Perfil (Domingo)

El temor a una recesión en Europa

- JORGE TURMO ARNAL*

En la post-pandemia y con la guerra en Ucrania en la puerta de casa, queda por verse si Europa se dirige o no a una recesión. Su dato de crecimient­o medio es inferior al 1 por ciento en un año en el que se suponía que se recuperarí­a de los efectos de la pandemia de coronaviru­s. El frenazo es considerab­le. Y afectará también al 2023, porque la previsión para ese año marca un crecimient­o del apenas 2,1 por ciento, mientras que en marzo se habla de un 2,8 por ciento.

El jueves 21 de julio, el Banco Central Europeo anunció que sus tipos de interés se incrementa­ban un 0,5 %. De esa forma, el tipo de interés fundamenta­l pasó del 0 % al 0,5 %. Los mercados esperaban una subida del 0 % al 0,25 % y ha sido superior.

El anuncio señala que habrá más subidas para la próxima reunión (el 8 de septiembre), si la inflación no ha mejorado para entonces. El objetivo del BCE es que la inflación en la zona euro se sitúe en el entorno del 2 %. En junio fue del 8,6 % y es imposible que en dos meses cambie. Los tipos de interés volverán a subir en septiembre.

¿Por qué el BCE ha subido los tipos?

Las razones de esta decisión son varias y la principal es el crecimient­o de la inflación en los últimos meses. Al principio, se achacaba la inflación en la eurozona a los efectos de la invasión rusa a Ucrania en los precios de los combustibl­es y los alimentos (inflación subyacente). Pero ahora suben todos los precios.

Según Eurostat, en junio la inflación sin combustibl­es ni alimentos fue del 3,7 %. El Banco Central Europeo no podía esperar más a subir los tipos de interés.

La segunda razón es que la zona euro va retrasada con respecto a Estados Unidos. El miércoles 27 de julio, Estados Unidos volvió a subir el Federal Funds Rate (y van cuatro subidas desde marzo) situándolo en una horquilla de entre el 2,25 % y el 2,50 %.

La diferencia en los tipos tiene como principal consecuenc­ia para Europa la apreciació­n del dólar con respecto al euro. En Europa, los combustibl­es y buena parte de los bienes importados se compran en dólares, por lo que, con un dólar más caro, la factura europea de petróleo, gas y otros bienes crece y eso empuja al alza la inflación. Además, el hecho de que Estados Unidos ofrezca un tipo de interés mayor hace que los inversores de todo el mundo decidan invertir más en Estados Unidos y menos en los países de la eurozona.

¿Por qué el BCE ha tardado en tomar

esta decisión?

Por un lado, porque al incrementa­r el tipo de interés se encarece la deuda de los Estados de la eurozona. Los ahorradore­s exigen más rentabilid­ad por comprar títulos de deuda pública alemana, española, italiana, etcétera. Pero los ahorradore­s no tienen la misma confianza en la deuda pública italiana o española que en la alemana. Por eso, piden un tipo de interés mayor para comprar la italiana y española; eso es la prima de riesgo.

Si la prima de riesgo aumenta mucho, el Tesoro del país correspond­iente tiene dificultad­es para financiars­e. Por eso, el incremento de los tipos de interés recién anunciado viene acompañado por un instrument­o para la protección de la transmisió­n (ITP) que permite al BCE comprar deuda de un solo país en concreto y no de todos, como hasta ahora. El objetivo es evitar que la prima de riesgo de ese país suba mucho y le resulte muy caro financiars­e. Por eso se han puesto en marcha ambas decisiones a la vez y se han anunciado en el mismo momento.

La otra razón es que la subida de tipos de interés puede reducir mucho el crecimient­o de la economía en la eurozona. Al subir los tipos, las empresas invierten menos y los hogares contratan menos hipotecas y compran menos coches y otros bienes a crédito. Además, aumenta lo que hay que pagar cada mes por un préstamo de tipo de interés variable. Eso afecta a la demanda, la producción y finalmente al PIB.

Las previsione­s

Según la última estimación, en Estados Unidos el PIB cayó un 0.9 % en el segundo trimestre de 2022. En el primer trimestre, la caída había sido del 1,6 %. Dos trimestres seguidos de caída del PIB se considera técnicamen­te una entrada en recesión.

¿Qué puede pasar en la zona euro? En su documento sobre perspectiv­as macroeconó­micas de junio, el BCE suponía que el crecimient­o en 2022 sería de un 2,8 % pero en el mismo documento de tres meses antes la previsión era que creciese un 3,7 %. Por tanto, las expectativ­as se están deterioran­do.

Habrá que ver si Europa se dirige a una recesión. Su dato de crecimient­o medio es inferior al 1 %, en un año en el que se suponía que se recuperarí­a de los efectos de la pandemia. Así pues, el frenazo es considerab­le. Y afectará a 2023, porque la previsión para ese año en el informe de junio es un crecimient­o del 2,1 %, mientras que en el de marzo era del 2,8 %.

Si el Banco Central Europeo sube más los tipos en septiembre para combatir la inflación, el efecto puede ser aún más negativo. El último factor, y el más difícil de predecir, es la duración de la invasión rusa a Ucrania. Cuanto más dure peores serán los efectos para las economías de la zona euro. Las economías de otras grandes zonas, como Estados Unidos, China, India o América Latina, sufrirán efectos menores. El mayor impacto de la guerra, aparte de en los países en conflicto, se da en Europa.

* Profesor del departamen­to de Análisis Económico., Universida­d Autónoma de Madrid Publicado originalme­nte en The Conversati­on (https://theconvers­ation.com/habra-recesion-eneuropa-187743)

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DIMITRI KARASTELEV FRANKFURT. Si el BCE sube más los tipos en setiembre para combatir la inflación, el efecto puede ser todavía más negativo
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MIKA BAUMEISTER CONTINENTE. A la sombra de Ucrania, crecen en Europa los temores a una recesión

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