Reescribiendo el pasado
Gustavo Álvarez Núñez atenta contra lo establecido de la historia escrita y revuelve las tripas de bandas y artistas que sin cuestionarse nada siguieron construyendo su legitimidad.
Éramos tan modernos. Costumbres argentinas de decir no. De Moris a Babasónicos
Gustavo Álvarez Núñez ensayo
Vidas epifánicas; ¡El Che vive!; Sweet home: Panamericana; Bailemos; Tratado sobre los padres
La Carretilla Roja, $ 800
Hubo un tiempo en que el rock argentino simpatizó con la palabra no (el rock es no, cuando es sí es entretenimiento, recuerda siempre el Ruso Verea), pero así como levantó ciertas banderas de libertad e independencia artística y combatió al poder, también terminó por convertirse en poder. Y es en esa tensión constante en la que trabaja el nuevo libro del músico y poeta Gustavo Álvarez Núñez, también conocido como GAN. En un poco más de cien páginas, Éramos tan modernos. Costumbres argentinas de decir no: de Moris a Babasónicos construye un desarrollo que tematiza “la negación y la disidencia” en el rock, la modernidad de los años 80, y vuelve a indagar sobre figuras mitificadas (Charly García, Luca Prodan) con el fin de una relectura. Trae de nuevo figuras injustamente olvidadas (Tanguito, Moris, Diana Nylon) y los interrogantes brotan.
“¿Qué sucede cuando se vuelve exitoso un proyecto de vida que atañe a unos pocos, una visión del mundo y de las cosas que se encuentra en las antípodas de los cánones establecidos?”, es una de las preguntas que deja latentes este libro. GAN, desde su trazo hipnótico, también atenta contra lo establecido de la historia escrita (por vencedores) y revuelve las tripas de bandas y artistas que sin cuestionarse nada siguieron construyendo su legitimidad, ataviados de fraseos ideológicos y eslóganes muy atractivos para el cartel. Pero no todos optaron por ese camino y la identidad rockera entró en conflicto. Los nuevos héroes que asomaron parecieron alejarse de los trovadores y los supuestos grupos “comprometidos”. Otra perspectiva artística se adueñó del camino, con la modernidad como bandera. Y por supuesto no fue bien recibida.
“Algunos de los que habían fundado el rock en la Argentina, esos que habían desplegado sus alas y logrado capturar el espíritu del tiempo a través de melodías entusiastas e intenciones libertarias, veían con malos ojos que el vendaval de nuevos grupos en los albores de los años 80 se apropiase de todo lo concerniente al rock: el estilo, la prédica, el público, el periodismo, la seducción, el negocio”, escribe GAN y polemiza con ciertas lecturas de la época que, por ejemplo, acusaron a Virus de artificial y pasatista, o con la poca paciencia que se le tuvo a Los Encargados, el grupo rupturista que comandó Daniel Melero. A partir de estas puestas por parte del autor, es que de paso se revisan los cánones que habían sentado las bases de qué era rock y qué no. “Es trazar un linaje de esas apuestas artísticas que en ciertos momentos de sus trayectorias le dijeron no al establishment, a la industria, al star system”, le explicó el autor a Télam.
El capítulo del libro que titula “Tratado de lo no resuelto” deja aún más claro esto que le dijo GAN a la agencia de noticias. En esas páginas lo contracultural se divide en momentos y en cada uno de ellos aparecen algunas figuras que supieron decirle que no a la industria de distintas maneras: Tanguito, Moris, Litto Nebbia, Charly García, Luca Prodan, Los