Ucrania recibirá “drones kamikaze” de EE.UU.
Ucrania. “Somos perfectamente conscientes de que no nos lo perdonarán”, añadió.
La pérdida del “Moskva” es un duro golpe para Rusia porque “aseguraba la cobertura aérea de otras naves durante sus operaciones, especialmente para el bombardeo de la costa y las maniobras de desembarco”, explicó el portavoz de la administración militar de Odesa, Serguéi Brachuk.
En el ámbito diplomático, Moscú anunció ayer que prohibirá la entrada a su territorio del primer ministro Boris Johnson y de varios otros altos cargos de su gobierno, como respuesta a las sanciones impuestas contra Rusia. “Esta medida fue tomada como una respuesta a la desenfrenada campaña informativa y política destinada a aislar a Rusia de forma intencional y estrangular a nuestra economía”, indicó el ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia en un comunicado.
Pese a las advertencias rusas, los habitantes de Kiev salieron ayer a la calle en la primera jornada verdaderamente primaveral, para pasear por la capital e incluso tomar algo en sus terrazas.
“Es la primera vez que venimos al centro, queríamos ver si los transportes funcionaban y ver gente. Mirar a las personas me hace mucho bien”, dijo Nataliya Makrieva, veterinaria de 43 años.
Los ataques rusos contra Kiev han sido escasos desde finales de marzo, cuando Moscú retiró sus tropas de la capital y anunció que concentraba su ofensiva en el este de Ucrania. Pero ayer, el alcalde Klitschko pidió una vez más a los habitantes que se fueron de la capital no regresen todavía y permanezcan en un “lugar seguro”. Según algunas fuentes, entre 40 y 50 mil personas intentan regresar cada día, lo que provoca grandes atascos que dificultan el acceso de militares y personal sanitario.
“La gente quiere olvidar la guerra, pero pronto volverán las sirenas y los bombardeos y tendremos que volver a escondernos”, dice, acongojada, Anna Grishko, de 83 años, sentada en un banco al sol.
En total y según la ONU, más de cinco millones de personas huyeron de Ucrania desde el inicio de la invasión rusa y más de 7 millones se convirtieron en desplazados internos, sobre una población total de 37 millones de habitantes.
En ese contexto, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, consideró que “el mundo entero” debería estar “preocupado” por el riesgo de que su par ruso, Vladimir Putin, acorralado por sus reveses militares en Ucrania, utilice un arma nuclear táctica. En un nuevo mensaje de video, Zelenski reiteró a los países occidentales que pueden “hacer la guerra mucho más corta” si suministran a Kiev las armas que solicita.
Pero en una nota diplomática, Rusia advirtió a Estados Unidos y la OTAN contra el envío de armas “más sensibles” a Ucrania, juzgando que dichos equipos militares ponían “combustible en el fuego” y podrían provocar “consecuencias imprevisibles”, según publica el diario Washington Post.
Las autoridades ucranianas informaron de al menos 10 muertos, entre ellos un bebé de siete meses, y decenas de heridos en un ataque ruso contra un bus que evacuaba civiles de la ciudad de Járkov, en el noroeste del país.
Por otro lado, el responsable del Centro Nacional de Defensa ruso, Mijail Mizintsev, acusó a Kiev de estar preparando un ataque contra los civiles ucranianos que huyen de esta región y acusar luego a los rusos de la masacre. En estas semanas, Moscú ha culpado a Kiev de ataques aparentemente perpetrados por las tropas rusas contra civiles ucranianos en ciudades como Mariúpol o Kramatorsk.
Rusia, cuya gran ofensiva anunciada en el Donbás todavía no ha empezado, tiene problemas para controlar totalmente Mariúpol, un puerto estratégico del mar de Azov que le permitiría unir el Donbás con la península de Crimea, anexionada en 2014.
Esta ciudad, asediada desde hace más de 40 días, podría acarrear el peor balance de pérdidas humanas de esta guerra. Las autoridades ucranianas temen que haya unos 20.000 muertos.
Tras semanas de estrechar el cerco sobre la ciudad asediada, las tropas rusas encuentran resistencia especialmente en la extensa zona industrial en el litoral.
La viceprimera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk, señaló que casi 2.900 civiles habían sido evacuados de Mariúpol y de la vecina Berdiansk hacia Zaporiyia, bajo control de Kiev.
Más de cinco millones de personas huyeron de Ucrania desde el inicio de la invasión rusa, según el Alto Comisionado para los Refugiados de la ONU (Acnur).
Pesa menos de tres kilos, puede ser llevado cómodamente en la mochila por un soldado, vuela silenciosamente durante diez kilómetros gracias a su motor eléctrico, ubica el objetivo con sus sensores y luego se abate sobre el enemigo y explota como una granada. Estas son las “virtudes” del dron kamikaze Switchblade 300, de los que Estados Unidos estaría a punto de proveer a Ucrania unos cien, y que podría revelarse como un arma decisiva en la guerra.
Los Switchblade 300 podrían ser el equivalente a los misiles Stinger de los 80 que se disparan con un lanzador apoyado en el hombro y son capaces de derribar un avión. Washington proveyó una gran cantidad a los mujaidines afganos que derrotaron a los invasores soviéticos.
Pese a las advertencias de Moscú, el Pentágono decidió entregar nuevas armas sofisticadas a Kiev por 800 millones de dólares. Además de obuses, nuevos tipos de radar, helicópteros Mi-17 y blindados, las fuerzas ucranianas deberían recibir un centenar de Switchblade 300 y 600. Estos drones permitirían a Kiev equilibrar la superioridad rusa en lo la batalla decisiva del este.
Las tropas de Ucrania ya recibieron de Londres misiles antitanque Nlaw y Javelin, que parecen haber tenido un rol decisivo en contener la avanzada de los rusos. El nuevo dron podría inclinar aun más la balanza a favor del país invadido.
Fabricado por la estadounidense AeroVironment, el Switchblade 300 mide 60 centímetros y pesa 2,7 kilogramos, incluyendo el tubo de lanzamiento, y está dotado de alas que extiende cuando ya está en vuelo.
Las fuerzas estadounidenses lo definen oficialmente como un misil, más que un dron, pero muchas de sus características lo acercan más a este segundo tipo de armas. Tiene una cámara a color y un sistema GPS para identificar al enemigo.
Una vez fijado su objetivo, se abalanza sobre el enemigo y hace estallar una carga de una potencia equivalente a una granada de 40 milímetros, suficiente para porovocar la muerte de soldados y dañar vehículos ligeros.