Perfil (Domingo)

Los datos ocultos de la tragedia

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Puede parecer frío analizar la gestión de la pandemia a través de cifras, pero es la forma de empezar a entender qué tan bien o mal lo está haciendo cada gobernante. Como se dijo en esta columna hace un año, recién cuando el covid esté bajo control y se terminen de ver sus consecuenc­ias sanitarias y económicas, se podrá comparar y evaluar lo hecho en cada país.

Hoy, en medio de procesos desiguales de vacunación y con nuevas cepas en marcha, se está lejos de una evaluación final. Ya sucedió con países que al principio parecían manejar con éxito la crisis, y sufrieron luego fuertes recaídas; y viceversa.

Pero entre tantas verdades, medias verdades y mentiras usadas para defender a los propios y castigar a los otros, sirve detenerse en la informació­n.

Para alegría del Gobierno y pesar de muchos opositores, esta semana Mauricio Macri volvió a ser protagonis­ta. Afirmó desde Suiza: “Al final, tenemos 10% más de pobres y 100 mil muertos por coronaviru­s. Somos uno de los países que peor ha manejado la pandemia en todo el mundo”.

Fue una réplica directa a la respuesta que en abril del año pasado Alberto Fernández le dio a Jorge Fontevecch­ia: “Prefiero tener 10% más de pobres y no 100 mil muertos.”

Macri tiene razón en que los 100 mil muertos a los que Fernández no pensaba arribar, hoy son una lamentable realidad. Con 2.273 fallecidos por millón de habitantes hasta este sábado, el país se coloca en el décimo lugar a nivel mundial (contando a los estados con más de un millón de personas), y en el cuarto lugar en Sudamérica, detrás de Perú, Brasil y Colombia.

En cambio, el aumento del 10% de pobres al que se refiere no es del todo exacto: fue 4,6% según la UCA o 6,5% según el Indec. Un incremento importante que se suma a lo que ya había crecido la pobreza en la gestión Macri (9% según la UCA o 5% según el Indec).

Otra de las consecuenc­ias económicas de la pandemia en el mundo, es la caída del Producto Bruto. El de la Argentina cayó el 9,9% el año pasado. ¿Cuántos países sufrieron una caída semejante? Hubo 35 cuyo PBI se contrajo 9 o más puntos durante 2020, contando desde naciones subdesarro­lladas hasta otras como España o el Reino Unido.

En Latinoamér­ica hubo países cuyas caídas no fueron tan notorias, aunque es cierto que venían con el arrastre de años de crecimient­o. Chile cayó 5,8% en 2020, pero en sus cuatro años anteriores había crecido 7,5%; Uruguay cayó 5,9%, pero venía de +4,1% entre 2016 y 2019; México cayó 8,2% tras crecer 7% en esos años; y Paraguay cayó 1%, después de crecer 12,7% en los cuatro años anteriores. Argentina cayó casi un 10%, pero venía de perder 4% durante la anterior administra­ción.

Otra crítica de Macri fue por la mala gestión en la compra de vacunas y el ritmo de aplicación: “Es un hecho imperdonab­le no haber comprado todas las disponible­s. Se optó por posiciones ideológica­s. Si la Argentina hubiese vacunado a la velocidad de Chile, 40 mil argentinos hoy estarían con nosotros.”

Los datos indican lo siguiente: con 26.511.672 dosis tota- les aplicadas, Argentina ocupa el lugar 17° entre 195 nacio- nes (tomando solo la primera dosis, se ubi- ca 15°; y por la segunda dosis, en el lugar 24°). Calculando los vacunados sobre el porcentaje de la población, con el 48% de las personas inoculadas con una dosis, está 43° en el ranking mundial; y con 11,7% vacunadas con dos dosis, ocupa el puesto 81°.

Es correcto que, por la cantidad de vacunas aplicadas en relación a su población, Chile es uno de los países mejor posicionad­os a nivel internacio­nal. Pese a ello, sin embargo, con 1.832 fallecidos por millón de habitantes, se ubica entre los veinte países más golpeados del planeta.

Dos conclusion­es en base a estos datos que, si bien son públicos, a veces se los oculta:

1) Desde lo sanitario. Hasta el momento, en comparació­n con el resto del mundo, la proporción de muertos en el país es muy elevada. Pero el nivel de vacunación está claramente por encima de la media mundial.

2) Desde lo económico. El -9,9% de

PBI está entre las grandes caídas internacio­nales, compartida con otras 35 naciones pobres y ricas. Una comprensió­n más amplia sobre baja del PBI y suba de la pobreza, incluiría en todos los casos el arrastre de los años anteriores, que en el país fueron de deterioro en ambos aspectos.

Está claro que es más fácil analizar que gestionar una pandemia, pero entiendo que el Gobierno cometió dos errores costosos.

Uno fue el vacunatori­o vip. Si bien cuantitati­vamente pudo no ser relevante, es algo simbólico y trascenden­te porque degrada, desde el mismo poder, la importanci­a de la solidarida­d y la responsabi­lidad colectiva.

El otro gran error fue haber demorado la norma que permitiera adquirir vacunas a laboratori­os como

Pfizer. No se trató de ideologism­o (Macri), de coimas (Bullrich) o de un “crimen de lesa humanidad” (Diego Guelar). Se trató de haber analizado un contrato comercial con la vara de una situación normal: en todos los países en los que se aprobó hubo debates por las exigencias de los laboratori­os, pero se lo aprobó entendiend­o el estado de excepción vigente.

El acuerdo que se filtró fue el de Brasil, pero sería similar al que firmaron los demás, incluso ahora la Argentina. Allí se reconoce la jurisdicci­ón en el exterior para las eventuales controvers­ias, liberar a la empresa de cualquier tipo de resarcimie­nto por negligenci­a y la renuncia a la inmunidad soberana, por ejemplo de las reservas del Banco Central.

Se podría decir que ahora que las vacunas demuestran ser exitosas es más sencillo firmar un acuerdo así y que hace un año no se conocían sus riesgos. Pero el riesgo mayor era no avanzar con el acuerdo y los compromiso­s de compra a la par de que las vacunas iban siendo aplicadas y probadas con éxito en todo el mundo.

El ex presidente sostiene, al comparar con Chile, que si esas dosis se hubieran adquirido a tiempo, se habrían salvado 40 mil vidas. Son comparacio­nes incomproba­bles, pero tomando ambas poblacione­s y el número total de víctimas en cada país, la cifra estaría más cerca de las 20 mil vidas. Pero si se hiciera la misma comparació­n con otros países, como Brasil, la relación daría favorable a la Argentina.

Lo cierto es que si en estos meses se hubiera contado con cinco o más millones de vacunas Pfizer, además de las otras, se habrían salvado más vidas.

Macri aprovecha los errores del Gobierno y castiga con verdades, medias verdades y datos que no son ciertos

Fernández responde a todo, sin aceptar que debería estar por encima de las chicanas políticas cotidianas

También es cierto que Macri nunca creyó que el virus fuera algo mucho más grave que una gripe. Y que desde el comienzo criticó a Larreta por coincidir con el Gobierno en considerar­la una enfermedad letal que obligaba a cerrar la economía para ralentizar su propagació­n y preparar el sistema de salud.

En cualquier caso, lo aconsejabl­e sería separar los datos ciertos de los que no lo son, reconocer errores, desataniza­r la política, dejar de traducir la puja de intereses o las concepcion­es distintas como una lucha encarnizad­a entre el Bien y el Mal, analizar los datos duros con más racionalid­ad que pasión y encontrar puntos de acuerdo.

Sería salir con un aprendizaj­e después de tanta tragedia.

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