Escándalo en la justicia de la rioja por un caso de abuso familiar a una niña
Arcoíris es el seudónimo que una madre desesperada le puso a su hija para resguardar su identidad mientras intenta defenderla al visibilizar la tortura a la que la somete el estado cuando la expone a los abusos sexuales intrafamiliares que la niña empezó a relatar cuando tenía apenas dos años en 2018.
A pesar de las cinco denuncias por distintos hechos de abusos que la madre realizó contra el abuelo paterno ante la justicia riojana, a pesar de todas la pruebas, a pesar de las medidas de protección dispuestas por la OVD de la Corte Suprema de la Nación al catalogarlo de máximo riesgo el caso, a pesar de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos solicitó información al Estado hace más de un mes por una medida cautelar que viene estudiando desde junio, hoy esta niña y su madre corren el riesgo ser sometidas a daños irreparables por una orden emitida por la jueza Ana Carla Menem, que desde La Rioja pretende restituir a la niña a donde ella señala que padece abusos.
No es un dato menor que el denunciado por los abusos es un funcionario público, íntimo amigo de la presidenta del Consejo de la Magistratura y jueza del Tribunal Superior de
Justicia, que es sobrina del gobernador de La Rioja. No es un dato menor que a todas las psicólogas, abogadas, periodistas y funcionarias que le creyeron a la niña han sido perseguidas y violentadas por hacer su trabajo. No es un dato menor que el asesor de menores encargado de proteger los derechos de esta niña no haya comparecido a las audiencias de los abusos. Y si hay algo que este caso nos enseña es cómo opera el entramado de encubrimiento en este tipo de delitos que goza de un alto grado de impunidad gracias al silenciamiento que somete a sus víctimas, el ataque a quienes les creen y la criminalización de quienes denuncian.
En 2018 Arcoíris empezó a manifestar los abusos que fueron constatados por los profesionales que la asistieron ante la denuncia que realizo su mamá, pero la defensa del abusador no solo logro desacreditar pruebas, sino que llevó adelante una campaña mediática destinada a criminalizar a la denunciante. En 2020, en Cámara Gesell la niña contó que no le gustaba que su padre la llevara con su abuelo paterno, el cual tiene una orden de restricción que viola desde 2018, dijo diez veces que lo único que quería era vivir con su mamá, y cuando estaba relatando el episodio del baño, que consta en la denuncia, de cuando le contó por primera vez a su madre lo que le había hecho su abuelo a su cuerpo, la psicóloga que la