Casualidades y causalidades en una vida y en un libro
El libro es enigmático, fascinante, cuenta historias autobiográficas de la autora y estoy segura de que va a subyugar a los lectores
Creo que detrás de esas experiencias singulares, curiosas, aparentemente inexplicables, hay algo que se llama “causalidad”. Una causa… o varias...
Me alegra ver que lo que fue una vaga idea en una charla informal se materializara en esta selección de relatos de Maud Daverio Cox, titulada El misterio de las causalidades, publicada recientemente por VS Editores).
El libro es enigmático, fascinante, cuenta historias autobiográficas de la autora –puro misterio y suspenso– y estoy segura de que va a subyugar a los lectores. Escritos a sus 89 años, con todo lo vivido como la esposa y compañera de toda la vida del valiente periodista británico Robert (Bob) Cox, estos relatos van a sorprender e interesar porque reflotan fragmentos de la historia argentina y también significativos recuerdos familiares de la autora.
“¡Qué cosa tan extraña son los presentimientos! Ellos, como las simpatías espontáneas y los signos que se hallan en todas las cosas, constituyen un misterio del que la humanidad no ha encontrado la clave.” Esta cita de Charlotte Brontë define magistralmente las ocho historias que nos presenta Maud Daverio Cox en este peculiar volumen.
Advierto otra coincidencia que demuestra que nada es casual y que todo es “causal”: el 8 es, precisamente, el número que representa en forma simbólica el Infinito.
En lo que se refiere a la autora, uno cree conocer a las personas por lo que parecen ser y por lo que nos comunican. Seguramente, como muchos, yo creía conocerla a Maud, a lo largo de más de cuarenta años de amistad: una mujer lúcida, sagaz, audaz, fuerte, corajuda, culta,
La escritora argentina Alina Diaconú reflexiona a partir de la lectura del libro de cuentos de Maud Daverio Cox, “El misterio de las causalidades”, que acaba de aparecer. Tal vez, escribe Diaconú, el lector “encuentre el porqué de los enigmas expuestos en este libro. O bien capte cierto sentido, acaso cósmico, que está detrás de todo y que nos trasciende.”
amante del arte y de la música, muy interesada en la política (obviamente), buena analista de la actualidad, la esposa de un maestro del periodismo, estupenda madre y abuela, militante de una inteligencia privilegiada, dueña de un humor sarcástico y con un corazón grande como una casa grande.
Pero hay otra faceta de Maud, acaso desconocida. Esa que en su rica vida registró varias experiencias misteriosas, enigmáticas, que nos está revelando en estas páginas y que parecen provenir de dimensiones ignotas. Sólo una fina sensibilidad y un espíritu alerta pueden registrar hechos como estos, donde vive aquello que Carl Jung llamaba “sincronicidad”.
¿Qué es la sincronicidad? La aparición simultánea de hechos que no están vinculados por una relación causa-efecto, sino por un significado oculto. Esos hechos pueden expresarse de una manera real o simbólica y cuando uno no sabe cómo explicarlos, los atribuye al azar o a la casualidad.
Personalmente, creo que detrás de esas experiencias singulares, curiosas, aparentemente inexplicables, hay algo que se llama “causalidad”. Una causa… o varias... No siempre las tenemos claras, pero son ellas las que producen esas simultaneidades y esas inverosímiles asociaciones entre personas, objetos, sitios y tiempos históricos diferentes. Y considero que es un privilegio que a una observadora perceptiva y memoriosa como
Maud se le hayan revelado. Cuando, además, ella lo va relatando como lo hace aquí, con el suspenso, la sapiencia y el oficio de una hábil escritora, solo cabe el aplauso.
Dice Maud en el prólogo de su libro: “Todos hemos experimentado episodios inesperados que nos han sorprendido. Intentamos entenderlos, pero no podemos. ¿Casualidad? (...) Buscamos un por qué y no lo hay.”
Y termina su introducción: “Cada lector tendrá su propia experiencia de instantes en su viaje de vida. (…) Para mí escribir es una manera de comprender el mundo, ese ‘mar de tinieblas’, utilizando las palabras de Amado Nervo”.
Y me digo a mí misma: a lo mejor, usted lector, encuentre el porqué de los enigmas expuestos en este libro. O bien capte cierto sentido, acaso cósmico, que está detrás de todo y que nos trasciende.