Una radiografía particular de un amor prohibido
Me parece que no van a alcanzar las salchichas”, dice casi mecánicamente Gracie (Julianne Moore), apenas abre la heladera de su cocina, luego de recibir a Elizabeth (Natalie Portman), que la va a visitar por primera vez y a la que invitó a una reunión familiar. De ese almuerzo al aire libre participan el ex marido de Gracie, los hijos de ese exmatrimonio, sus nietos y su actual esposo, Joe (Charles Melton), 23 años menor que ella, con él que tiene dos hijos de veinte. Elizabeth es actriz y viene a conocer a esa mujer que fue noticia veinte años atrás en los tabloides sensacionalistas, debido a que se enamoró de un menor de 13 años. Y Gracie de algún modo siente que esa actriz va a querer “devorarla” con buenos modales. Sabe todo de ella y no quiere refrescar el escándalo que provocó su noviazgo con Joe y por el que hasta fue presa. Elizabeth la va a personificar a Grace, en un film independiente y le pidió permiso para “entrometerse” en su intimidad. Gracie aceptó, pero nunca pensó que sería una testigo implacable y cuestionadora de sus actos y que hasta a escondidas de ella intente ver a Joe. El guion está basado en un hecho real. Gracie y Joe se conocieron en los años 90. Ella trabajaba en un negocio de comida para mascotas y el chico entró como cadete. Un día tuvieron sexo, se enamoraron y la relación provocó estupor y rechazo social.
Todd Haynes es un especialista en tocar temas a través de sus personajes que la sociedad condena. Representante del New Queer Cinema independiente, de los 90, Haynes filmó, entre otras, Velvet Goldmine, Carol y con su musa, la excepcional Julianne Moore, Safe (2015), sobre una víctima de la polución ecológica y cooptada por una secta. Con ella también rodó Lejos del paraíso (2002), en la que una esposa descubre a su marido enamorado de otro hombre.
Este es un cine que sacude las neuronas y provoca un mar de contradicciones. Haynes ha dicho que si hubiera sido un hombre mayor con una niña, quizás la sociedad no lo hubiera rechazado tanto el conflicto. El cineasta convierte este taciturno embate amoroso en un sobrio thriller de emociones algo desbocadas, porque Elizabeth, la actriz para inspirarse para el papel le pide a Gracie compartir momentos con ella y su familia. Pero en verdad, desde el vamos hace algo que no se debe hacer, cuestiona a su personaje real, el que va a interpretar. Y lentamente coacciona el accionar de Gracie, intenta hacerla sentir culpable, dialoga a hurtadillas con su esposo, le despierta una latente confusión, que provoca una pelea entre Joe y Gracie. Haynes ha dicho que observar las emocionalidades contenidas, lo que sienten pero no dicen los personajes de Portman y Moore, le hacen recordar a Persona, de Bergman. El film toca zonas oscuras y contradictorias del ser humano con una gran maestría, los climas se vuelven electrizantes, magnéticos y no dejan de provocar un gran impacto en el que observa. Julianne Moore, Natalie Portman y Charles Melton, en interpretaciones muy comprometidas.