Perfil (Domingo)

Facundo: las hipótesis que se siguen y las incógnitas que aún hay en la causa

El cuerpo encontrado en el cangrejal es el de Facundo Castro, pero ahora resta saber cómo y cuándo murió. La familia del joven apunta a la policía y el fiscal suma el accidente.

- LEONARDO NIEVA

Facundo Astudillo Castro (22) iba a la casa de su ex novia, en Bahía Blanca. Vivía en Pedro Luro y el 30 de abril pasado, en medio del aislamient­o social y obligatori­o por la pandemia del coronaviru­s, emprendió un viaje a dedo por la RN 3. A las 10.30 de la mañana, a la altura de la localidad de Mayor Buratovich, fue demorado por una cuadrilla de la Policía Bonaerense. Dos horas más tarde habló con su mamá: “Vos no tenés idea dónde estoy yo”, le dijo. Eran las 13.30.

La última pista certera que existe de Facundo con vida no es esa, sino una que lo ubica a las 3 de la tarde en la misma ruta, pero ya a la altura de la localidad de Teniente Origone, en el partido de Villarino, donde es nuevamente identifica­do por la Policía. Allí le pierden el rastro, aunque supuestame­nte su

celular permanece conectado hasta cerca de las 8 de la noche. El cuerpo recién aparece el sábado 15 de agosto, cuando un grupo de pescadores reporta el hallazgo de un esqueleto en un cangrejal cercano a la localidad de General Daniel Cerri, a unos 15 kilómetros de Bahía Blanca. Era Facundo.

La zona es pantanosa y de difícil acceso, aunque no imposible dado que suele ser un lugar atractivo para los amantes de la pesca. Había sido rastrillad­a sin resultados por unos 200 policías que seguían la hipótesis de una mujer –conocida en la causa como la testigo H– que había asegurado haberlo llevado en su coche hasta el puesto fitosanita­rio de la RN 3.

El cadáver estaba boca abajo en un humedal de agua salada. Todavía no se sabe cómo ni dónde murió. Los resultados de la autopsia recién se conocerán a fines de septiembre y, entre otras cosas, se buscará determinar la causa y data de muerte, y si el cuerpo fue plantado, como sugiere la familia de la víctima.

En principio, todo indicaría que el lugar del hallazgo es la escena primaria, pese a que la querella sostiene que cerca del cuerpo detectaron huellas de un automóvil. Otro punto central que resta saber es la aparición de una de las zapatillas del joven, cuyo estado no se condice con el del cuerpo. Para ello será clave el resultado de la pericia encargada al Equipo Argentino de Antropolog­ía Forense.

El objetivo de este estudio pasa por detectar material genético en la plantilla o en la tela interna para después ser cotejado con el ADN de Facundo. En caso de no ser coincident­e, esto podría avalar la hipótesis de que alguien pudo haber manipulado el calzado y “plantarlo” allí, como sostiene la querella. Lo que nadie pude explicar –al menos por ahora– es por qué no estaba la otra zapatilla.

Las dos hipótesis más fuertes proponen escenarios totalmente

distintos: una habla de una desaparici­ón forzada seguida de asesinato, y apunta directamen­te a efectivos de la Bonaerense, y la otra plantea un accidente.

El fiscal federal Santiago Ulpiano Martínez no descarta ninguna, pero no cuenta con elementos de prueba suficiente­s como para relacionar la desaparici­ón del joven con los policías que intervinie­ron en las dos detencione­s.

Muchas cosas no cierran. ¿Cómo una persona sola puede accidentar­se en medio de la nada? ¿Se ahogó mientras buscaba acortar camino y evitar el control de Gendarmerí­a? Los investigad­ores creen que pudo haberse caído de uno de los puentes ferroviari­os que cruza el canal conocido como Cola de Ballena. Además aseguran que los testimonio­s de los policías involucrad­os fueron objetivado­s con pruebas duras: testigos civiles, antenas de teléfonos, ubicación satelital de los patrullero­s y prueba documental, entre otras cosas.

Sin embargo, la familia de

Los resultados finales de la autopsia estarán a fines de septiembre

“Vos no tenés idea dónde estoy yo”, le dijo Facundo a su mamá antes de desaparece­r

“Descartaro­n un suicidio y un accidente, es un cuerpo que murió por asfixia.”

Facundo rebate la pista del hecho fortuito y, por ejemplo, se pregunta por qué la mujer policía que participó de la detención eliminó su cuenta de WhatsApp una semana después de la desaparici­ón del joven y cuestiona cómo llegó el souvenir de Facundo al destacamen­to de Origone, si supuestame­nte el chico nunca pasó por allí.

Otro dato que alimenta la sospecha contra la fuerza tiene que ver con el análisis del GPS de un móvil policial en la zona donde apareció el cuerpo, y que fue secuestrad­o en las últimas semanas. Lo curioso es que el sistema de rastreo lo ubica el 8 de mayo, el mismo día que la agente investigad­a eliminó el servicio de mensajería.

La hipótesis de la querella está claramente direcciona­da a una desaparici­ón forzada. Facundo fue detenido a las 10 de la mañana y trasladado a la comisaría de Mayor Buratovich. Cinco horas después lo volvieron a parar en la misma ruta, por agentes del destacamen­to de Teniente Origone.

Para la familia la intervenci­ón de un perro rastreador con probados antecedent­es y que intervino en varios casos resonantes, como el de Santiago Maldonado, refuerza esta teoría. Yatel –así se llama el can– marcó el patrullero donde hallaron presuntas manchas de sangre, alimentand­o las sospechas que existen contra un teniente primero de la fuerza, que tenía asignado ese móvil.

El policía en cuestión declaró en la causa y reconoció que el 30 de abril a las 15 identificó a Facundo cuando caminaba por la RN 3 rumbo a Bahía Blanca. Pero se contradijo. Primero aseguró que el chico se subió a una camioneta gris y luego se retractó y aseveró que continuó su caminata.

Tres testigos que presentó la querella que encabeza el abogado Leandro Aparicio aseguran que fue subido a ese móvil. La familia de Facundo no solo está convencida de la responsabi­lidad policial en la desaparici­ón de Facundo, sino que además denuncian que aprietan testigos y que intentan desviar la investigac­ión. Sin embargo, hay quienes ponen en duda esta versión y aseguran que los testigos se equivocan o confunden el día, y hasta desacredit­an el relato de la testigo H.

Cristina Castro, la mamá de Facundo, está convencida de la mano policial. “Han descartado un suicidio, han descartado un accidente, es un cuerpo que ha muerto por asfixia, ha sido una muerte traumática, lo han matado. Ahora están determinan­do si ha sido por sumersión o por estrangula­miento”, adelantó la mujer, el día en el que el cuerpo de su hijo fue sometido a la operación de autopsia. Como pasó con el cotejo de ADN, habrá que esperar el informe oficial del cuerpo médico forense.

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