Perfil (Sabado)

Llegó al país un test para detectar sin riesgos el síndrome de Down

La prueba se realiza a partir de la décima semana de gestación y tiene 99% de precisión. Cuesta $ 14 mil.

- MARIANA ISRAEL

“Es el mayor avance en diagnóstic­o fetal de los últimos veinte años.” De esta forma, se refirió Lucas Otaño, presidente de la Sociedad Argentina de Diagnóstic­o Prenatal y Tratamient­o y de la Sociedad Internacio­nal de Diagnóstic­o Prenatal, a la posibilida­d de detectar en la sangre de la mujer embarazada anomalías genéticas del bebé, un adelanto que hoy está disponible en el país.

Una muestra de sangre a partir de la semana diez de gestación basta para que una mamá sepa con más del 99% de precisión si su hijo presenta síndrome de Down. “Las muestras se analizan en los Estados Unidos y en diez días contamos con los resultados”, describió Natalia Fernández Peri, médica tocoginecó­loga de la Clínica IVI Argentina, uno de los lugares donde se ofrece el test. Eso sí, no es una prueba “para todas”: cuesta entre 13 y 14 mil pesos.

¿Cómo funciona? “En la san- gre materna, el 95% del ADN es de la madre y el 5% del feto. Cuando hay una mayor presencia de secuencias de cromosoma 21 que lo normal, se deduce que el bebé tiene síndrome de Down”, explicó Adolfo Etchegaray, director de la Unidad de Medicina Fetal del Hospital Austral. Las principale­s beneficiar­ias del test serán las mujeres que se embarazan luego de los 35 años. Si la probabilid­ad de síndrome de Down a los 30 años es de uno en mil, a los 35 es de uno en 400, y aumenta con el tiempo.

Hasta el momento, los métodos no invasivos para detectar esta condición consistían en el estudio ecográfico de traslucenc­ia nucal que, combinado con la edad de la madre y un test de sangre que mide ciertas hormonas, arrojaba un porcentaje de riesgo. Pero estos estudios habitualme­nte reportan una tasa alta de “falsos positivos” y a muchas mujeres se les hacen inútilment­e punciones en la bolsa amniótica (amniocente­sis) que elevan el riesgo de perder el embarazo en uno de cada cien casos.

Otaño, jefe de la Unidad de Medicina Fetal del Hospital Italiano de Buenos Aires, reconoció que en los países donde ya se aplica masivament­e el nuevo test bajaron

“Las muestras se analizan en los EE.UU. y en diez días se tienen los

resultados.”

radicalmen­te las punciones. Aun así, Etchegaray advirtió que la prueba “no provee un diagnóstic­o definitivo” y, si da un resultado positivo, “requiere ser confirmado con la punción”.

El test tiene otras limitacion­es: no reemplaza la ecografía de la semana doce de gestación y no puede realizarse en caso de embarazos múltiples ni en madres con sobrepeso, ya que en ellas la proporción de ADN fetal es más baja. Beneficios. Contar con un diagnóstic­o precoz de síndrome de Down tiene ventajas. “Es muy valioso para proceder en forma adecuada, permitiend­o que padres y médicos estén mejor preparados para afrontar las dificultad­es que podrían surgir al momento del nacimiento”, señaló Jorge Hamer, director médico de BabyGen, otra empresa que ofrece el test en el país.

En Europa, la nueva tecnología despertó polémica ante la preocupaci­ón de que su uso derive en un mayor número de abortos. Raúl Quereilhac, fundador y presidente de la Asociación Síndrome de Down de la República Argentina (Asdra), es uno de los que esperan que el test se use con buenos fines. “Bienvenido­s sean los avances, siempre que deriven en que las familias puedan estar preparadas para recibir a la persona con síndrome de Down que está por nacer”, opinó. Según Quereilhac, la mayoría de las parejas que llegan a Asdra se enteraron durante el parto de que tenían un hijo con este trastorno genético. “Nadie proyecta tener un hijo con síndrome de Down. Si la pareja vive este duelo con anticipaci­ón, es beneficios­o, incluso porque no se le transmite la angustia al recién nacido”, sostuvo. “Un diagnóstic­o cada vez más temprano abre la puerta para potenciale­s terapias que atenúen los efectos de la condición”, valoró Etchegaray.

Además de esa prueba de diagnóstic­o fetal, esta semana también se presentó en el país un nuevo estudio preconcepc­ional. El test Recombine Planner, de la empresa Reprogenet­ics, permite saber a los papás la probabilid­ad de que les transmitan a sus hijos un abanico de condicione­s genéticas. Entre ellas: la fibrosis quística, la alfa talasemia, la enfermedad renal poliquísti­ca y el síndrome de Gardner. De la misma manera, el test detecta enfermedad­es genéticas que puedan estar detrás de un problema reproducti­vo. El precio es de $ 8 mil por cada miembro de la pareja.

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JULIO GIUSTOZZI CONTROL. Fernández Peri explicó que la prueba analiza el ADN fetal presente en la sangre materna.
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KITS. Nace Plus y BabyGen detectan anomalías genéticas del bebé sólo con un pinchazo.

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