural y vulnerable del interior, sin conectividad, con un testeo agresivo del personal afectado y respetando las medidas sanitarias”.
El encomillado forma parte de la carta enviada por el lector Carlos García y publicada en el Correo de hoy. Tema en debate tanto en el gobierno nacional como en los provinciales y en el de la CABA. Se trata, por cierto, de todo un desafío que tiene defensores a ultranza en uno y otro extremos (abrir las aulas, mantenerlas cerradas, buscar acciones alternativas que combinen la escuela presencial con mecanismos en internet) y también fogoneros de la grieta acusando a uno y otro lado de carencia de responsabilidad.
La pandemia está en el centro de la escena, siempre y hasta que se logren redultados positivos en los estudios de vacunas. La educación forma parte del sinnúmero de dolorosas consecuencias de este virus morrífero que no respeta más que a quienes se cuidan y cuidan de otros con responsabilidad.
Tanta inquietud despierta el tema educativo que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Unesco (organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) emitieron en conjunto un docmento tras debatir el cómo abordar la problemática educativa en esta región. “La interrupción del ciclo escolar ha significado una oportunidad en materia de adaptación e innovación de los sistemas de enseñanza, lo que puede significar enormes avances, pero que también puede implicar una acentuación de las brechas educativas preexistentes en la región entre estudiantes de situación más vulnerable y aquellos más aventajados en cuanto a resultados de aprendizaje y otros indicadores educativos, como la progresión y la permanencia en la escuela”, plantea el documento. La cuestión de los abismos en el acceso al conocimiento motivados por las desigualdades sociales, culturales y territoriales es sintetizada en números por la Unesco, según la cual el gasto educativo, que debió aumentar en la región un 3,6% de 2019 a 2020, podría disminuir más del 9% tan solo en 2020 con consecuencias reales en el presupuesto que podrían observarse recién en 2021.
La dramática situación –crítica en extremo, en algunas regiones de la Argentina y otros países del continente– plantea algunos retos, que recomiendo atender a los lectores de PERFIL: en equidad e inclusión, centrarse en los grupos de población más vulnerables y marginados. “La pandemia ha puesto en evidencia la deuda en inclusión digital –puntualiza el documento Cepal-Unesco– y señala que la desigualdad en el acceso a oportunidades educativas por la vía digital aumenta las brechas preexistentes en materia de acceso a la información y el conocimiento, lo que –más allá del proceso de aprendizaje que se está tratando de impulsar a través de la educación a distancia– dificulta la socialización y la inclusión en general”.
El estruendo que hacen los fuegos de artificio del Gobierno y la oposición no debería afectar el buen juicio de los lectores a la hora de analizar qué caminos debe tomar el país para evitar una generación de mal educados.
Error. La carta de la lectora Laura Mariani referida al tratamiento dado en Policiales del domingo 30 a casos de femicidios es interesante porque pone al descubierto cómo un error, solo uno, en la redacción, edición y corrección puede llevar a confusiones no deseadas. Este ombudsman ha revisado los textos señalados por Mariani y concluye en que el subtítulo y la prmera línea a continuación en la quinta columna de la nota incluyen un mismo error dos veces: el nombre Sandra en lugar del que debió ser, Lorena. Tal vez, la premura del cierre llevó a tipear equivocadamente uno por otro. Era Lorena, no Sandra, nombre de otra víctima de femicidio cuyo caso se incluye en la misma sección. Como podrá comprobar la lectora por numerosas notas publicadas, este diario (y la página de Policiales en particular) profundiza habitualmente en los casos de femicidio y violencia contra la mujer, y lo hace siempre del lado de las víctimas y sus familiares.
Espero que mi compañera de espacio, la Defensora de Género Mabel Bianco, no se sienta ofendida por haber comentado un tema que le es también afín.