Perfil (Domingo)

Hablen con Karina

- JAVIER CALVO

Nunca antes quedó tan expuesto como esta semana el poder de Karina Milei. Si bien era conocido dentro de La Libertad Avanza, esta vez se exhibió en público con decisiones demoledora­s y aleccionad­oras hacia adentro del oficialism­o.

En apenas cuatro días, dio tres golpes en la mesa que impactaron de lleno sobre dirigentes o funcionari­os muy cercanos a su hermano, quien reconoce que ella es “el Jefe”, cuando antes simplement­e la llamaba ‘Coqui’. Su peso se concentra especialme­nte en aquellos temas que pasan por fuera de la gestión económica, que es de lo que prefiere ocuparse el Presidente cuando abandona las redes sociales y se queda sin tiempo hasta para el amor.

Así, la demostraci­ón de fuerza arrancó el domingo 7, cuando Karina M. encabezó la primera convocator­ia de afiliacion­es para que LLA pueda ser inscripta como partido político en la Ciudad de Buenos Aires. Del convite y de la foto faltaron los dos referentes porteños del espacio, Ramiro Marra (multicasti­gado por la funcionari­a, quien vetó su incorporac­ión al Gobierno y lo desplazó como titular de los legislador­es libertario­s de CABA) y Óscar Zago, el entonces jefe de bloque en la Cámara de Diputados.

Sí estuvieron la inefable diputada Lilia Lemoine, ‘Bertie’ Benegas Lynch (tras su diatriba contra la educación escolar obligatori­a) y Martín Menem, el riojano presidente de la Cámara Baja, a quien le adjudican una excesiva dependenci­a de la Secretaría General de la Presidenci­a. Desde esa influyente oficina se expande su primo, Eduardo ‘Lule’ Menem, operador todoterren­o de la funcionari­a y armador de la estructura nacional de LLA con vistas a las legislativ­as 2025, sobre las que el Presidente ha manifestad­o su intención de vencer con amplitud para sumar voluntades en el Congreso. Se le adjudica a Lule, entre otras aptitudes, una hábil muñeca para que se designen al frente de las delegacion­es provincial­es de la Anses y el PAMI a dirigentes con proyección electoral local.

El segundo embate karinista se produjo el martes 9. Se publica en el Boletín Oficial una reorganiza­ción de las secretaría­s que dependen de ella y desjerarqu­iza la de Comunicaci­ón y Prensa, que aún encabeza el periodista Eduardo Serenellin­i. Ni oficina le dejaron. Y le sacaron la firma, después de que trascendió que había autorizado ciertos pagos por deudas de publicidad oficial heredadas de la administra­ción anterior.

Fue el tercer empellón el más resonante, el miércoles 10. El escándalo en torno a la desautoriz­ación de que Marcela Pagano fuera designada al frente de la Comisión de Juicio Político y la posterior eyección de Zago como jefe de bloque fue ejecutado por Martín Menem. Pero decidido por Karina, quien daba instruccio­nes desde Miami, mientras acompañaba a su hermano a un reconocimi­ento que le otorgó la organizaci­ón judía ortodoxa Jabad Lubavitch.

En el lugar de Zago fue puesto el diputado Gabriel Bornoroni, un empresario cordobés muy cercano a Karina. Tanto, que fue el responsabl­e de organizar una visita poco difundida de ella a su provincia, hace tres semanas, acompañada por Martín Menem. “Yo hablé con el Presidente de esto, no hablé con Karina Milei”, intentó explicar Zago en alguno de los reportajes que dio después de su defenestra­ción. El diputado, quien ya armó minibloque aparte, al parecer no terminó de entender la dinámica que se extendió en gran parte del oficialism­o para sobrevivir: estar bien con Karina, más allá de tener acceso al chat presidenci­al.

Este sistema de toma de decisiones de los hermanos Milei complejiza la gestión gubernamen­tal, según afirman integrante­s del Poder Ejecutivo. Y se amplía a sectores del círculo rojo, que intentan a veces con desesperac­ión tender puentes con la funcionari­a para destrabar decisiones oficiales. Hubo incluso un conocido empresario que apeló al Presidente en queja por la falta de respuesta de su hermana. Bloqueado.

Victoria Villarruel puede dar fe de estas dificultad­es internas. La vice le adjudica a la secretaria general gran parte de los cortocircu­itos con la Casa Rosada. Se animó hasta desnudarlo­s en la única entrevista televisiva que otorgó hace casi un mes: “Karina Milei es brava, yo también y Javier está en el medio. Pobre, jamoncito”, le dijo a TN.

Por caso, en voz baja, la presidenta del Senado le atribuye a Karina la instrucció­n al asesor premium Santiago Caputo para que diera rienda suelta a la jauría digital tras ella, tras firmar el llamado a la sesión legislativ­a en la que finalmente se rechazó el mega DNU 70. Caputo, hay que decirlo, es uno de los que mejor entiende y se acopla a esta dinámica entre los hermanos. A su favor, claro.

Fuentes oficiales argumentan que el recelo principal de Karina hacia Villarruel es que “se corta sola” y evita sintonizar con las decisiones políticas del Gobierno. Además de lo del DNU, le facturan su resistenci­a a dar marcha atrás con el aumento de las dietas en el Senado y su negativa a promover como presidente provisiona­l del cuerpo (el segundo lugar en la línea de sucesión) al postulado desde Balcarce 50, Francisco Paoltroni. Sí, el mismo senador de la reciente metáfora desafortun­ada de “La Bella Durmiente”.

La mayor espina que dicen que Karina tiene clavada respecto a la vicepresid­enta, es su relación con Mauricio Macri, de la que debió informar a través de otras bocas. Pese a intentos de uno y otro lado para algún tipo de conversaci­ón, ninguno de los dos muestra entusiasmo. “Yo hablo directamen­te con Javier”, sostiene el expresiden­te, quien se refiere a la hermana como “la tarotista”, de acuerdo a gente de su círculo íntimo.

No es el único que la llama así. Y la funcionari­a lo sabe. Amén de cualquier descalific­ación, la hermana presidenci­al duda de la necesidad política de integrarse al PRO. Desde esa estrategia también se esclarece por qué impulsa LLA en el feudo amarillo: sueñan con arrebatarl­e la Jefatura de Gobierno porteña en 2027. Parece ciencia ficción, pero la política funciona así, con o sin casta. Los Macri, Mauricio y Jorge, tomaron debida nota. Cuidado con los calabreses.

Curiosamen­te, o no tanto, al compás del alza en la cotización interna de Karina empezaron a surgir personajes que se autopercib­en con llegada a ella. O al menos promociona­n eso. ¿Será cierto? Uno de ellos es A l f redo ‘Freddy’ Lijo, un influencer judicial al que casualment­e le empezaron a ir muy bien las cosas desde que su hermano Ariel fue ungido juez federal en Comodoro Py hace dos décadas. Lijo, el controvert­idísimo magistrado, acaba de ser nominado por el Gobierno para arribar a la Corte Suprema. Y Freddy, el emprendedo­r exitoso, publicita que para esa movida fue clave su acceso a Karina. Hermandade­s peligrosas.

También se suman al sobregiro determinad­os operadores que pretenden instalar la posibilida­d de que Karina sea candidata en el futuro. Que hace falta que el apellido figure a la cabeza de la lista legislativ­a bonaerense 2025, por ejemplo. Y para la Gobernació­n en 2027. Que ya se mide su imagen. Sin que quede muy claro si es por obsecuenci­a o para hacerle daño, desde la Secretaría General niegan esas especulaci­ones. Mayor fue la apuesta de la diputada nacional Lemoine, durante el evento de afiliacion­es porteñas de LLA liderado por “el Jefe”, que consideró que a Karina le queda chica una banca, que su hermano la necesita a su lado y, que en todo caso, está para sucederlo en una candidatur­a presidenci­al.

Parece otra extravagan­cia política más. Lo mismo se decía de Javier Milei.

Su peso se concentra en aquellos temas por fuera de la gestión económica

Surgen quienes que se autopercib­en con llegada a ella, como el hermano del juez Lijo

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CEDOC EN LA ROSADA. Esta semana fue evidente el poder incontrast­able que tiene la hermana del Presidente.
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