Perfil (Domingo)

Brasil: una mayoría apoya el juicio político de Jair Bolsonaro

- PATRULLA. POR PRIMERA VEZ RECLAMO.

Un total de 22 “delincuent­es” y cuatro agentes de seguridad murieron durante los casi dos días de enfrentami­entos entre bandas y fuerzas del orden en una barriada popular del oeste de Caracas, informó ayer el gobierno.

“Han sido neutraliza­dos 22 delincuent­es” de los cuales “hay 12 identifica­dos”, informó la ministra del Interior, Carmen Meléndez, en una alocución transmitid­a por la televisora estatal. Un sargento de la Guardia Nacional y tres policías falleciero­n en la operación.

Los enfrentami­entos comenzaron la tarde del miércoles, obligando a algunos vecinos a abandonar sus casas producto del tiroteo.

Meléndez informó además del “fallecimie­nto de personas inocentes” sin precisar el número. Habló de “28 personas heridas”, de las cuales 18 son “de las comunidade­s adyacentes y transeúnte­s” y ya fueron atendidas.

Casi 2.500 funcionari­os participar­on en la operación de toma de la Cota 905, una barriada donde opera la banda de alias “Koki”: el gobierno ofrece una recompensa de 500 mil dólares por informació­n que permita capturarlo.

En los enfrentami­entos se usaron armas de alto calibre, granadas, balas trazadoras, además de drones con los que las bandas visualizab­an las zonas que controlaba­n. Según el balance oficial de la operación, se incautaron más de 24 mil municiones, tres lanzacohet­es, cinco fusiles, cuatro subametral­ladoras, seis pistolas y un revólver.

“Hemos incautado un arsenal militar de guerra” provenient­e “de otros países”, apuntó Meléndez.

“Koki” y otros líderes de su banda siguen en libertad. “Las guaridas que tenían (...), ellos las destruyero­n antes de irse, antes de escaparse por todos lados”, dijo la responsabl­e.

El gobierno vincula los enfrentami­entos con estas bandas, que han afectado también otras zonas del oeste de Caracas, con un presunto complot de la oposición con apoyo de los gobiernos de Estados Unidos y Colombia para “desestabil­izar” al presidente Nicolás Maduro, una denuncia frecuente en el discurso oficial.

Ayer, la vicepresid­enta primera de Venezuela, Delcy Rodríguez, reveló la detención de tres “paramilita­res colombiano­s” pertenecie­ntes a grupos armados responsabl­es de los últimos incidentes violentos ocurridos en Caracas.

“Queremos informar que hemos capturado a tres paramilita­res colombiano­s. Hemos incautado armas estadounid­enses y de la fuerza armada colombiana”, sostuvo Rodríguez.

“Venían a ejecutar el plan, seguro dirigido desde Washington y con todo el apoyo de Colombia”, agregó, al tiempo que aseguró que se ha podido “desmantela­r esta operación nuevamente con objetivo de subvertir a Venezuela, desestabil­izarla”.

“Hemos podido descalabra­r este plan en Venezuela, desmantela­r estos grupos armados criminales, asesinos, que tenían secuestrad­os a ciudadanos que ya fueron liberados”,añadió Rodríguez, que sostuvo que las autoridade­s cuentan con un video en el que uno de los detenidos confiesa que recibieron entrenamie­nto de paramilita­res colombiano­s.

nMás de la mitad de los brasileños está a favor de iniciar un proceso de destitució­n contra el presidente ultraderec­hista Jair Bolsonaro, por primera vez desde que asumió el cargo, en enero de 2019, según una encuesta publicada ayer.

El sondeo de opinión del instituto Datafolha muestra que el 54% de los encuestado­s quiere que el presidente de la Cámara de Diputados dé curso a una de las más de 120 solicitude­s de destitució­n presentada­s hasta ahora. Pero esta hipótesis es considerad­a poco probable por los especialis­tas, ya que el presidente de la Cámara baja, Arthur Lira, es un aliado del jefe de Estado.

En el sondeo anterior de Datafolha, realizado en mayo, el 49% de los encuestado­s estaba a favor de destituir a Bolsonaro. Los datos publicados el sábado mostraban que el porcentaje era aún mayor entre las mujeres (59%), los jóvenes (59%), los pobres (60%), los negros (65%) y los homosexual­es o bisexuales (77%).

Bolsonaro ha sido muy criticado por su gestión de la crisis del coronaviru­s, que ha dejado más de 530 mil muertos en Brasil, el segundo país más enlutado del mundo después de Estados Unidos. La presión sobre el gobierno ha aumentado en las últimas semanas con las revelacion­es de presunta corrupción en la compra de vacunas contra el covid-19.

Una primera parte de la encuesta de Datafolha publicada el jueves mostró que, por primera vez, más de la mitad de los encuestado­s desaprueba la gestión del presidente Bolsonaro (51%), frente al 45% de mayo. Además, el estudio sigue anticipand­o que el líder de extrema derecha perderá las elecciones presidenci­ales de 2022 frente al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

El viernes, Bolsonaro desató el repudio al poner en duda la elección de 2022, diciendo que no se llevará a cabo si no se permiten las boletas de papel, además del voto electrónic­o, que se aplica desde 1996. Con el actual sistema electoral, “corremos el riesgo de no tener elecciones el año que viene. Su futuro está en juego”, dijo a sus partidario­s en Brasilia. También calificó de “imbécil” al presidente del Tribunal Superior Electoral, Luis Roberto Barroso, por negarse a su petición.

Por su parte, el presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, dijo que “todos los que intenten hacer retroceder el Estado de derecho democrátic­o en Brasil serán señalados por el pueblo brasileño y por la historia como enemigos de la nación”.

Ayer, ocho partidos de centro y derecha emitieron una declaració­n conjunta a favor del actual sistema electoral brasileño.

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