AMLO, como trump, ve solo ‘fake news” en las críticas de la prensa
El presidente mexicano dedicará parte de sus conferencias diarias a denunciar las “mentiras” del periodismo, que difunde “datos falsos sin sustento” sobre su gobierno.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, mantiene una verdadera cruzada contra los medios de prensa que lo critican con tenacidad, y que han llenado un vacío que antes ocupaba la oposición, ahora un poco menguada, a juicio de los analistas, pero decidió llevar esa confrontación a un nuevo nivel.
Días atrás, el mandatario anunció que creará una sección semanal dentro de su habitual conferencia matutina diaria para desvelar las “fake news” de la semana difundidas por los medios informativos, tanto digitales como impresos, en contra de su gobierno, iniciado hace dos años y medio.
AMLO, como se lo conoce, designó a la periodista Elizabeth García, que trabaja para el diario La Jornada de Oriente, filial del diario capitalino La Jornada, para poner en evidencia a aquellos órganos de prensa que a su juicio digan “mentiras” sobre su gobierno.
La decisión de inmediato causó rechazo de parte del periodismo mexicano, que a su vez acusó al presidente de “difundir datos falsos e informaciones sin ningún sustento” en las “mañaneras”, sus conferencias de prensa diarias.
Un estudio difundido recientemente afirmó que el presidente formuló más de 56 mil afirmaciones “falsas o engañosas” en sus “mañaneras”, desde que inició su gobierno.
Según la investigación realizada por Luis Estrada, director de la consultora política SPIN, que analizó los datos no verificables a los que alude el presidente en sus conferencias, el jefe de Estado ha hecho, en promedio, en cada conferencia 88 “afirmaciones no verdaderas”.
El ejercicio de la firma SPIN emuló el conteo realizado por el diario estadounidense The Washington Post, para contabilizar los señalamientos apócrifos de los discursos del ex presidente Donald Trump.
Según el Post, en los primeros cien días de su presidencia Trump realizó 492 “afirmaciones sospechosas”, y para el final de su administración ya había acumulado 30.573 afirmaciones “falsas o engañosas”, con un promedio de 21 por día, por lo que López Obrador ya lo habría superado.
“La instauración de un tribunal para juzgar y condenar lo que en Presidencia consideran ‘mentiras’ en los medios ‘tradicionales’ (prensa, radio y televisión) y en las redes sociales configura un abuso de poder”, señaló el analista Carlos Marín. Este recuento “pone en peligro físico a quienes, sin oportunidad de replicar en el mismo foro, son echados a la hoguera pública”, agregó Marín, conductor de un popular programa televisivo.
Tomar como blanco a la prensa no se trata de un tema menor en un país en el que en 2020 se asesinó a treinta periodistas, lo que convirtió a México por segundo año consecutivo en el país con más periodistas asesinados, según cifras del Comité para la Protección de Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés).
“La legitimidad de discrepar no es gracia de su gobierno, quien tiene la obligación constitucional de preservarla”, subrayó el analista Marín en alusión al presidente.
La decisión de crear el “Quién es quién” en las noticias falsas de México fue cuestionada también por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), quien indicó que “afecta la libertad de expresión y la democracia”, lo que le valió al organismo una dura crítica de AMLO. “Les debería dar vergüenza defender un periodismo de mentiras”, dijo el presidente.
“Es una interpretación muy ventajosa de parte de quienes no quieren que haya confrontación de ideas, que haya un diálogo circular que nada más quieren ellos tener el monopolio de la verdad y que nadie puede replicar”, agregó.
“¿Cómo no vamos a tener el derecho de decir: ésta es una calumnia y probarlo?”, añadió el mandatario, que se preguntó si el gobierno tiene que quedarse callado y si “nadie puede refutar” las afirmaciones de “los medios de información convencional”, a los cuales acusó de “pontificar con una supuesta verdad absoluta”.
“Hay que poner por delante la verdad, hay que respetar a la gente, pero no solo a las autoridades o a los integrantes de la llamada sociedad civil, no solo los periodistas, no solo los servidores públicos, sino respetar al pueblo, porque el periodismo y la política son imperativos éticos”, recalcó.
López Obrador no dudó en señalar con su nombre a los principales analistas que desde diversos medios cuestionan sus actos de gobierno y se declaró el mandatario “más criticado” desde el reverenciado presidente Francisco I. Madero, que gobernó a principios del siglo XX tras la dictadura de treinta años de Porfirio Díaz.
“La mentira en los medios se convirtió en una constante y no había derecho de réplica. Ahora sí la hay. Se garantiza el derecho a la información, no hay censura, hay libertades plenas. Esto es muy bueno para consolidar la democracia”, por lo que “nadie debe de sentirse ofendido” pues “no se trata de calumniar a nadie”, concluyó.