Atribuciones
José Emilio Burucúa enseñó, en la estela de Aby Warburg, que “una Pathosformel es un conglomerado de formas representativas y significantes, históricamente determinado en el momento de su primera síntesis, que refuerza la comprensión del sentido de lo representado mediante la inducción de un campo afectivo donde se desenvuelven las emociones precisas y bipolares que una cultura subraya como experiencia básica de la vida social”.
Esa empresa de restituir el otro lado de lo griego, lo dionisíaco, por ejemplo, como indicaba Niestzsche, la lleva a cabo no sólo encontrando un linaje, una tradición, sino proponiendo un tiempo que no es el evolutivo y que respeta una cronología sino que es contemporáneo. “La joven del cuadro de Ghirlandaio y un relieve romano”, y a eso se le agrega la muchacha de Boticelli y “la Evita montonera” con la que el historiador completa la lista.
¿Cómo se expresa la contemporaneidad de estas imágenes que desafían al pensamiento de una continuidad que acostumbra el tiempo histórico? En este caso, en Twitter la cuenta @Useppe00 hace una descripción de cuadros de la Virgen María que es exquisita en erudición y gracia. Elijo uno de esta selección: el cuadro “La Virgen del cuello largo” de Parmigianino, pintado entre 1534 y 1540 e inconcluso por la muerte del pintor. Traduzco: “Aquí María no acepta que el bebé crezca y quiere amamantarlo, incluso si ya va a la escuela primaria. A la izquierda, los primos adolescentes, bajo los impulsos hormonales, se tiran sobre la que hace de babysitter; y en la parte inferior derecha, un “tronista” posando para subir su foto a Instagram. Es una película de Ozpetek”.