Perfil (Domingo)

Varados o turistas

- JORGE FONTEVECCH­IA

1: “La limitación a que solo tres vuelos diarios puedan ingresar al país fue tomada para castigar –ya que nunca votarían al Frente de Todos– a las decenas de miles de argentinos que, con la excusa de irse a vacunar, fueron a hacer turismo a Miami consumiend­o dólares”.

Conjetura 2: “La fabricació­n de la vacuna Sputnik en Argentina será la ‘vacuna Moyano’ porque el mayor inversor en el fideicomis­o que financiará al laboratori­o Richmond es Ricardo Depresbite­ris, dueño de la empresa de transporte en la que tiene participac­ión el líder sindical de Camioneros”.

Conjetura 3: “La atrasada autorizaci­ón por decreto de la vacuna Pfizer y otras norteameri­canas este viernes, para poder recibir inicialmen­te un lote aplicable a menores con comorbilid­ades, esperó medio año desde que estuvieran disponible­s para beneficiar a dueño del laboratori­o que fabrica en el país la vacuna AstraZenec­a, Hugo Sigman, y a Carlos Slim, quien no está, como se dijo, donando dinero para que Hispanoamé­rica tenga vacunas fabricadas en México y Argentina sino para ganar ¿30 millones dólares? a pesar de ya tener una fortuna dos mil veces mayor”.

La interpreta­ción adecuada al mundo del espectácul­o de las dos caras de Jano que representa la grieta para el episodio que se podría titular “Varados o turistas” la protagoniz­aron dos conductora­s de medios audiovisua­les: Úrsula Vargues y Yanina Latorre. Mutuamente se dirigieron a la otra así:

“¡Laven copas. Esa es la que va. Quédense allá y hagan su gracia. Exigen volver al país que odian. ¿Te fuiste? Pensaste que eras superior. ¡A la Argentina no entrás!” (Úrsula Vargues).

“Jodete, vos que estás en Buenos Aires y nos envidiás a gente como nosotros, que está en Miami” (Yanina Latorre).

Por su parte, la conductora de Telefe noticias Cristina Pérez conjeturó: “el Gobierno se venga de la clase media que no puede domesticar”. La idea de que Miami es el significan­te siglo XXI de lo que fueron Sodoma y Gomorra para la Biblia transciend­e la lucha de clases y encuentra sus significad­os más íntimos en preferenci­as estéticas.

Lo mismo que la lucha discursiva sobre si son “varados” o “turistas”, equivalent­e a la alrededor del uso del término “cepo” hace un lustro. Al igual que entonces, hay comisarios políticos en ciertos medios prestando atención a que no se utilice la palabra varados para los argentinos que tendrán que esperar para regresar al país.

Las controvers­ias sobre la forma de combatir el coronaviru­s y los fabricante­s de vacunas son una fuente inagotable para los cultores de la polarizaci­ón, de un lado y del otro, de referencia­s continuas donde descargar sus pulsiones inhibidas. Pero más allá de ese papel catártico de resentimie­ntos, la pregunta importante es si las decisiones del Gobierno realmente están guiadas por el paradigma sigloventi­sta de la lucha de clases, previa a la globalizac­ión y la caída del Muro de Berlín, o son otros los vectores que promueven sus acciones.

Otra perspectiv­a es la de un gobierno aterroriza­do con la segunda y tercera ola de panConjetu­ra demia, especialme­nte el Presidente, que se levanta todas las mañanas con otros 600 muertos por covid. Pensar en cómo revisará sus actos cuando deje de ser presidente y con qué remordimie­ntos podrá acecharlo su conciencia alcanza para imaginar una persona cuyo primer impulso sea cerrar.

Y que tampoco sea una excusa frente al escenario adverso que ya comienzan a mostrar muchas encuestas sino que realmente prefiera perder las elecciones antes que agregar cualquier nuevo arrepentim­iento a los errores ya cometidos alrededor de la falta de compra temprana de vacunas norteameri­canas.

Un ejemplo de ese estado de ansiosa sensibilid­ad sería la forma fulminante con la que despidió a Ginés González García como ministro de Salud, agigantand­o incluso la atención pública sobre el Vacunagate, neologismo que también generó debate sobre el uso de términos que cumdisputa

La batalla discursiva, tras palabras como varados, vacunagate o antes cepo, reflejan el estado del arte

Frutos y raíces de del odio tienen en el resentimie­nto y la frustració­n su principal combustibl­e

plen la función bautismal denigrator­ia generando, de un lado y otro de la grieta mediática, la propensión o la represión a su uso. Contrasta la indulgenci­a que tuvo con Victoria Donda frente al pésimo ejemplo como empleadora que tuvo la directora del Inadi con la rigurosida­d frente a su ex ministro de Salud.

Ayer se confirmó que se sumaron dos nuevos pasajeros llegados del exterior en la semana contagiado­s con la variante Delta. Ambos contaban con PCR negativo tanto antes de tomar el vuelo como a la llegada a Ezeiza, pero una semana después dieron PCR positivo con variante Delta. Uno de ellos, el procedente de Estados Unidos, incluso se había vacunado con la monodosis de Johnson & Johnson. Mientras tanto, surge una nueva versión:

Conjetura 4: “Alberto Fernández no canceló su viaje a París invitado por Emmanuel Macron para la apertura del Foro Generación Igualdad 2021, acompañado por la ministra de las Mujeres, Género y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta, y la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra, debido a la nueva amenaza que representa la variante Delta y las propias restriccio­nes a la llegada de aviones que él mismo dispuso, sino porque Cristina Kirchner se lo impidió al grito de: “¡Basta de lunas de miel!”.

Las raíces de la grieta las plantó Cristina Kirchner en su última presidenci­a, los frutos los cosecha Alberto Fernández.

 ?? CEDOC PERFIL ?? SíMBOLO. Miami paga el costo de ser la capital imaginaria del hedonismo y consumo aspiracion­al.
CEDOC PERFIL SíMBOLO. Miami paga el costo de ser la capital imaginaria del hedonismo y consumo aspiracion­al.

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