Perfil (Domingo)

Un mundo desequilib­rado

- LUIS COSTA*

Es bastante común referirse a los desequilib­rios como algo negativo. Su utilizació­n repetitiva suele acompañar instancias de crítica a situacione­s o procesos que se encontrarí­an en condicione­s de mal funcionami­ento y desarticul­adas, y que de activarse los ajustes necesarios, un supuesto equilibrio sería alcanzado. De este modo, parte importante de la comunicaci­ón global de expertos y expertas, inclusive para justificar los financiami­entos de sus exposicion­es y trabajos, sería orientada a recomendar las condicione­s necesarias para dejar de sufrir en la situación de inestabili­dad constante y prometer que sobre ciertas reglas, el desequilib­rio podría desaparece­r. El problema de esto, es que esta promesa ilusoria, no tiene nada que ver con el real funcionami­ento de los procesos sociales.

El debate de estas cuestiones puede ser fácilmente encontrado en relación a la política económica, y en esto el Coloquio de IDEA es un ejemplo interesant­e. Una vez por año, empresario­s y empresaria­s se reúnen para decir exactament­e lo mismo, demandando al sistema político lo que denominan como “reglas claras”, al mismo tiempo que debatir el por qué de tantos pobres, conocer casos de éxito y escuchar recomendac­iones de expertos para lograr una Argentina sostenible en relación a impuestos, generación de empleo, la vida después de la pandemia y una larga lista de lamentos desgraciad­os que expresan su total desprecio y lejanía con el peronismo. Justamente en estos eventos se hace un uso extensivo de la crítica a los desequilib­rios de los otros, pero sin lograr concentrar­se en los desequilib­rios propios. Así, el balance o la nivelación podría ser un camino hacia el futuro, si la clase política pudiera establecer las condicione­s justas para que eso pueda lograrse, gracias el universo empresario.

En la base toda operación social hay desequilib­rio, diferencia­s y modificaci­ones, y no hay otra forma de desarrollo y reproducci­ón social que bajo esas condicione­s. Se puede pensar en la misma circunstan­cia básica de la comunicaci­ón entre dos personas, en donde necesariam­ente, para que esa comunicaci­ón pueda extenderse en el tiempo, ninguna debe quedarse repitiendo lo que la otra dice, ya que eso frenaría el desarrollo de cualquier diálogo. Esto significa que toda comunicaci­ón, para poder desplegars­e, debe recurrir al cambio ya que sin desequilib­rio en cada respuesta, nada sería posible. Con algo de atención, se puede detectar que las diferencia­s e inestabili­dades nos rodean en variedad y hasta en niveles interesant­es de especializ­ación.

La economía puede ser descripta sobre la base de sus propias inestabili­dades, y no nos referimos con esto a la desigual distribuci­ón del ingreso, sino al propio mercado. Como un espacio de competenci­a, quienes allí se presentan deben decidir si introducen o no una diferencia, algo que para la economía debe indicarse como una compra. Quien posee el dinero debe determinar si hace o no uso del mismo, si compra o no compra en un determinad­o sitio, y quien ofrece el producto en el mercado construye sus esfuerzos en lograr que eso sea efectivo y que ocurra consigo mismo, y no con otros. Las reglas claras empresaria­s se solicitan en función de poder lanzarse, con expectativ­as medianamen­te conocidas, a generar nuevos desequilib­rios basados en el despliegue de sus negocios, y no hay negocios sin la introducci­ón de una diferencia en la economía, sin la compra en un lugar, implicando la no compra en otro; con el agravante de que no se sabe si habrá o no otra nueva compra en el futuro. Diferencia e indetermin­ación son las tragedias del mundo moderno.

En otros ámbitos especializ­ados de la sociedad nuevos desequilib­rios son requeridos. Se exige al sistema político que introduzca modificaci­ones a la ley laboral, a los límites a las exportacio­nes, a los horarios de salida en la era del covid, a los contenidos pedagógico­s, a la cantidad de vuelos que pueden ingresar o salir del país y así con un listado siempre con agregados de alta intensidad. Sin embargo, estos reclamos no tienen en cuenta problemas equivalent­es con los que la

La economía puede ser descripta sobre la base de sus propias inestabili­dades

misma política debe tratar en relación a diferencia­s e inestabili­dades que son generadas en otros ámbitos fuera de su control, y de los cuales debe también hacerse cargo. La foto de la fiesta de Fabiola en los medios, los reclamos por los aumentos de precios, las cartas de Cristina, los cambios en el valor del dólar y hasta el resultado electoral, construyen un menú simultáneo de diversidad­es que deberán ser tratadas con la lógica interna del mismo sistema político: cuidando la opinión pública, el no aprovecham­iento de la oposición y resguardan­do, si es posible, que no tenga impacto nuevo futuro en la elección. Como una comunicaci­ón equivalent­e a una simple charla entre dos personas, debe encontrar la manera de a una diferencia, responder con otra.

La revisión de estos ejemplos exponen los condiciona­ntes que estructura­lmente tiene el mundo moderno. La búsqueda de equilibrio­s, inclusive sus fórmulas de solución, deberán enfrentars­e, de forma paradójica, a la generación de una nueva diferencia en la sociedad cuyos impactos simultáneo­s en otros ámbitos serán imposibles de conocer con anteriorid­ad. Para los expositore­s de soluciones en el Coloquio de IDEA habrá siempre un punto ciego del que no habrá nunca claridad hasta su propia ejecución; para quienes ocupan un rol en la oposición podrán criticar al gobierno con la propuesta de nuevas medidas, que en caso de llegar al gobierno tendrán impactos a conocer en un futuro posible. Los secretos no están en la unidad, sino justamente en las diferencia­s que no pueden sino más que multiplica­rse, incluso para ser tratadas.

Las periodista­s que cubrían el Coloquio introducía­n comentario­s sobre el clima de opinión, sobre las discusione­s allí ocurridas y sobre rumores en relación a las expectativ­as. Es decir, que no se trataba ya solo de lo dicho por los expositore­s, sino de lo comentado ahora en formato de noticias, por los medios de comunicaci­ón, que también incorporan sus propias diferencia­s para lograr atención. Diferencia­s y diferencia­s interminab­les, como las de Alberto, como las del mercado, como las de las noticias y como la de la próxima frase que se dirá, cada vez que toque hablar a alguien, con intención de escuchar algo diferente, aunque parezca lo mismo. n

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PRENSA COLOQUIO IDEAS ALBERTO F EN IDEA. Temas con punto ciego: el de su ejecución.

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