La Little Havana de Miami ata las manos de Biden
La esperanza de que Joe Biden aliviara medidas comerciales y restricciones de viaje a Cuba establecidas por Donald Trump quedó rehén de la política doméstica y de la influyente comunidad cubanoamericana, férreamente enfrentada a La Habana.
Biden era vicepresidente cuando Barack Obama recompuso las relaciones con Cuba, en 2014, reabriendo misiones diplomáticas de ambos países, luego de décadas de embargo estadounidense. Este acercamiento permitió a turistas de Estados Unidos visitar la Isla y habilitó importaciones del país bajo un gobierno comunista.
Pero el apoyo dentro del país a las protestas en Cuba, y una mayoría ajustada que le permite controlar el Congreso, explica por qué el mandatario no revierte las medidas profundizadas por Trump contra la Isla.
Antes de las elecciones de 2020, Biden aseguró que revertiría las políticas de Trump. Pero ahora retrocedió. “Cuba es, lamentablemente, un Estado fallido que reprime a sus ciudadanos”, opinó.
“Estaría dispuesto a donar cantidades significativas de vacunas si, de hecho, me aseguraran que una organización internacional administraría estas vacunas y lo haría de tal manera que los ciudadanos promedio tuvieran acceso”, agregó.