En el cuello de Goliat
Filosofía menor y petisa
Ezequiel González filosofía
La mejor parte del amor; Las cosas de aquí abajo; Teoría del suelo
Del Trinche, $ 600
Así como existe la cintura cultural piamontesa entre el sur de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires, la capital posee su bufanda y lazo: casi la mitad de la población del país habita el conurbano que asfixia la cabeza de Goliat. Allí, en esa expulsión del campo al barrio, para que la pampa siga el rinde de los granos exportables, la gran masa se piensa a sí misma en un corral alrededor de plaza, intendencia, iglesia, escuela y funeraria. De ahí al margen y su margen. ¿Qué noción aparece? Un nuevo infinito. En donde el autor grafica la decepción del conocimiento, el ahogo por la sumisa educación, donde se tejen tanto la reiteración del destino como la infamia del olvido. Más que irreverente, González toma posición de combate: enuncia que el lenguaje es una apropiación cuya sabiduría radica en pensar. Hacer el pensar, desbaratar la farsa.
Testimonio del segundo decenio de este siglo, cada texto aborda de Nietzsche a Houellebecq, de Kant a Borges, nadie queda a salvo porque la nave va, sigue su traza pensando. El rastro es subvertir el orden. Si los enunciadores se adjudican un rol de dioses carenciados, pero asertivos, desde el yuyo, rincón o esquina, hay un retruécano de ideas que tala el bosque para perdurar el desierto. A qué vamos dijeron los ciegos pintados por Brueghel, bien, a la muerte en carnaval dichoso. En el abismo está la diferencia, cómo llegamos a él, con qué dignidad, con qué paz. Esta retórica es resultado de la lectura. La filosofía menor es un ejercicio de resistencia, como para bajarle el copete a esa plebe poderosa que se cree el centro dominante. Una rebelión objetiva, humilde, que reniega de la pobreza, como de la fe ciega: Troya o el primer barrio privado.