Perfil (Domingo)

En un partidazo como en los viejos tiempos, Independie­nte le ganó a Argentinos

- R.P.

El Rojo se recuperó de la derrota en el clásico contra Racing, venció a Argentinos y recuperó la cima de su zona. El visitante lo pudo haber empatado, pero cada vez que llegó, se encontró con un Rey inexpugnab­le. El arquero y Lucas González fueron los puntos más altos del local, que todavía sufre por la sequía de Ávalos. El delantero desperdici­ó un penal, pero fue clave en el pivoteo del segundo gol.

Hace mucho tiempo, los partidos entre Independie­nte y Argentinos eran una garantía de buen fútbol. Pasaron los años, los clubes se debilitaro­n y distorsion­aron, pero anoche, estos dos equipos honraron ese recuerdo de los ochenta: jugaron un partidazo. Y el partidazo lo ganó el Rojo, que volvió a la punta de su zona.

Tanto el segundo como el primer tiempo fueron de ida y vuelta, con situacione­s claras en los dos arcos, cierto dramatismo por errores determinan­tes y algo clave: goles. Pudo haber más, como uno que casi construye de modo maradonean­o Maestro Puch: arrancó en el mediocampo, apiló rivales, se eludió al arquero y le cedió la pelota a Lucas González. Un defensor de Argentinos arruinó la obra.

El Bicho arrancó ganando por un golazo de Verón, que aprovechó un mal despeje y sorprendió a Rey. Y aquí hace falta una digresión que romperá con la cronología del partido: sorprender a Rey es cada vez más difícil. El arquero de Independie­nte salva a su equipo en muchos de los partidos, y anoche no fue la excepción. No solo por las atajadas, sino porque demuestra seguridad y sobriedad, algo difícil en este tiempo de excentrici­dades inútiles.

El Rojo empató rápido con un poco de suerte. ¿Por qué suerte? Porque el tiro de Costa se iba afuera, pero Palacio la metió adentro con el pecho. Fue todo tan rápido que quienes estaban en la cancha segurament­e no lo advirtiero­n, pero la pelota se iba por un costado.

Así como el Rojo disfruta de Rey, también sufre la sequía de Ávalos, que ayer encima erró un penal. Atenuó ese disgusto con un pivoteo que luego Maestro Pucho convirtió en el 2-1, pero los hinchas ya ven a Ávalos con cierto recelo. Es lógico: llegó como el goleador que necesitaba el equipo y todavía no hizo goles.

Después del gol de Maestro Puch, el partido –que ya era entretenid­o– se dinamizó aún más. Independie­nte se perdió goles literalmen­te debajo del arco y Argentinos pudo empatarlo, pero se encontró siempre con Rey. ■

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FOTOS: FOTOBAIRES DESAHOGO. Maestro Puch grita el segundo tanto de Independie­nte, el que le dio el triunfo final. Después, casi convierte un gol
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CARA Y CECA. Ávalos erró el penal, pero fue clave en el segundo.

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