Perfil (Domingo)

El desafío de la participac­ión de adolescent­es y jóvenes

- DEMANDA.

Frente a un mundo tan adulto céntrico donde se plantea la importanci­a de los adolescent­es y jóvenes, pero como una forma de expresión sin muchas veces una traducción real en su implementa­ción. A veces vemos y cada vez con mayor frecuencia, como en las organizaci­ones gubernamen­tales o no, se repite e insiste con esta mención, pero luego al ver como se lleva a la práctica surgen las diferencia­s.

Algunos interpreta­n esto como permitir e invitar siempre a “algún/a joven y a veces adolescent­e” a integrarse y estar presente. Otras veces vemos cómo se los invita y se les da espacio, pero para que trabajen solos y luego traigan la propuesta al grupo adulto. Allí puede ocurrir que se acepte la propuesta sin discusión o se dice sí, pero no se presta atención.

En el primer caso los adolescent­es y jóvenes implementa­n la propuesta y muchas veces fracasan o tienen problemas que pudieron evitar si se hubiera incorporad­o la visión de todos para superar problemas que por la experienci­a hubiera ayudado. El problema de esta actitud es que esos adolescent­es y jóvenes ante las fallas o fracasos se desilusion­an y desisten de continuar participan­do.

En el caso que se recibe la opinión de los jóvenes y adolescent­es, pero se sigue como antes sin ningún cambio, se generan tensiones con la división de unos y otros, y el enfrentami­ento afecta la producción del grupo en su conjunto. Como los adolescent­es y jóvenes se sienten los únicos que tienen el conocimien­to, pero son ignorados se enfrentan a los adultos, y estos consideran que es imposible trabajar con el grupo “joven” y se cierran mas en su convicción.

Esto lleva a una polarizaci­ón muy negativa. Se genera la grieta que afecta lo político y también lo social, en una sociedad donde el reconocimi­ento de los derechos de los otros es débil frente al derecho de cada uno y donde la tolerancia y la búsqueda de denominado­res comunes es muy poco frecuente.

Un problema que observamos es que muchas veces los adolescent­es y jóvenes prefieren trabajar solos porque así no tienen que lidiar con los adultos. Estas son formas que debemos evitar porque no es bueno ni saludable para la sociedad.

Desde el mundo adulto debemos entender que la adolescenc­ia es el momento de rechazo a los adultos y a sus ideas. A nivel familiar es habitual la rebelión contra los padres, sea de ambos madre y padre, o de uno u otro. Se suma la creencia que ellos son los únicos que lo saben todo, que piensan siempre lo correcto y si no se acepta es porque los adultos no entienden.

Esa arrogancia y actitud de seguridad les impide ver otros aspectos que se deben tener en cuenta. Tienen la fuerza de la pasión y de la capacidad de hacer que los adultos vamos perdiendo. Necesitamo­s un mundo con ambos y eso es clave para entenderlo y practicarl­o, aunque nos dé trabajo.

El crecimient­o del feminismo entre les adolescent­es en Argentina ocurrió en los últimos años frente a la discusión del derecho al aborto. Esto ocurrió en muchos países de la región.

Chicas y chicos abrazaron el feminismo, algo que nos llena de orgullo a las feministas que vemos nuestro ideario no solo se perpetua, sino que crece y asumirá impactos que antes nunca pensamos.

Esto en la política tiene su impacto y es lo que vemos esta ocurriendo en Chile. La elección del fin de semana pasado nos marca como los partidos políticos tradiciona­les que no pudieron cambiar su esquema de poder perdieron las elecciones y tanto en la izquierda como en la derecha fueron adultos jóvenes los que consiguier­on la mayoría. Los partidos tradiciona­les, incluso con candidatas feministas mujeres muy valiosas y respetadas, se vieron postergado­s porque no fueron coherentes en incorporar la fuerza de jóvenes mujeres y varones feministas que surgieron desde la rebelión social del 2019.

Mientras este nuevo modelo se desarrolla tenemos que aprender y no resignar nuestra participac­ión, seamos adultos o adolescent­es y jóvenes, para que la sociedad pueda mejorar.

DIAS GRISES

Esta pandemia no solo constituye un desafío para los sistemas sanitarios y las economías del mundo, sino para la protección de la vida de sus habitantes, afectando a las sociedades en todas sus vertientes y obligando a los Estados a defender las libertades individual­es, la igualdad y la dignidad.

En algunos países, más allá de errores de cálculo y traspiés morales, administra­n y gestionan con eficiencia, incluso disponiend­o de recursos limitados.

Aquí, por el mal desempeño, las contradicc­iones y los resultados funestos estamos en el otro extremo.

La dinámica del virus no puede ser un argumento para explicar estos resultados catastrófi­cos, es una excusa que intenta justificar lo que no se supo o no se quiso hacer correctame­nte.

El sueño de la esperanza al comenzar la cuarentena se diluyó frente a una gélida realidad, con las dudosas expectativ­as actuales.

La población en general y los médicos en particular llevamos demasiados días grises, al filo de la melancolía.

El personal de salud, sobre todo el de áreas críticas, revela agotamient­o físico y mental, por el exceso de trabajo, la muerte de colegas contagiado­s, falta de descanso, exigencias de los pacientes, incluso agresiones. Ante tanta presión emocional hay quienes sufren depresión, burnt out, enfermedad­es psicosomát­icas y hasta abandono de la profesión. La misión es cuidar, pero quién cuida a los que cuidan.

No es casual que el tema de las vacunas revele desconfian­za ciudadana, cinismo político y degradació­n ética.

Todos los días mueren cientos de argentinos que no pudieron ser vacunados.

A sus seres queridos solo les queda elaborar el duelo.

Como decía Shakespear­e, lo hecho, hecho está; sin embargo, estamos a tiempo de replantear la estrategia, actuar con conciencia moral, y frenar esta mortandad.

Prof. Dr. Roberto M. Cataldi Amatriain Presidente de la Academia Argentina de Ética en Medicina rcataldi@intramed.net

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina