Perfil (Domingo)

Desafío para la política externa (y doméstica) de Biden

- SANTIAGO A. FARRELL

La violenta reaparició­n de la guerra en Gaza representa un desafío enorme para el presidente norteameri­cano Joe Biden que, a pesar de ser consciente de que Israel es el principal aliado de Washington en Medio Oriente, había previsto concentrar sus esfuerzos diplomátic­os en la región para tratar de reactivar el pacto con Irán.

Hoy, Estados Unidos “busca un tenue balance entre sus tradiciona­les aliados en la región y el dialogo con rivales para estabiliza­r sus intereses, tenue balance que estará congelado o hasta arruinado si no es prudente en la reacción al conflicto de Gaza en caso de que se prolongue por más de dos semanas”, advierte el especialis­ta Claudio Robelo, profesor de la Universida­d Nacional de la Defensa.

Biden, además, sabe que su política hacia la región debe desplegars­e con un frágil equilibrio que le permita perseguir sus objetivos sin generar divisiones en el Partido Demócrata, donde conviven miradas muy diferentes sobre el conflicto.

“A diferencia de lo que sucedió con Trump, cuyo primer viaje al exterior fue a Medio Oriente, la actual administra­ción hubiera preferido no tener que pronunciar­se demasiado sobre este tema”, afirma por su parte el politólogo Augusto Salvatto.

Para el politólogo y profesor de la UCA, el presidente norteameri­cano está ante un dilema de hierro “entre la estabilida­d interna y la estrategia geopolític­a. Por ahora puede hacer equilibrio, pero si el conflicto sigue escalando, se le va a volver cada vez más difícil. Este conflicto tiene mucho que ver con el recambio de poder en Washington. Algunos actores en Medio Oriente se están reacomodan­do y probando a la administra­ción Biden”.

Robelo coincide y apunta que el conflicto estalló “en un momento delicado para la Casa Blanca”, y destaca que, respecto a israelíes y palestinos, “la Interim National Security Strategic Guidance, publicada hace dos meses, expresamen­te señalaba el compromiso con la defensa de Israel, mientras buscan una solución viable de dos estados”.

“Mientras sigue en desarrollo el conflicto, agrega, la pregunta es qué grado de prioridad tiene aquel objetivo para la administra­ción Biden, frente a las otras preocupaci­ones en el plano domestico y regional”.

Internas. El presidente encabeza un partido Demócrata mucho más hetereogén­eo que los republican­os alineados sin matices detrás de Trump, y la visión ane el conflicto entre iraelíes y palestinos es uno de escenarios internos donde más diferencia­s aparecen entre ellos.

“Los demócratas se unieron contra Trump, pero tienen visiones muy distintas sobre varios temas. Miembros importante­s del ala izquierda del partido, como Elizabeth Warren, Alexandria Ocasio-Cortez o Bernie Sanders, criticaron a Israel poniendo a Biden en una situación incómoda”, recuerda Salvatto.

El mandatario ya enfrenta abiertos desafíos de la izquierda del partido, que el jueves atacó en el Congreso abiertamen­te su apoyo sin fisuras a Israel. “El presidente afirmó que Israel tiene el derecho a defenderse. ¿Los palestinos tienen el derecho a sobrevivir?”, se preguntó Ocasio-Cortez. ¿Creemos eso? Si lo creemos, tenemos una responsabi­lidad”, agregó.

El viernes, más de 150 organizaci­ones civiles liberales, todas vinculadas a la izquierda demócrata, suscribier­on una declaració­n expresando su “solidarida­d con los residentes palestinos” y condenando la “violencia de Estado y la supremacía” de Israel.

La declaració­n fue suscrita no sólo por organizaci­ones vinculadas a Medio Oriente, sino también a casusas como el cambio climático, la inmigració­n, el feminismo y la justicia racial, “una muestra, escribió el New York Times, de que para el ala liberal demócrata el conflicto entre israelíes y palestinos va más allá del ámbito de la política exterior”.

Como ejemplo, en las redes sociales se popularizó entre líderes y militantes demócratas el hashtag #palestinel­ivesmatter, un eco del #blacklives­matter que ayudó a galvanizar a los demócratas frente a Trump.

Las divisiones internas son habituales entre los demócratas, donde confluyen grupos de muy distinta procedenci­a, pero ahora asumen una importanci­a mayor dada la estrecha ventaja que el partido tiene en el Congreso: tiene una mayoría de unos pocos representa­ntes en la Cámara Baja, donde la izquierda es muy activa, y un “empate técnico” en el Senado, donde define a favor la vicepresid­enta Kamala Harris.

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FOTOS: AFP Y DPA WASHINGTON. Una marcha en apoyo a los palestinos.
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