“Resistimos por el deseo ritual” y mantenemos el
El actor y director realiza funciones al aire libre de El dramaturgo 2.0. con entrada a la gorra, apuesta al encuentro y al humor.
Border. Comunidad de Arte es una de las muchas salas independientes de la Ciudad de Buenos Aires, y de la Argentina toda, que le dan vitalidad a la polifacética cartelera teatral. Es también uno de los espacios que enfrentan las dificultades de los cierres y aperturas de lugares de encuentro artístico, por medidas frente a la pandemia
de Covid. El dramaturgo 2.0, de Patricio Abadi, es un espectáculo que allí se realiza, al aire libre, en la terraza de Godoy Cruz 1838. El mismo coautor de El
equilibrista, el unipersonal de Mauricio Dayub, interpreta aquí textos solo de su autoría, actuando en dupla con Luciana Buschi. Los sábados a las 17 se presentan con un compilado de pequeñas escenas en las que también intervienen actores invitados, como Julieta Vallina y Lautaro Delgado. Ayer fue el turno de la talentosa Paula Ransemberg. Poniéndole
energía a los primeros fríos de 2021, Abadi amplía detalles sobre esta propuesta a la que solo se puede acceder previa reserva.
—¿Cómo surgió este proyecto?
—Es un nuevo espectáculo al aire libre con el cual estamos celebrando los diez años del dúo que conformamos con la actriz y cantante Luciana Buschi. Con el equipo de trabajo que completan Marcela Blanco y Demián Ledesma Becerra, nos propusimos que la bellísima terraza del Border fuera un ámbito donde el espectador pueda sentirse cuidado y disfrutar de la experiencia teatral tomando un café o un trago con el atardecer como telón de fondo. Los invitados son personas con las cuales tenía ganas de trabajar y con quienes nos une una fuerte empatía artística y personal. No obstante, desde redes sociales vamos a estar haciendo convocatorias para sumar gente nueva a lo largo de este pro
—¿Por qué lleva el título de “El dramaturgo 2.0”?
—La obra está compuesta por diferentes cuadros de humor, música y poesía, que tienen como eje conceptual el hecho de transitar por diferentes géneros dramatúrgicos impuros, como el
Western de Las Pampas o clásicos llevados al Pornosoft como
Don Pijote y Dulcinea. De ahí surge el título El dramaturgo 2.0.
Varios de estos textos míos han resultado ganadores en diferentes concursos de dramaturgia.
—¿Cómo se involucra el público?
—Tomar aire, y un té y un trago, en este contexto opresivo termina siendo un planazo. Tanto los espectadores como nosotros lo estamos gozando a pleno. Es resistir desde el deseo, desde el trabajo artesanal, mantener el ritual. Es la experiencia humana, tan necesaria y en extinción. Y lo que es fundamental es que somos estrictos con los protocolos porque, más allá de que sea todo abierto y al aire libre, hacemos hincapié en los cuidados, ya que queremos que sea un lugar vinculado con el erotismo y la vitalidad.
—¿Qué de la esencia teatral se mantiene incluso en formatos adaptados al contexto como es éste?
—Nuestra idea es seguir con la obra hasta fines de mayo, resistiendo con amor e ímpetu para que la gente se acerque y sepa que allí en Palermo, en las alturas y a cielo abierto, hay un espacio posible para ser felices en contacto con la cultura y el arte. Decidimos hacerla “a la gorra”, para no privar a nadie de la posibilidad. La otra vez pensaba cuántas veces nos abrigamos para hacer cosas que, en el fondo, no nos interesan tanto. Entonces, ¿cómo no abrigarnos para ir al encuentro de ese ritual ancestral que tanto adoramos y que se llama teatro?