Jorge Macri delinea una candidatura porteña y sostiene su armado bonaerense
El ministro de Gobierno participa de reuniones con vecinos y se transformó en un vocero oficial de peso en la Ciudad. Su vínculo con Rodríguez Larreta y su construcción política.
“¿Y Jorge? ¿Cruje o no cruje? Mirá que tiene que crujir”. Horacio Rodríguez Larreta suele hacerle bromas al ministro de Gobierno porteño, Jorge Macri, cuando se reúnen. Sabe que su incorporación al gabinete de la Ciudad fue disruptivo y que, en la mayoría de las reuniones los miércoles a la mañana con los ministros porteños, expresa planteos a viva voz que muchas veces incomodan. Pero, justamente por eso, Larreta está muy conforme con su incorporación.
Es que el primo del ex presidente venía de un 2021 ajetreado por la decisión de bajar su candidatura a diputado nacional por la Provincia. Pero a fin de año su desembarco en la Ciudad le dio una nueva perspectiva: la posibilidad de ser candidato el año que viene a jefe de Gobierno porteño.
Si bien en público no quiere adelantar los tiempos –cree que no es momento de hablar de eso en medio de la crisis político-institucional y económica que sacude al electorado– se entusiasma cuando habla de la chance de tomar el control de Uspallata, la sede gubernamental de Parque Patricios.
Además de ya sentirse parte de la gestión, comenzó un trabajo en las sombras, artesanal, para subirse a la agenda de la mayoría de los ministros, poder meterse en los planes que implican un tema interjurisdiccional, en especial con la Provincia. De hecho, no bien asumió, sorprendió con una foto sonriente con el jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde, con quien comparte largos años de relación política y personal.
De esto habló hace pocos días, a solas, con Mauricio Macri. El ministro porteño es uno de los puentes con Larreta, a pesar de que el jefe comunal tiene una relación de más de veinte años con el creador del PRO.
De todas formas, se entusiasma con las reuniones de vecinos. Una práctica que desde 2011 venía teniendo como intendente. Hace dos semanas en Villa Ortúzar estuvo más de una hora y media escuchando reclamos. La reunión se puso intensa: un grupo de vecinos había llevado hasta banderas en contra de las torres que allí se están construyendo. El encuentro se interrumpía cada diez minutos por el griterío que surgía de ese grupo. El ministro tomó el micrófono y les dijo: “Vamos a hablar del tema, pero al final porque no les va a gustar lo que tengo para decirles”. Sobre el final les planteó que esas edificaciones provienen de leyes de la Legislatura porteña, pero les propuso armar una mesa de diálogo con el área de infraestructura para ver casos puntuales.
Con todo, también mantiene activo su armado en la Provincia. El fin de semana pasado convocó a un plenario de su agrupación bonaerense con intendentes, diputados nacionales, concejales, diputados y senadores provinciales. Entre hamburguesas y choripanes, en el Círculo de la Fuerza Aérea, un club sobre Avenida Libertador a seis cuadras de General Paz, estaban desde Waldo Wolff y María “Maru” Sotolano (diputados nacionales) pasando por los intendentes Javier Martínez (Pergamino), Mariano Barroso (9 de Julio) y Pablo Petrecca (Junín), junto a, obviamente, Soledad Martínez, la heredera natural en el municipio de Vicente López.
En este marco, Wolff ya avanza con la idea de armar un polo político de Juntos por el Cambio en la Ciudad que incluya a los liberales, desde Republicanos Unidos de Ricardo López Murphy (que no tiene intenciones de ir por afuera de JxC) hasta La Libertad Avanza de Javier Milei.
Con todo, para Jorge Macri la Ciudad representa una vuelta de tuerca en su carrera política. En diciembre del año pasado, cuando participó del primer retiro espiritual con el gabinete porteño en un complejo de Luján, comenzó su camino disruptivo. Mientras se discutía de la coyuntura política interrumpió. “Ustedes se olvidan de una persona en todo esto: Mauricio. Tendrían que haber dejado colgado el cuadro de Mauricio y además subido el de Horacio”, les planteó. Larreta hizo un gesto de aprobación. Siquiera lo habían charlado antes.
Esas palabras se dieron justo cuando la ministra de Desarrollo Humano, María Migliore, venía de plantear críticas al PRO. “El 2001 tuvo dos emergentes, el kirchnerismo y el PRO, y creo que eso se está terminando”, había dicho en Infobae justo cuando el jefe comunal se volvía a acercar a Macri. Es más: confió en ese artículo que todo lo que se relacionaba con el ex presidente era rechazado en las villas. “Nos puteaban en todos los idiomas. Lo revertimos con presencia y con confianza. Decidimos trabajar en el territorio. Y cambió cuando empezaron las obras. Al principio nadie nos creía”, expresó. Una buena cachetada verbal para María Eugenia Vidal y Carolina Stanley, las dos referencias en lo social para el espacio.
Tras el retiro en Luján, no volvió a ocurrir.
Arma charlas en plazas de la Ciudad, pero también riega su equipo provincial