Domingo Cavallo: “En 2023 debería haber alguna forma de dolarización”
Desde Estados Unidos, habla de una economía argentina “completamente desorganizada”. Señala que luego de los comicios puede existir una oportunidad de encontrar el rumbo, en la medida en que la sociedad “dé una clara señal”. Analiza los atisbos de inflación en los Estados Unidos y los compara con la estanflación argentina. Dice que antes de 2023 puede haber un evento hiperinflacionario y que hasta el medio término hay que estar atentos a la brecha entre el dólar oficial y el blue.
—En su blog usted escribió: “El Gobierno ha decidido utilizar tres armas electorales que son muy peligrosas: aumentar el gasto público, ajustar salarios, jubilaciones y demás prestaciones sociales por arriba de la inflación, mantener muy bajo, alrededor de solo el 1% mensual, el ajuste del tipo de cambio oficial y utilizar las reservas que ha acumulado gracias al superávit comercial por el alto precio de la soja y demás productos de exportación para acortar la brecha entre el precio del dólar y los mercados semilibres, contado con liquidación y dólar Bolsa, e impedir una escapada del dólar paralelo como la de septiembre de 2020 antes de las elecciones”. Y usted continuó diciendo que los pronósticos de los operadores del mercado dicen que “la presión acumulada terminará en una explosión devualuatoria”.¿Cuál es su propio pronóstico de lo que va a suceder?
—Prefiero no hacer pronósticos. No quiero que se transformen en profecías autocumplidas, dado que mucha gente presta atención a lo que digo. Mantener el clima de estanflación sin que se transforme en una hiperinflación explosiva es algo que el Gobierno va a lograr hacer. Lo hará este año y también posiblemente el próximo. No estoy muy seguro de que logre evitar ya una hiperinflación antes de las elecciones de 2023. Son análisis sin bases demasiado sólidas, es mi impresión. Mi objeción a la forma como el Gobierno maneja la economía no se refiere tanto a lo coyuntural, sino a los rasgos organizativos de la economía. Cada decisión que toma significa un retroceso respecto a los progresos de la década de los 90, algunos de los cuales se mantuvieron en las décadas siguientes. Tenemos la economía muy mal orientada. Salvo un cambio organizativo de la economía muy grande, no volveremos a crecer. Seguiremos estancados y con inflación en dólares.
—La economista Marina Dal Poggetto alertó que, en vez de comprar dólares, en el segundo semestre el Gobierno se verá obligado a venderlos. ¿Será el punto de inflexión que dé pie a los pronósticos del mercado?
—Seguro que, en lugar de comprar, venda. Tiene razón la economista. Pero la corrida peligrosa es contra los depósitos a plazo fijo del sistema bancario para volcarse al dólar. Eso complicaría mucho la vida del Gobierno. El Banco Central, en un caso así, subirá las tasas de interés e intentará controlar esa situación. Nadie sabe cómo se va a dar. Prefiero no hacer un pronóstico muy preciso. Nadie está seguro. Mencioné lo del mercado porque se nota en las conductas de los agentes económicos. Hay inquietud sobre qué puede pasar con el dólar. La decisión del tipo de cambio oficial la toma el Banco Central. La escapada se puede dar en los mercados libres, en particular en lo que se denomina el blue. Si la gente piensa que le conviene sacar los depósitos a plazo fijo y comprar dólares en el mercado paralelo, es una corrida muy peligrosa que el Banco Central deberá detener. La única forma es subiendo las tasas de interés significativamente.
—Juan Carlos Fábrega, ex presidente del Banco Central, pronosticó que, tras las elecciones de noviembre próximo, habrá una devaluación entre el 15% y el 20%, hablando del dólar oficial. ¿Le parece razonable?
—Si no se produce la corrida luego de las elecciones, el Gobierno deberá explicar cómo seguirá la política económica. No sería descartable que deba hacer un ajuste en el tipo de cambio oficial. Si le va mal, cosa que espero porque creo que sería bueno, se verá obligado a reorganizar el gobierno. Y habrá que ver qué orientación le da a la economía. Ahora el pobre Martín Guzmán tiene que manejar la coyuntura junto con el presidente del Banco Central, Miguel Ángel Pesce, sin que haya nada claro respecto a cuál es la organización de la eco
“El pobre Guzmán tiene
que manejar la
economía sin saber
adónde quieren ir el
Gobierno y el Presidente.”