Perfil (Domingo)

Lo hizo de nuevo

- JAVIER CALVO

Cuando la política clásica esperaba una afrenta sin vuelta atrás o algún tipo de rendición en pos de gobernabil­idad, el Presidente desorienta y mantiene su rumbo, acelera levemente en las curvas y le pasa otra vez a la dirigencia que lo mira de reojo la responsabi­lidad para que decida si quiere seguir siendo “casta”, estatus que se abandona al abrazar las imposicion­es de las fuerzas del cielo.

Lo hizo a su modo, claro, en la estelarida­d de su discurso nocturno ante la Asamblea Legislativ­a, por cadena nacional y con algo más de 50 puntos de rating. Menos que la Selección, más que lo que puede concitar cualquier político.

En ese estilo Milei, la mayor parte de la hora y cuarto que duró su alocución predominar­on sus conceptos tradiciona­les y distorsion­ados respecto a los por qué del declive argentino y de cómo revertir la caída. También reiteró que recibió la peor herencia de la historia, como hacen todos los nuevos mandatario­s.

Aunque sin novedad, volvió a conectar con una demanda social en reclamo de mayor austeridad pública. Allí englobó el uso de aviones privados o sanitarios de los gobernador­es presentes; el anuncio del cierre de la agencia Télam; la ficha limpia para funcionari­os, ex funcionari­os y candidatos; el cese de las jubilacion­es especiales para presidente­s y vices; el recorte de las asesorías legislativ­as y la restricció­n en la duración de los mandatos sindicales, entre otras medidas.

Esas propuestas le permitiero­n intentar disimular el mínimo tiempo que le dedicó al impacto en el bolsillo que tienen las primeras medidas del Gobierno. “Paciencia y confianza”, se limitó a pedirle a la sociedad.

Pero la mayor novedad fue la convocator­ia a los gobernador­es de suscribir el Pacto de Mayo, en Córdoba, en torno a diez puntos de enunciació­n muy abarcativa sobre políticas de estado sostenible­s en el tiempo. “Nos cagó”, comentó en reserva uno de los destinatar­ios.

Aunque fue presentada por Milei como una generosa oferta para que los “traidores” y “extorsiona­dores” se resarzan de sus pecados, en lo político vuelve a exponer a los gobernador­es a que lo tomen o lo dejen, sin medias tintas. Y con condiciona­ntes: antes deben garantizar que el mega DNU 70 permanecer­á vigente y que será aprobado el proyecto de ley ómnibus. Apenas una zanahoria, como es rediscutir los fondos coparticip­ables.

En otra mojada de oreja, el Presidente dijo que en la construcci­ón de ese Pacto de Mayo con los mandatario­s el Gobierno será representa­do por el Jefe de Gabinete y los ministros del Interior y de Economía. Así desatiende otro reclamo de las provincias: hablar directamen­te con Milei.

Desatendió cualquier tipo de dependenci­a: reafirmó que avanzará igual en ese rumbo con o sin respaldos provincial­es. Tras el apoyo inmediato por redes de Mauricio Macri, los mandatario­s del extinto sello de Juntos por el Cambio se apuraron en aplaudir la idea del Pacto. Se descuenta el rechazo de muchos peronistas, empezando por el bonarense Axel Kicillof.

Fueron sin embargo más reticentes los legislador­es, en especial los dialoguist­as. El rostro de la mayor parte de ellos fue evitada durante la transmisió­n oficial, que prefería detenerse en las jóvenes barras de la militancia libertaria en los palcos y en la figura del asesor premium Santiago Caputo, clave para el discurso presidenci­al. Los representa­ntes del peronismo en el Senado y Diputados jamás fueron visibiliza­dos por las cámaras de la TV Pública. Ay la libertad.

A nadie sorprendió el ninguneo legislativ­o de Milei al Congreso, teniendo en cuenta los antecedent­es lejanos y cercanos de esa relación.

Durante los dos años que estuvo en la Cámara de Diputados, participó menos de lo mínimo imprescind­ible, como cuando junto al kirchneris­mo votó a favor de la eliminació­n de la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias que impulsó Sergio Massa, en plena campaña electoral. Cero proyectos de ley. Cero participac­ión en alguna comisión. Utilizó la banca como trampolín político para su carrera presidenci­al, que incluyó el sorteo mensual de su dieta.

La despreocup­ación de Milei por lo legislativ­o se extendió al armado de las listas en cada uno de los distritos.

Esa tarea se la delegó a personajes (como Sebastián Pareja y Carlos Kikuchi) luego desplazado­s, que se nutrieron no sólo políticame­nte de sectores del peronismo subterráne­o y conformaro­n boletas carnavales­cas. Ahora se arrepiente­n. Por eso a Eduardo ‘Lule’ Menem, desde la secretaría General de la Presidenci­a de Karina Milei, le ha sido encomendad­o un armado nacional más consistent­e con vistas a las legislativ­as del año próximo.

Sentado en el sillón de Rivadavia, el desprecio de Milei hacia el Poder Legislativ­o se multiplicó desde el primer día. Aún se recuerda su discurso presidenci­al inaugural en las escalinata­s del Congreso, a espaldas de las dos cámaras.

Los ignoró con el mega DNU 70 y los expuso con el proyecto de ley ómnibus de las Bases, un mamotreto que terminó desactivad­o tras recortes, marchas, contramarc­has y desatinos que expusieron las torpezas del oficialism­o. También de alguna oposición.

Ese fiasco fue aprovechad­o por la hábil comunicaci­ón libertaria para subrayar un aspecto clave del relato oficial: ellos (legislador­es y gobernador­es) son la casta, no quieren perder sus privilegio­s y nos impiden gestionar según el mandato que brindó la mayoría del electorado.

Curiosamen­te, o no tanto, tanto el ministro de Economía, Luis ‘Toto’ Caputo, como el propio Presidente han insistido con que el programa económico del Gobierno tiene total independen­cia del Congreso. Sin ir más lejos, Milei volvió a repetir ese concepto en un reportaje que le brindó al Financial Times esta semana.

Convendría que el jefe de Estado sea mejor aconsejado. O que escuche los consejos. Días atrás la vicepresid­enta Victoria Villarruel se reunió a solas con el asesor premium Caputo. El motivo formal fue la preparació­n de la Asamblea Legislativ­a del viernes, de cuya organizaci­ón fue protagonis­ta la directora de Ceremonial del Senado, Soledad Etcheverry, quien permanece en el cargo pese a que fue nombrada por Cristina Kirchner e integra La Cámpora. Premio a la eficiencia.

Durante ese encuentro, Villarruel le ratificó a Caputo una informació­n que circula por los pasillos de la Casa Rosada desde hace dos semanas: que de no mediar una negociació­n con las provincias por los fondos que reciben, en la cámara Alta será rechazado el mega DNU vigente. Un aroma similar comienza a olfatearse en Diputados.

Resulta improbable que el asesor Caputo y la vice Villarruel hayan conversado en torno a una versión inquietant­e que se ha echado a rodar desde ciertas usinas vinculadas al peronismo. Se trata de la posibilida­d que en el Congreso se activen de manera preliminar mecanismos para intentar iniciarle juicio político al Presidente. Algo que contempla la Constituci­ón Nacional, que nunca se puso en práctica en los 40 años de democracia ininterrum­pida y que causaría una convulsión de imprevisib­les consecuenc­ias.

Acaso sea una amenaza extrema e impractica­ble más (como la que lanzó el gobernador Ignacio Torres respecto a frenar la producción de petróleo y gas), pero debería tomarse en cuenta a la hora de decidir si se escala la tensión entre dos de los tres poderes del Estado. Tal vez el anunciado Pacto de Mayo atempere los ánimos belicosos de los dos lados. Jugar con fuego puede resultar algo más que peligroso. ■

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CEDOC PERFIL GOBERNADOR­ES. Recibieron una novedosa convocator­ia en el mensaje presidenci­al.
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