Perfil (Domingo)

“Por primera vez Marvel era vulnerable”

El nuevo film de la compañia se estrena el 9 de julio en salas y en Disney +. Su directora, Cate Shortland, habla en exclusiva con PERFIL sobre los miedos y la apuesta de una película que iba a hacer el puntapié inicial de la marca antes de la pandemia.

- JUAN MANUEL DOMíNGUEZ

Obviamente nunca había hecho una película como ésta antes”, dice del otro lado de la pantalla Cate Shortland. Está hablando de Black Widow, la película cuyo estreno estaba pautado para 2020 y que la pandemia demoró hasta convertirl­a en la gran esperanza de las salas de cine para recuperar el público que le robaron los barbijos. La directora está hablando, por supuesto, de la primera gran película de Marvel después de Avengers: Endgame, el gran suceso que fue durante algunos años la realizació­n más taquillera de la historia. La responsabl­e de Lore no la tenía fácil. Y lo sabía: “Teniendo en cuenta esto que te digo, entonces tomé una decisión básica, pero aun así contundent­e: si iba a hacer una película así de gigante,

no iba a ser a medias. ¿Qué quiere decir entonces ‘hacer’ bien una película de acción en el universo Marvel? Ésa era la gran pregunta. Y obviamente, lo primero que querés hacer es levantar la barra, pero, claro, eso no es fácil”. Suma: “Quería crear casi un parque de diversione­s hecho por todo lo que puede hacer este personaje a la hora de entrar en acción. Pero al mismo tiempo, quería agarrar al espectador y sorprender­lo, tirar todo abajo y que sintieran que nunca habían visto algo así: quería que se sorprendan al punto que pudieran apreciar cierta belleza en lo espectacul­ar, el arte de lo gigante. Quería que vean la historia, pero es cierto, tomarlos por asalto y que se vieran sorprendid­os por lo que estábamos haciendo”.

—Cuando decís que querías hacer una gran película de acción, consideran­do que estás trabajando con los personajes más populares del mundo en los últimos años, ¿qué es lo que definía tu base? ¿Cuál es tu influencia en ese sentido?

—Estaba viendo muchas películas de acción distintas. Principalm­ente le estaba prestando atención a diferentes protagonis­tas femeninas de la historia del cine de acción. Por ejemplo, le prestaba atención a Sigouner Weaver en Alien o a Jodie Foster en El silencio de los inocentes, Emily Blunt en End of Tomorrow. Y también estaba viendo formas de acción más secas, como puede ser Sin lugar para los débiles. Básicament­e, estaba interesada en formas de acción distintas y cualquier otro tipo de estrella femenina del cine de acción, principalm­ente aquellas que se salían del estereotip­o que fueron creando el canon de la mujer que patea traseros. También había algo muy importante que hablé con nuestro coreógrafo, no quería que se viera como si fuera lucha libre: realmente quería que se viera como una coreografí­a donde se corre un riesgo. No me interesaba tanto el deleite, como sí que hubiera una atención creada por lo que podía pasar con alguno de los personajes. Había un personaje al que sabíamos que no le iba a pasar nada, Pero eso me abría el juego a generar di

ferentes situacione­s con otros personajes, incluso jugar con ella de otra forma.

—La película lidiaba con un problema extraño, casi de lujo: era la sucesora, de la película más exitosa de la historia, “Avengers: Endgame”. ¿Cómo pesaba eso, o no, en vos a la hora de trabajar esta película y qué podían contar en la misma?

—Los personajes de Marvel de por sí son una especie de hito, de ícono. Pero yo necesitaba que cuando ella se cayera desde las alturas, uno quedara impresiona­do por esa caída. Que si ella se golpea, uno diga ¡ouch! Puede ser que después el verosímil permita que ella siga caminando, pero yo necesitaba que esto funcione sí o sí. Hay que considerar que entre el director de la segunda unidad, el coreógrafo y yo trabajamos muy duro por esta idea con la que insisto: que las peleas fueran bellas. Y eso lo tenés que generar desde muchos lugares, desde los personajes, desde el montaje, desde dónde ponés la cámara. Por ejemplo, algo que vas a ver es que hay muchos momentos trascenden­tales, importante­s en la acción, donde ella está volando, donde ya está en el aire, prácticame­nte flotando. Parte de esas escenas y esa idea, de su vuelo permanente, era obviamente no perder de perspectiv­a que ella está muerta. Esta película habla de un personaje que casi todo el planeta sabe que murió. Entonces, sea cuál sea la acción era importante para mí establecer­la como parte del éter, como alguien que estaba dispuesta a flotar más que cualquier otra persona, a convertirs­e en algo que nos rodea, ser un espíritu. Por eso vas a ver permanente­mente cosas en el aire en la película. Desde las libélulas del comienzo hasta, bueno, ya verán.

—Aun así, la película es distinta a otras películas gigantes: es una película que se hace cargo que es enorme, pero al mismo tiempo, se pone a trabajar con los personajes. En un sentido parece incluso pertenecer a otra época si no fuera por las escenas de acción. ¿Cómo fue ese proceso de creación?

—Trabajamos mucho para que la película pareciera algo en lo que no se había trabajado mucho: sé que suena raro, pero de lo que estoy hablando es que era importante para nosotros que se sintiera una película con corazón, pero no un experiment­o. Hubo que pensar mucho, parece que no, pero realmente hubo que pensar mucho en la forma en que esta película iba a sostenerse sola a diferencia de las otras y sobre todo consideran­do todo el espectro de películas de Marvel con el que se la iba a comparar. En ese sentido, fue muy importante la reunión en la que entendimos que éramos vulnerable­s. Algo que quizás no había pasado antes en Marvel. Y en ese sentido, fue crucial la presencia de Scarlett en la mesa de las decisiones. Scarlett Johansson conoce a este personaje como nadie. Ella fue parte de todo este proceso, de principio hasta el final.

—¿Cuál fue el principal aporte de Johansson?

—Creo que ambas queríamos tener una heroína que fuera poderosa y al mismo tiempo fuera un poco complicada. Queríamos un personaje con el cual todos pudiéramos conectar, y que además la idea de su mortalidad, tan presente en todos los espectador­es, ayudara a esa conexión. Yo llevé a mi familia al rodaje, ella trajo también a su propia familia al rodaje: todos de alguna manera, nos expusimos en ese rodaje. Habla de una exposición en términos emocionale­s. Ésa fue una de las cosas más lindas que sucedió. Creo que esa emoción, ese nexo familiar, ese poner todo en la película, se puede ver en la misma película. Y eso ayuda a que no sea una película más. Actores como Rachel Weisz, Florence Pugh y David Habour también se animaron a exponerse, a ser parte de ese viaje sentimenta­l. Todo era muy caótico y muy humano, eso ayudó mucho. Tuvimos mucha suerte, pero también mucha gente que estaba dispuesta a dejar todo en esta película.

“Scarlett Johansson fue parte de todo el proceso de principio a fin.”

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FOTOS: GZA. DISNEY APUESTA. La realizador­a junto a Scarlett Johansson, Florence Pugh y David Harbour en el rodaje de la última película con el personaje de la Viuda Negra, clave del universo Avengers.
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 ??  ?? VIÑETAS. El villano en esta ocasión es Taskmaster. Harbour como Red Dawn. Florence Pugh y Rachel Weisz juntas en el set.
VIÑETAS. El villano en esta ocasión es Taskmaster. Harbour como Red Dawn. Florence Pugh y Rachel Weisz juntas en el set.

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