Ofrecen US$ 800 mil por datos para dar con los autores del ataque a Duque.
Hallan dos fusiles en la zona del atentado al helicóptero presidencial colombiano, uno venezolano. En la región hay mucha actividad de narcos y grupos guerrilleros.
Las autoridades colombianas ofrecieron una recompensa de hasta 800 mil dólares para quien brinde información que permita identificar a los autores del atentado del viernes contra el helicóptero que transportaba al presidente Ivan Duque y dos de sus ministros, y revelaron que cerca del lugar del ataque se hallaron dos fusiles, uno de ellos utilizado por las Fuerzas Armadas venezolanas.
El ataque se registró en la tarde del viernes, cuando la nave, un Black Hawk de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC), recibió seis impactos de bala mientras se acercaba a Cúcuta, en el estado Norte de Santander. El mandatario y sus acompañantes pudieron aterrizar a salvo en el aeropuerto Camilo Daza de esa ciudad, fronteriza con Venezuela.
Imágenes divulgadas por la presidencia muestran varios impactos de bala en la cola y la hélice principal.
El director general de la policía, general Jorge Vargas, precisó que los disparos se dieron desde un barrio de esa misma urbe, cercano al aeropuerto de donde despegó la aeronave presidencial.
“Se desplegó un equipo de búsqueda sobre ese sector y fueron encontrados dos fusiles”: un AK-47 cuyo número de registro está siendo investigado y otro calibre 7,52 “con marca de las fuerzas armadas de Venezuela”, así como 20 vainas percutidas, agregó.
Tomás Guanipa, el “embajador” de Juan Guaidó en Bogotá, tuiteó que el hallazgo de un FAL venezolano “es otra prueba más de que el régimen de Maduro financia y equipa a grupos terroristas”.
Respecto de las 20 vainas disparadas y ubicadas en la zona de registro, 14 de ellas tendrían correspondencia con el fusil FAL y las restantes seis con el AK-47, según datos preliminares suministrados por los peritos de policía y Fiscalía, añadió Vargas.
El ministro de Defensa, Diego Molano, reveló que cinco personas fueron detenidas preventivamente.
“No vamos a escatimar esfuerzos con nuestra fuerza pública hasta capturar a los responsables que han afectado y que han buscado afectar las instituciones de Colombia, que el temor lo sientan esos responsables criminales y terroristas”, advirtió el ministro de Defensa.
La Fiscalía General asignó un equipo especial de investigaciones para adelantar las investigaciones, que ayer analizaba la trayectoria de los disparos y el tipo de arma utilizada, para avanzar en las pesquisas.
“Por los sitios de impacto -cerca de los rotores y de un motorse investiga la posibilidad de que no se hubiera tratado de un ataque en el que se aprovechó una oportunidad sino de una acción más planeada. Las autoridades creen que pudo tratarse de un francotirador que intentó impactar las áreas menos protegidas del helicóptero blindado que son además claves para mantenerlo en vuelo”, escribió el diario El Tiempo.
Catatumbo. El helicóptero, matrícula 007 de la Fuerza Aérea de Colombia (FAC), fue impactado en seis ocasiones, cuando sobrevolaba un barrio empobrecido, ubicado a 1,2 kilómetros de la pista del aeropuerto internacional Camilo Daza.
Duque volvía de un evento en la región del Catatumbo, una de las zonas con más narcocultivos del país, principal exportador de cocaína del mundo. Disidentes de las FARC, militantes del ELN y otros grupos armados se disputan las rentas del narcotráfico en la zona aprovechando la porosa frontera de 2.200 kilómetros entre Colombia y Venezuela.
Las autoridades no han dicho si los disparos fueron realizados desde Colombia o Venezuela, donde según el gobierno se ocultan disidentes de la extinta guerrilla FARC y rebeldes del Ejército de Liberación Nacional (ELN), última guerrilla reconocida del país.
El jefe policial Vargas precisó que los detenidos se hallaban cerca del lugar desde donde se habrían producido los disparos, y agregó que se realizaron 16 registros voluntarios de viviendas en esa zona y dos allanamientos.
Además del presidente Duque, en la aeronave estaba el Diego Molano, su colega del Interior, Daniel Palacios, así como el gobernador de Norte de Santander, Silverio Serrano, el alcalde de Cúcuta, Jairo Yáñez, el senador Ernesto Macías y el hermano del mandatario. La tripulación estaba integrada por dos pilotos y dos auxiliares.
El ataque se produjo cuando la comitiva regresaba de la po
blación de Sardinata hacia Cúcuta, frontera con Venezuela.
El comandante de la FAC, general Ramsés Rueda, destacó el papel de la tripulación del helicóptero impactado, porque pese a los disparos “los pilotos, con gran experiencia operacional en combate, llevaron esta aeronave a tierra en pocos segundos de manera segura”.
Una de las personas que viajaban en la aeronave dijo a El Tiempo que percibieron que les estaban disparando cuando habían iniciado el descenso hacia el aeropuerto. “Fueron momentos de mucha angustia. En ese momento, uno de los auxiliares dijo ‘tranquilos, tranquilos’. Yo creo que fueron unos 15 o 20 segundos de disparos”, aseguró.
Mensaje. Poco después del episodio, el presidente Duque divulgó un mensaje, en el que afirmó que el “dispositivo aéreo” de su seguridad evitó que ocurriera “algo letal” por el ataque. “Es un atentado cobarde donde se ven impactos de bala a la aeronave presidencial”, dijo el mandatario.
“Una vez más reiteramos que como Gobierno no vamos a desfallecer un solo minuto, un solo día, en la lucha contra el narcotráfico, el terrorismo y contra los organismos de criminalidad organizada que operan en el país”, añadió Duque.
Se trató del primer atentado contra un presidente colombiano en casi dos décadas. En febrero de 2003 una carga explosiva de 20 kilos oculta en una vivienda aledaña al aeropuerto de la ciudad de Neiva, en el suroeste del país, fue detonada previo al aterrizaje del entonces presidente Álvaro Uribe, padrino político de Duque.
El ataque contra el helicóptero se produjo a poco más de una semana de un atentado contra las instalaciones de la Brigada 30 del Ejército colombiano en Cúcuta, cuando una furgoneta ingresó en las instalaciones y explotó hasta en dos ocasiones, lo que provocó daños materiales y más de 30 heridos entre soldados y civiles.
Las autoridades colombianas han relevado de sus puestos a dos coroneles responsables de la seguridad del lugar. Además, otros seis militares están siendo investigados no solo por las negligencias en materia de seguridad que se habrían cometido, sino también por una posible participación en el atentado.
La primera respuesta del Gobierno ante este ataque fue señalar como posible responsable al Ejército de Liberación Nacional (ELN), algo que desde la guerrilla han negado.