Sobredosis de TV
En lugar de quejarse de la televisión, de endilgarle la responsabilidad de que la gente ya no consume bienes culturales, no lee, no va a los museos, un grupo de artistas en Nueva York decidió usarla como plataforma de acciones artísticas. A fines de los años 80, nacía la red de artistas de televisión: empezaba Manhattan Cable Television, comenzaba The Live! Show y en todo, estaba Jaime Davidovich.
En los años 60, había llegado a esa ciudad desde Buenos Aires donde había nacido y se quedó hasta su muerte a los 79 años, en 2016. A mediados de los 70, cuando las transmisiones televisivas por cable se iniciaron, Davidovich pudo ver el potencial artístico de esa innovación, sus virtudes y ninguno de sus “defectos”, ya que justamente los usó para hacer arte. Creó un personaje llamado Dr. Videovich que “curaba” de los posibles daños del aparato hogareño que se había instalado en los hogares de una vez y para siempre. Los invitados fueron extraordinarios: Laurie Anderson, John Cage, Tony Oursier, entre otros. Duró hasta 1984, y Davidovich fue definido por John J. O´Connor, el famoso crítico de arte norteamericano, como una cruza entre Bela Lugosi y Andy Kaufman, el comediante que nunca contó un chiste y odiaba las series de TV, pero hizo la inolvidable Taxi.
En mismo show, inspirado en el Cabaret Voltaire por el uso de la sátira y la burla y las intenciones políticas y artísticas, se buscaba confrontar y sacudir a la audiencia, crear desde el formato mismo televisivo, piezas de arte. Con un humor absurdo e intelectual, Davidovich logró que el arte conceptual se metiera en las casas de muchos televidentes que, tal vez, no sabían muy bien qué era lo que estaban mirando.