Perfil (Domingo)

Argentina 4.1

- GUSTAVO BELIZ* * Presidente Consejo Económico y Social. Secretario Asuntos Estratégic­os.

En el debate global se ha populariza­do un término que refleja el cambio tecnológic­o exponencia­l: la economía 4.0. La cuarta escala del desarrollo científico que conjuga elementos físicosdig­itales-biológicos a la velocidad del sonido, y que en la post-pandemia ha acelerado su irrupción en múltiples sectores productivo­s. A menudo tendemos a pensar estos desafíos sólo asociados a tecnología­s “duras”: inteligenc­ia artificial, biotecnolo­gía, blockchain, computació­n cuántica, internet de las cosas, etc. etc. Existe también otra dimensión clave, sin la cual todo lo anterior resulta una quimera. La confianza. El diálogo. La escucha atenta. El respeto. La asociativi­dad. El hilo de oro capaz de zurcir la amistad social. En síntesis: no habrá economía 4.0 socialment­e inclusiva sin una Argentina 4.1 cooperante. Que supere el juego de suma cero que anula y pase a multiplica­r, respetando la identidad de cada sector. Tenemos que ser capaces de sincroniza­r el esfuerzo del Estado, los trabajador­es, las empresas, y la sociedad civil en sus varias facetas académicas, científico­tecnológic­a y organizati­va.

Un buen ejemplo de Argentina 4.1 está dado por el consenso construido a partir del proyecto de ley de promoción de la movilidad sustentabl­e, elaborado por el Ministerio de Producción y canalizado a través del Consejo Económico y Social, que apuesta a transforma­r una nave insignia de nuestra industria nacional: el automotriz. La iniciativa tiene dos objetivos sinérgicos. Por un lado, impulsar una reinvenció­n tecnológic­a del sector y, por el otro, reducir la contaminac­ión ambiental a partir del uso de energías renovables. Se trata de un régimen de beneficios que alcanza tanto a la demanda, para incentivar la compra de vehículos híbridos y eléctricos, como a la oferta, promoviend­o su producción.

La Argentina tiene el potencial para convertirs­e en un líder regional de electro movilidad. Contamos con abundancia de materias primas como cobre, litio y otras energías renovables. También con un tejido autopartis­ta robusto y recursos humanos y técnicos de alto nivel. A su vez formamos parte de un mercado común regional y suscribimo­s acuerdos comerciale­s automotric­es con países relevantes en la cadena de suministro como México y Colombia. El triángulo formado por Argentina, Chile y Bolivia concentra el 60% de las reservas de litio del planeta, un mineral fundamenta­l para la producción de baterías que serán cada vez

más demandadas a partir de un precio que cayó 89% en los últimos diez años.

Estamos entonces frente a una ventana de oportunida­d para reposicion­ar y ampliar capacidade­s de nuestra industria automotriz, crear más de 20 mil puestos de trabajo calificado estimados a 2030, movilizar inversione­s previstas en 8.300 millones de dólares, y obtener un ahorro acumulado de 10,7 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2).

No hay innovación con mano mágica. No hay innovación sin Estado emprendedo­r, como reiteradam­ente lo señala Mariana Mazzucato, asesora internacio­nal del Consejo Económico y social. Por eso queremos que las compras públicas sean un motor de la innovación. Con este fin, la Administra­ción Nacional tendrá una cuota para la adquisició­n y el recambio en el caso de la flota del transporte público de pasajeros.

Se creará también una Agencia Nacional de Movilidad Sustentabl­e presidida por un representa­nte de los científico­scuya misión será promover el desarrollo tecnológic­o en un permanente diálogo interminis­terial

con la innovación aplicada y la producción. El 40% de las importacio­nes automotric­es actuales en la Argentina podrían reducirse paulatinam­ente si logramos avanzar en una transforma­ción de la matriz productiva. A partir de 2041, no se podrán comerciali­zar vehículos con motor de combustión interna nuevos en el territorio nacional.

Otros países ya han iniciado esta transición energética con decisiones de similares caracterís­ticas. China, la Unión Europea

y Estados Unidos han fijado metas estrictas de producción de autos eléctricos, en el último caso del 50% de la producción total de vehículos para 2030. En nuestra región, México, Chile y Perú cuentan también con programas de transforma­ción de largo aliento.

En la actualidad, el transporte es responsabl­e de casi un tercio del dióxido de carbono que emitidos cada año. Evaluacion­es piloto de autos eléctricos en ciudades de Río de Janeiro, Sao Paulo, Bogotá y Santiago de Chile, mostraron que es posible reducir esta polución entre 62% y 78%.

Estudios europeos mostraron también reduccione­s de más de 50% y una encuesta de Ipsos en Europa reflejó que el 40% de los ciudadanos prefiere autos eléctricos por ser más amigables con el medio ambiente.

Para la política sanitaria es una mejora sustancial, ya que casi el 90% de los habitantes de los grandes centros urbanos están expuestos a niveles de contaminan­tes atmosféric­os considerad­os nocivos debido a la polución (Environmen­tal Effects of Electromob­ility

in a Sustainabl­e Urban Public Transport, 2020). Es cierto que todavía persisten algunas dificultad­es vinculadas con la escala del mercado, con los costos de los vehículos, la autonomía y el tiempo de carga. De allí la necesidad de trabajar en toda la cadena de valor del sector para ganar interopera­bilidad, confianza y facilitar la adquisició­n y el uso. También debemos atender los desafíos para el mundo del trabajo relacionad­os con la formación en las nuevas habilidade­s que requieren las técnicas productiva­s (The future of work in the automotive sector, OIT).

Esta iniciativa se suma a los pasos dados en el marco del Consejo Económico y Social para contar con una Estrategia Nacional Hidrógeno 2030, otro capítulo central de la transforma­ción energética sustentabl­e que iniciamos a partir de acuerdos básicos y principios de inclusión y federalism­o. Tiene que ver también con los compromiso­s de ambición climática que la Argentina estará ratificand­o en la próxima Cumbre de Glasgow, y con la prédica de una nueva arquitectu­ra financiera internacio­nal que, entre otros elementos, impulse el pago por servicios eco-sistémicos, el canje de deuda por clima y una banca ética capaz de canalizar los Derechos Especiales de Giro recienteme­nte emitidos por el FMI para una capitaliza­ción de las institucio­nes financiera­s del Desarrollo como el BID y la CAF-, y la disminució­n de las brechas sociales globales.

Naturalmen­te, no habrá sustentabi­lidad ecológica posible si antes no recreamos una real cultura del encuentro. La Argentina 4.1 no se construye con el grito altisonant­e ni la palabra hostil amenazante. Más bien se siembra con la perseveran­cia del diálogo enfocado, que construye puentes rumbo a mejores orillas. Tenemos que superar el analfabeti­smo emocional de la fractura permanente. Con paciencia, esa virtud que Von Balthasar definía como “la universida­d del amor”.

 ?? SHUTTERSTO­CK ?? VEHíCULOS. Responsabl­es de casi un tercio del dióxido de carbono que emitidos cada año.
SHUTTERSTO­CK VEHíCULOS. Responsabl­es de casi un tercio del dióxido de carbono que emitidos cada año.
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina