Piedras, San Telmo
Coordenadas para una aproximación a la poesía
El aire resignado a siempre esperar cancela las imágenes en este lado de la ciudad en la que quiero desaparecer junto a todos sus muertos vagos, ebrios, casas fantasmas porque se está bien aquí oculta necrópolis en vela
Afuera llora el desamparo la fría melodía como un llanto sordo amargamente injusto
Ellos no miran, no ven a la encapuchada, ofrecen sorbos a la vida irreparables monumentos a las palomas que ya no extienden sus alas, entre búhos a los que no serena el atardecer falsamente silente de Buenos Aires, de sus noches que no acaban para nadie. de una apenas entrevista felicidad en ausencia de la risa que desborda en la boca de los jóvenes, en Junín, frente al cementerio de la Recoleta. chocan sus cristales de cerveza, cuyo reverso los espera en breve a dos pasos,
Rebelde de los verdaderos muertos en vida de calle Piedras últimos en lanzar una carcajada eterna congelada por las brasas de la pobreza.
La locura incendia el fuego en masa la soledad reducida a su humo y los ojos errantes se velan sin su propia cabeza mi pueblo mudo de extranjeras arañas.