El Boca ‘teen’ consiguió buen empate en Banfield
Lo primero que hay que decir es que esta versión teen de Boca, este equipo de emergencia dirigido por Sebastián Battaglia, jugó mejor que muchos de los partidos de la Primera que conduce Miguel Ángel Russo. Es hasta divertido imaginarlo: ¿qué habrán dicho los hiper profesionales que están aislados en un hotel –por las piñas en Brasil, luego de la eliminación escandalosa contra Atlético Mineiro– cuando veían el partido por televisión? ¿Se habrán preguntado para qué están?
Seguramente para ellos, desde el confinamiento, fue un partido existencialista. Porque los pibes enfrentaron a un equipo consolidado y difícil como Banfield, que en el último tiempo fue protagonista de varios torneos, y no solo estuvieron a la altura, sino que lo superaron en casi todo momento: impusieron juego, actitud y en ningún momento se notó ese desequilibrio entre profesionales y amateurs.
En el palco, la comitiva xeneize encabezada por el vicepresidente Juan Román Riquelme y sus laderos Blas Armando Giunta y Hugo Ibarra se reían a modo de aprobación: se sorprendían del nivel y de la superioridad que mostraba el equipo, que neutralizó en casi todo momento al local. Banfield nunca se sintió cómodo y solo se arrimó sobre el final del partido, cuando el cansancio era notorio.
Lo curioso fue, también, que el despliegue exhibido se contradecía al motivo que esgrimía el club para no pedir la postergación del encuentro: este mismo equipo había jugado ayer por el torneo de Reserva.
Las idas y vueltas de los titulares de Boca recrudecieron la pelea que existe entre la Liga Profesional de Tinelli y la AFA de Tapia. Encima, a eso se le sumó la lengua filosa de Riquelme: “El señor Tinelli me mandó mensaje diciendo que si el sábado daban negativo el PCR podían jugar”, contó ayer Román, que agregó: “¿El martes con quién jugamos? ¿Hincha de quién es el presidente de la Liga?”. Tinelli le respondió por Twitter: “Que pensamiento pequeño Román”.
Quizás eso influyó en la única mala noticia de la noche: la salida del delantero Ezequiel Almirón, quien debió pedir el cambio por una lesión muscular (en su lugar ingresó Erik Bodencer) o en el calambre, en el segundo tiempo, de Ezequiel Fernández. Las lesiones siguieron, pero el resultado se mantuvo en cero. Para los pibes de Boca, todo un triunfo.