Perfil (Domingo)

Cierres reveladore­s

LECCIONES ELECTORALE­S

-

LNELSON CASTRO a interna en el Frente de Todos –que venía volando bajo radar hasta esta última semana– explotó de la manera más cruenta con la filtración de la carta de Cecilia Nicolini, asesora de confianza “estrella” del presidente Alberto Fernández, a Anatoly Braverman, mano derecha de Kirill Dmitriev, el CEO del Fondo Ruso de Inversión Directa.

Sobre el filo del cierre de las listas de candidatos para las elecciones legislativ­as de noviembre, la noticia cayó como una bomba dentro del oficialism­o y confirmó la existencia de intereses comerciale­s y geopolític­os en la trama de la adquisició­n de vacunas. Conviene recordar que las dos grandes apuestas fallidas del Gobierno fueron con Rusia por la llegada de la Sputnik V y con AstraZenec­a en alianza con Hugo Sigman, muy cercano al ex ministro Ginés González García.

La carta de Cecilia Nicolini no hizo más que confirmar la situación incómoda y desesperan­te en la que se encuentra nuestro país principalm­ente por la falta de la segunda dosis –el componente AD 5–. Los últimos cálculos muestran que más de 6 millones de personas aguardan su segunda dosis de la vacuna rusa. De esos más de 6 millones, unas 800 mil personas ya tienen el plazo vencido para la aplicación del segundo componente, lo cual les produce una gran incertidum­bre y una creciente angustia. Cabe destacar que, de ese universo de 6 millones, hay 2,7 millones de personas mayores de 60 años.

La filtración de la misiva –escrita en inglés con groseros errores de ortografía, conectores mal usados, sintaxis defectuosa y erratas gramatical­es que fueron el hazmerreír y objeto de duras críticas de profesores de inglés– y el uso de la oportunida­d política no fueron casualidad­es.

“Es evidente que hubo un pase de factura. Tanto para la propia Nicolini que ya venía generando celos y envidias internas, como para los aliados en la cruzada rusa encabezada por Axel Kicillof, Daniel Gollan y la propia Cristina Fernández de Kirchner. Y esto es así no solo por aspectos políticos sino también comerciale­s, ya que una parte importante del Gobierno quería cerrar el abastecimi­ento de vacunas apostando todo a AstraZenec­a de la mano de Hugo Sigman”, señala una fuente calificada al tanto de las negociacio­nes de cada caso.

En el correo electrónic­o que reveló Carlos Pagni en su impactante nota en el diario La Nación, Nicolini puso en copia del mensaje a la ministra Carla Vizzotti y a Mauricio Monsalvo, secretario de Gestión Administra­tiva del Ministerio de Salud, quien se reunía con los laboratori­os para cerrar los contratos para la provisión de vacunas. Hay quienes ven en Monsalvo un aliado incondicio­nal de Ginés González García, a quien dentro del Gobierno se lo considera como uno de los principale­s detractore­s de la incursión por Rusia e impulsor de las negociacio­nes con AstraZenec­a. “¿En serio creyeron que eran amigos del gobierno ruso?

¿No sabían con quién estaban tratando?”, se preguntó con sarcasmo uno de los críticos internos de la movida, que concluyó abriendo el paraguas ante la convicción de que más temprano que tarde habrá devolución de gentilezas del lado más duro de la coalición.

El Gobierno salió a hacer control de daños y culpó –una vez más– a los opositores en el Congreso, ya que el texto había circulado por la Comisión de Salud. Esta acusación carece de todo sustento porque es evidente que, entre los integrante­s de la oposición, nadie se tomó la molestia de leerlo (sic). De haberlo hecho, ninguno se hubiera privado de hacer pública la carta.

El peronismo no deja de sorprender por la virulencia a la hora de dirimir sus conflictos mostrando a libro abierto lo peor de la política argentina que toma de rehén al ciudadano común. En medio de esta disputa, millones de personas esperan por su vacuna, incluyendo adultos mayores y niños. La muy buena noticia de la aprobación de la vacuna de Moderna para su uso en niños y adolescent­es de 12 a 17 años no alcanza para mitigar el daño producido por el horrible manejo que el Gobierno ha hecho –y sigue haciendo– de las vacunas.

El cierre de las listas de candidatos ha expuesto –una vez más– el deterioro de la autoridad de Alberto Fernández reflejado en su actitud mendicante por asegurar algún lugar en las listas para alguno de los suyos. “Al fin y al cabo pedía cuatro lugares; no eran tantos. Y ni eso le querían dar”, se quejaba con fastidio un albertista en medio de las tribulacio­nes que, en la tarde del viernes, generaba las idas y vueltas de la rosca política. Como se ve, la lapicera y la tinta son de CFK. Por el lado de Juntos, Horacio Rodríguez Larreta logró poner fin a su jugada de pizarrón en territorio bonaerense. En el acto de lanzamient­o del jueves por la tarde en el Club Hípico de City Bell hubo distensión para las cámaras y una puesta histriónic­a de Elisa Carrió que por momentos buscó ganar el centro de la escena,

Sin embargo, en el ambiente sobrevolab­an los ecos del desgaste de las últimas semanas. “No se puede dejar contentos a todos. Los cierres siempre tienen un costado áspero. Lo importante es que llegamos hasta acá unidos y así vamos a seguir. Veremos cómo juegan los radicales”, dijeron con cierto disgusto los cercanos al jefe de Gobierno porteño.

Recordaron mezquindad­es como la de Adolfo Rubinstein, que declaró esta misma semana a los medios que “la salud pública no había sido una prioridad del gobierno de Cambiemos”, algo que él mismo había negado cuando fue primero ministro y luego secretario de Salud Pública. “¿Fue una autocrític­a?”, se preguntaro­n con sarcasmo y fastidio, y recordaron que al ex ministro de Salud “le gustaban más los viajes y las conferenci­as que la gestión”.

Mientras tanto, Amado Boudou, un condenado en libertad condiciona­l, pidió que se le levante la inhabilita­ción para ejercer cargos públicos; Daniel Gollan exigió que se le pidiera disculpas por la causa del Plan Qunitas, que tuvo críticas técnicas del INTI, y CFK exigió ser sobreseída en la causa por la firma del memorándum con Irán.

El kirchneris­mo va por la impunidad, para lo cual necesita lograr la suma del poder público. Ese es su objetivo en las próximas elecciones. No hay que olvidarlo.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina