TIMERMAN DESCONCIERTO
Querida Beatriz (Sarlo): Supongo recordarás nuestro casual encuentro en La Cumbre en febrero de este año.
Con ese espíritu, quisiera compartir con vos el impacto que me provocó tu nota publicada hoy en el diario PERFIL. Reconozco que mi profunda y larga amistad con Héctor Timerman me sensibiliza cuando alguien lo nombra. No obstante, creo que no es por eso que siento un malestar al verificar que una escritora/periodista/ pensadora como vos, necesita recurrir al año 2003 para ejemplificar algo que menciona como inherente a la política. Si fuese así, habría disponibles escenas más actuales. Entonces, si no es para ejemplificar, ¿para qué es?
Héctor Timerman está ausente, por lo cual no te puede contestar que es familiar directo y en primeras y únicas nupcias (desde 1982 hasta su muerte) de uno de los apellidos que vos mencionás. Por lo cual no queda claro el sugerido objetivo espurio que pensás que tendría darte una “pilita de datos” para demostrar “la firmeza de sus vínculos con el capitalismo argentino”.
En 2003, cuando vos sugerís que te invitó a almorzar, él dejó la revista Tres Puntos y, lejos de conocer su destino diplomático, en ese año se asoció a mi marido,
Marcelo Capurro, para fundar la revista Debate, que excluía explícitamente –por acuerdo de accionistas– la posibilidad de tomar funciones públicas. Tanto que cuando fue nombrado cónsul en mayo de 2004, renunció a su cargo y a su participación accionaria en la revista Debate. Por último, no logro entrever la relación de tu recuerdo del año 2003 (y tu reclamo porque recién entonces Héctor Timerman te invitara a almorzar, y no antes), con el resto del contenido del artículo.
Cordiales saludos,
Doris Capurro doris@capurro.com.ar