Perfil (Domingo)

Diversidad para generar cosas buenas dentro de las organizaci­ones, clave del nuevo tiempo

- ESTUDIADO.

En los equipos de trabajo es fundamenta­l la coherencia entre el decir, el ser y el hacer, para lo cual la inclusión de lo diverso debe darse en un marco de respeto

Se dice siempre que cuando hablamos de diversidad hablamos de lo “distinto”. Eso “distinto” pueden ser cosas muy visibles o no visibles, cosas que se pueden medir y otras que no.

Si hablamos de inclusión dentro de una organizaci­ón debemos pensar en un lugar donde todos esos “distintos” puedan trabajar en armonía. Entonces, suele suceder que nos esforzamos en traer a lo “distinto”, pero después no

nos esforzamos en traer a lo “distinto” y después no logramos que se sientan parte

tenemos culturas de pertenenci­a que hagan que esos “distintos” se sientan parte. Por eso, lo que tenemos que trabajar es no sólo en atraer lo “distinto” sino también en que nuestra organizaci­ón esté abierta a que se sientan parte, que quieran formar parte y que no sientan que pertenece a otro mundo. La inclusión es no sentirse distinto entre los distintos y esto depende de todos, es de la cultura de la organizaci­ón, que la formamos todos.

Entonces, algo que repercute en los equipos es la coherencia entre el decir, ser y hacer. De nada sirve tener políticas de inclusión si no son los líderes de la organizaci­ón los que dan el ejemplo. Porque la política en sí misma no logra nada si no hay ejemplo, si no hay modelo a seguir y si no hay coherencia. y de ejemplarid­ad, sobre todo de los cuadros jerárquico­s, de donde provienen las principale­s señales que se derraman hacia el resto de cualquier organizaci­ón.

Las organizaci­ones diversas que son coherentes con lo que son, lo que dicen y lo que hacen no sólo impactan a los accionista­s con mejores resultados, sino también a su fuerza de trabajo en la coherencia de tener diversidad. Esto trae mayor perspectiv­a, creativida­d e innovación y repercute en hacer las cosas de una manera distinta, aprendiend­o, utilizando tecnología y siendo mucho más innovadore­s.

La diversidad no sólo favorece la productivi­dad de las empresas, sino que favorece a tener individuos mucho más

La autora señala que desde el punto de vista del género, aún estamos lejos de tener espacios diversos, equitativo­s e inclusivos, lo que renueva los desafíos. en bienestar y sociedades mucho más justas, diversas, equitativa­s e inclusivas.

Está demostrado que los equipos que tienen caracterís­ticas iguales no son capaces de alcanzar resultados distintos. En cambio, los equipos conformado­s por personas diversas son capaces de proponer perspectiv­as y soluciones distintas, mejorando la productivi­dad.

Con lo cual, se mide que equipos poco diversos en general no son capaces de ser innovadore­s, de ser creativos y traer perspectiv­as distintas. Los equipos diversos no sólo derraman a la organizaci­ón mejores resultados, sino que también derraman en la encuesta de engagement mejores niveles de compromiso, menores niveles de rotación y mayores índices de felicidad.

Cuando hablamos de diversidad, hablamos de minorías subreprese­ntadas que deberían estar representa­das en nuestras organizaci­ones. De tener representa­da la misma diversidad de la sociedad hacia adentro. Esa diversidad no sólo se da por temas taxativos como es el género, la edad, la raza o el color, o cosas muy palpables como gente de la comunidad LGTB o personas con discapacid­ad. Está la diversidad de pensamient­o, de mirada y de experienci­a vivida distinta que hace ver la vida diferente. Esa es la diversidad que creo que es invisible y la que genera que los equipos no se pongan de acuerdo y no lleguen a los resultados.

Por ejemplo, si tenemos en la sociedad un 20% de discapacit­ados, deberíamos tener en nuestras organizaci­ones un 20% de discapacit­ados. Al tener la mirada de todos, el pensamient­o de todos y la forma de hacer de todos, nos aseguramos llevar con nuestros productos y servicios a toda la sociedad en su conjunto.

Desde el punto de vista del género todavía estamos muy lejos de tener organizaci­ones diversas, equitativa­s e inclusivas. Hablamos mucho, pero cuando vemos la brecha entre el decir y el hacer es extremadam­ente grande. El tema está sobre la mesa y genera incomodida­d, pero todavía no está mermando en las organizaci­ones, ni en la sociedad, ni en las entidades públicas en su conjunto.

Se dice que la cultura de la organizaci­ón son las conversaci­ones, consciente­s o inconscien­tes, que se dan dentro de ella. Entonces, tal vez desde la conciencia o desde el discurso hablamos de la inclusión e integració­n y después desde la inconscien­cia no integramos, apartamos.

No tengo dudas de que la diversidad es buena para la productivi­dad y tampoco tengo dudas que cuando hay coherencia y se busca la diversidad no hace falta medir KPIs duros porque la diversidad aparece y cuando la diversidad aparece, sólo cosas buenas aparecen con ella.

Hablamos mucho de género, pero la brecha entre el decir y el hacer es muy grande

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