LA INDEPENDENCIA: ¿EN EXTINCIóN?

Al estar a cargo de un teatro independiente, Mariano Stolkiner puede confesar cuál es el secreto para no morir en el intento. Dirá: “Se mantiene desde el deseo y no se deja de trabajar. Aunque tuviéramos todo lo económico resuelto, sin trabajo y sin deseo, igual estaríamos cerrando. Pero lamentablemente no tenemos lo económico resuelto. Ya hemos sido inventivos de sobra, hicimos streaming, ciclos de charlas, dimos clases por zoom, hasta sacamos el teatro a la calle con tal de mantener la presencialidad, condición fundamental para su existencia. Invertimos

muchísimo dinero en adaptar nuestros espacios a las exigencias que marcan los protocolos. Abrimos tomando los cuidados necesarios y demostramos que no somos un foco de contagio. Sin embargo hoy volvemos a estar cerrados. Ya es tiempo de que el Estado asuma la responsabilidad que le compete. No digo que no esté haciendo nada, pero no alcanza ni de cerca. En tiempos de crisis tan profunda, teniendo en cuenta la cantidad de gente que gira en torno a una sala, si la cultura y sobre todo su gente realmente importan el Estado debe ponerse a la altura de las circunstancias”. Finaliza: “No sirve de nada que se salgan a anunciar grandes ayudas cuando del otro lado resultan completamente insuficientes. Mientras seguiremos dando la baja de distintos servicios, recortando algunos insumos fundamentales y acumulando deuda. Al menos los que todavía podamos hacerlo, porque son muchos los teatros que ni así lograron sostenerse y cerraron. Nuestra realidad no es ajena a la del conjunto y más allá de todos nuestros esfuerzos y deseos no podemos garantizar que nuestra sala vaya a seguir existiendo mucho tiempo más”.